Los concentrados de marihuana son productos con altas cantidades de cannabinoides y otras moléculas de la planta. Por lo general, estos vienen en forma de aceite o cera (de ahí el término coloquial “wax” = cera en inglés). Para obtenerlos es necesario recurrir a cualquiera de las múltiples técnicas de extracción que hay, sin embargo en la gran mayoría de los casos el resultado es una sustancia viscosa.
Un concentrado de marihuana regular suele contener entre 70% y 80% de THC. Esto es mucho mayor a lo que se encuentra en las flores de marihuana o incluso en el hachís (este último es, en cierta forma, un tipo de concentrado). Por ello, es natural que en los primeros usos los efectos se perciban mucho más intensos, en comparación con el uso regular de la flor.
A continuación presentamos una clasificación general de los concentrados y las formas ideales para usarlos.
Sin solvente
Este tipo de concentrados son de los más antiguos y entre ellos se encuentran viejos conocidos de la comunidad cannábica como el hachís y el kief. Ambos son una forma pura de los tricomas, los cuales se desprenden con fuerza mecánica (frotando las manos en las clásicas charas) y con la ayuda de la gravedad, separando los tricomas de la materia vegetal con agua (el ejemplo más claro es el bubble hash).
También se encuentra en esta categoría el Rosin, un concentrado de marihuana más novedoso. Cualquiera de estos tres métodos de extracción puede resultar en un producto de altísima calidad, pero requiere de experiencia y amplio desarrollo del trabajo técnico.
Como su nombre lo aclara, estos concentrados de marihuana son los que se obtienen sin usar solventes adicionales por lo que hay quienes los consideran más ‘seguros’ para su uso personal (particularmente en ciudades donde las extracciones se hacen de forma clandestina por su carácter ilegal). El rosin en sí mismo es un área muy compleja de los concentrados (lee más de rosin aquí).
En el rosin interfieren factores como la humedad, la presión y la temperatura que se usan para exprimir las flores. Las varianzas en estos factores pueden cambiar radicalmente el resultado final del producto así como su calidad. Es así que este extracto alcanza diferentes texturas (de esto hablaremos más adelante).
Con solventes
Los concentrados de marihuana con solventes pueden ser igual (o más) seguros para consumo humano, siempre y cuando se realicen en condiciones apropiadas. En este caso también es importante los factores antes mencionados (presión, humedad, temperatura) pero se añade el tipo de solvente que se vaya a utilizar.
Los más comunes hoy en día son el butano, el dióxido de carbono (CO2) y el etanol, aunque también se ha comenzado a utilizar el propano. Cada uno de estos es usado para un fin particular según las necesidades del usuario o extractor. Algunos son preferidos porque conservan en mejor calidad los terpenos (estas moléculas aromáticas son muy frágiles y se degradan fácilmente). Otros son preferibles porque su proceso de purga es menos ‘agresivo’ con el producto final.
RECUERDA: Un concentrado que se prepare con butano o etanol deber ser purgado con el equipo industrial adecuado para garantizar su uso seguro en humanos.
Destilados
Estos concentrados son una de las formas más puras de cannabinoides como el THC o el CBD. Se obtienen por un método de evaporación y re-condensación donde se busca la recuperación de un cannabinoide específico. El destilado es usado para uso médico por su alta precisión al momento de escoger una dosis. Pero también es destilado (junto a una mezcla de terpenos) lo que introducen en los cartuchos para vaporizar. Aunque en teoría es posible introducir todo tipo de aceite, incluídos el rosin y los extractos con alcohol, el destilado es el preferido de la industria para la vaporización en cartuchos.
Texturas:
La textura final de un concentrado de marihuana es el resultado de un sin número de combinaciones. Cada una de estas texturas ofrece una experiencia única en cuanto a su sabor, aroma y complejidad de efectos. Aunque los nombres para designar cada textura han variado a lo largo del tiempo, algunas categorías ampliamente aceptadas son:
Shatter: concentrados con estructura rígida y dura. Al estrellarse contra algo se quiebra similar a un vidrio, de ahí su nombre.
Pull n´ Snapp: en lugar de quebrarse se estira hasta tronar. Estos suelen tener un alto contenido de cannabinoides y un sabor nada destacable.
Sugar crumble: por ejemplo, su textura es similar al de un terrón de azúcar. Tiene un sabor más prominente debido a que los terpenos están “volatilizados”.
Budder: (mantequilla en inglés) su consistencia es similar al de la mantequilla. Al igual que el sugar crumble tiene un sabor complejo, pero es más viscoso.
Diamantes: se trata del THC en forma de cristal, generalmente acompañado de una salsa de terpenos. Se presume el extracto de ‘mayor pureza’ y un efecto sumamente potente.
Live resin: El tipo de extracciones que llevan el pre-fijo ‘live’ (vivo en inglés) hacen referencia a que la resina se extrajo cuando la flor de marihuana estaba fresca, prácticamente viva aún. Para ello es necesario aplicar la extracción apenas se corte la flor del tallo (algunos usan la congelación para preservar intacto el cogollo). Gracias a ello el sabor es algo sin comparación, de una complejidad muy destacable. Se consideran parte de los ‘concentrados premium’. También es posible usar la técnica del rosin en los cogollos vivos, el resultado es llamado ‘live rosin’.
La temperatura ideal:
Cada concentrado de marihuana tiene una temperatura ideal para vaporizar y optimizar sus características. Este tema ya corresponde más al gusto personal de los usuarios, pero vale la pena señalar la importancia de las temperaturas bajas para concentrados con alta cantidad de terpenos.
Por su ‘fragilidad’, los terpenos de los extractos se aprecian mejor cuando se vaporizan a temperaturas bajas 220°C . Esto es preferible para texturas como el sugar o el budder.
Por otro lado, las texturas más rígidas como el shatter y los diamante se vaporizan a temperaturas un poco más altas como 300°C.
En cualquier caso, nunca debe vaporizarse a temperaturas mayores a 300°C. esto podría resultar en daños severos a la salud. Así mismo es contraindicado el uso en exceso de terpenos pues, con altas temperaturas y tras periodos extendidos de tiempo, puede causar un severo daño a la salud pulmonar.
¿Te pone más pacheco?
Como mencionamos antes, un concentrado de marihuana regular suele contener entre 70% y 80% de THC. Por ello, es natural que en los primeros usos los efectos se perciban mucho más intensos, en comparación con el uso regular de la flor. Sin embargo, conforme el uso de estos productos se haga habitual, se desarrollará una tolerancia hacia los efectos psicoactivos.
Recientemente un estudio realizado por investigadores en la Universidad de Colorado, Estados Unidos, reveló que sin importar el tipo de producto o potencia del mismo, los niveles de intoxicación o la “sensación de pachequez” auto-reportada por los participantes fue notoriamente similar, así como las mediciones de su balance y capacidades cognitivas. “La gente en el grupo de alta concentración fue menos afectada de lo que esperábamos” explicó Kent Hudson, coautor del estudio. (Leer más aquí).
Así como con las flores, para ‘burlar’ la tolerancia y percibir efectos ‘potentes’ a pesar de un uso constante lo más efectivo es variar en el perfil de terpenos y cannabinoides que consumamos. Afortunadamente el mundo de los concentrados de marihuana ofrece un abanico de posibilidades inmenso, tal vez mayor incluso al de las flores.
Dicho lo anterior, recordamos la importancia de hacer un uso moderado de sustancias y evitar los excesos en la medida de lo posible.
¿Cómo darse un dab?
Los concentrados de marihuana son mejor disfrutados por la vía del dab, o al menos eso aseguran los amantes del 710. Sin embargo, este proceso es muy apantallador e implica seguir paso a paso una serie de pasos para aprovechar mejor el extracto.
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Primero hay que calentar con un soplete el banger (así se llama a donde se deposita el extracto).
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Una vez el vidrio llega al rojo vivo se debe esperar entre 1 minuto o 1 minuto y medio según cada pieza.
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Entonces se vierte la cera y se inhala
A continuación te compartimos algunos tips para maximizar la experiencia:
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Respeta las temperaturas: Por tu salud, pero también para preservar mejor el concentrado de marihuana. Después de todo, cada vez más crecen las tendencias que indican que las temperaturas bajas son mejores para degustar correctamente los concentrados.
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No olvides el carb cap: El uso de esta pequeña pieza de cristal cambia por completo la experiencia de darse un dab. No sólo sirve para contener el vapor en el recipiente, sino que también genera un vacío para concentrar la densidad del sabor del concentrado de marihuana.
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Mantén limpio el vidrio: No está demás recordarlo, pero un vidrio limpio es esencial para optimizar los dabs. Los restos de cera re-condensada (conocido como reclaim) que se acumulan en nuestro rig no sólo manchan el sabor original de nuestros concentrados, también pueden obstruir el flujo de aire y estorbar al momento de inhalar.
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Usa los isopos: Y para mantener tu banger limpio, lo mejor es usar isopos para retirar los restos de cera después de cada dab.
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No guardes el vapor en tu garganta: Un mal hábito incluso para los fumadores de flor es aguantar en los pulmones el vapor o humo. La verdad es que nuestros alveolos absorben casi de inmediato la totalidad de cannabinoides, así que no hay razón para guardarlo en nuestros pulmones por más de un par de segundos cuando mucho.
Por el contrario, esto podría generar una sensación de ardor y rasposidad desagradable, con lo cual seguramente toserás de manera agresiva -
Ten a la mano un vaso de agua. Hazlo, es mejor contar con él y no necesitarlo para que te arda la garganta como si escupieras fuego y no tener ni un sorbito cerca.
Alternativas al dab para usar concentrados:
Vaporizador: el uso de vaporizador para concentrados de marihuana ha recorrido un largo trecho desde sus inicios. Hoy en día hay productos de varias gamas de precios y para distintas necesidades. Ideales para el uso portátil y discreto de cannabis.
Nectar Collector: Este dispositivo combina la portabilidad del vaporizador con la intensidad clásica del dab. Usados de forma correcta permiten el consumo de grandes cantidades de concentrado (casi comparable con un dab completo). Es necesario un soplete, pero este puede ser de bolsillo también.
Porro: Cuando se unta un concentrado en un porro las temperaturas probablemente no serán las adecuadas para la vaporización óptima de todos los cannabinoides. Por eso se procura no utilizar una pequeña cantidad. Hay quienes moldean una pequeña tira de concentrado para colocarla al centro del gallo. Otros untan la resina alrededor del canuto ya forjado, y encima se dan el lujo de espolvorear kief.
Comestible: La preparación de comestibles de marihuana usando concentrados de cannabis es una de las formas predilectas de los cocineros cannábicos. Esta forma de cocina permite usar mayores cantidades de cannabinoides con la menor interferencia posible al sabor. Si van a usar concentrados para cocinar recuerden que es necesario el proceso de descarboxilación.
¿Cómo identificar un concentrado de buena calidad?
Nuestros amigos de Machete Dabs nos compartieron sus tips en una entrada anterior. Aquí un resumen de lo fundamental:
Aroma: El aroma es esencial cuando se examina el extracto, este debe tener el aroma del perfil de terpenos de la flor con la que se realizó, obviamente no se quiere inhalar un concentrado que no huela bien.
Textura: Los concentrados de marihuana tienen varias presentaciones y nombres que hacen alusión a la textura del mismo: cera o “wax” (de donde el grupo general de concentrados tomó el nombre). Esto ocurre cuando la estructura cristalina del concentrado se pierde, por lo general cuando se agita el concentrado durante el proceso de destilado.
Los concentrados de marihuana deben verse consistentes. Que al observarlo se vean limpios, no verdes ni con materia vegetal, que no tenga rastros de aromas a solventes ya que eso es un indicio del poco cuidado que se tuvo en el momento de eliminar el solvente de la extracción y es muy dañino consumirlo.
Sabor: Los concentrados de primera calidad saben a las cepas de las que se extraen. Un concentrado no puede saber al solvente usado para extraerlo, no tienen por qué lastimar tu garganta y no deben dejar rastros al consumirlos en un banger o un vaporizador.
La cultura del 710
Similar a como ocurre con el 420, el 710 se escogió como bandera de los entusiastas de los extractos debido a que si volteas los dígitos de cabeza e inviertes su posición se lee algo similar a OIL (aceite, en inglés).
Además ha adquirido una gran relevancia la calidad del vidrio, puesto las piezas con mejores calidades conservan mejor los sabores y aromas de los concentrados.
Esto hace de la Cultura del 710 y a os entusiastas del dab un mundo de amplios y profundos conocimientos derivados de la enorme complejidad que resulta el uso de concentrados.