¿Cuántas veces hemos escuchado a personas autodefinirse como psiconautas y no saber a lo que se refieren? Quizá la primera reacción para quien no tenga el mismo contexto y esté influido por las ráfagas propagandísticas del paradigma de la prohibición sea una de tipo “seguramente te drogas”. 

Para las personas curiosas, para quienes quieran saber y para quienes no estén en contexto, escribimos este artículo para tratar de responder un poco a manera de introducción: ¿qué es la psiconáutica? 

Psiconauta. Ilustración de: @moebius_production

La palabra psiconáutica es un neologismo, lo que quiere decir que es una palabra relativamente contemporánea la cual retoma las raíces etimológicas griegas para crearse y entenderse. Deriva de psique (mente/alma) y nautikus (perteneciente o relativo a la navegación). Literalmente psiconáutica es la navegación de la mente y el/la psiconauta es quien navega la mente desde la mente misma. 

Así como el/la astronauta navega el universo exterior para descubrirlo, conocerlo y explicarlo, el/la psiconauta navega por el universo interior con los mismos fines. 

A pesar de que el concepto en cuanto tal fue acuñado en 1973 por el novelista, ensayista y filósofo alemán, Ernst Jünger en su libro “Acercamientos: drogas y ebriedad”, la evidencia histórica desde la antropología y más precisamente desde la etnología, muestra que la psiconáutica es una práctica milenaria cuyo objetivo principal el autoconocimiento humano.

¿Es posible conocer la realidad en su totalidad? 

A partir del establecimiento de la epistemología cartesiana en todas las aristas de la vida humana, específicamente en la ciencia occidental, se ha mantenido la idea de que el ser humano -por su capacidad racional- es capaz de aprehender la realidad desde un único punto de vista universal y objetivo, sin tener que operar en la transformación del sujeto conocedor, en su percepción y en su conciencia. 

La psiconáutica, por su parte, retoma la idea de que no es posible conocer la realidad desde un único punto de vista y que, para poder acceder o aproximarse a ella, es menester llevar a cabo una metamorfosis individual.

Dentro de la navegación de la mente, asumir la responsabilidad de la transformación subjetiva trae consigo aceptar que no tenemos un único estado de conciencia para experimentar e interpretar lo que nos rodea. 

El propulsor de la revolución contracultural psicodélica de la década de los 60 y rockstar de la psiconáutica, Timothy Leary, propuso un modelo neurológico que apela a ocho estados o circuitos cerebrales para comprender el mundo y la existencia: 

  • Bio-supervivencia (lucha - huye)

  • Emocional-territorial (manda - obedece)

  • Semántico (fabricación de herramientas, solución de problemas, esquemas conceptuales) 

  • Socio-sexual (socialización y transmisión de la cultura)

  • Neurosomático-holístico (apertura)

  • Neurogenético-colectivo (conciencia de lo abstracto)

  • Meta-programación (inconsciente colectivo, memoria de las especies)

  • Cuántico no-local (inconsciente universal, mente cósmica)

La postulación de Leary al respecto de los ocho circuitos u ocho cerebros, es que los primeros cuatro son los que hasta ahora han predominado en las sociedades occidentales pues se localizan en el hemisferio izquierdo cerebral (lógico-racional) dejando a los últimos cuatro relegados e infravalorados por pertenecer al hemisferio derecho (intuitivo-emocional). 

La tarea psiconáutica implicaría entonces, buscar una experimentación de lo real más auténtica e integral que considere los múltiples estados de la conciencia no limitados al ordinario estado de vigilia. Por tal razón, es común encontrar algunas otras definiciones de psiconáutica que aluden a explorar los “estados alterados de conciencia” por medio de técnicas tales como los sueños lúcidos, la meditación, el uso de sustancias psiquedélicas y ciertas técnicas de respiración, entre otras. 

La práctica de la meditación también permite alcanzar estados alternos de conciencia. Ilustración de: @
_kallenmikel

Es importante aclarar que hablar en términos de “estados alterados” es reproducir la falacia de la existencia de un estado único y válido de conciencia, ¿acaso no experimentamos nuevas formas de la realidad cuando dormimos? ¿Acaso no hemos notado que incluso el hambre, el miedo o el cansancio modifican nuestra conciencia y con ello la interpretación que tenemos de las circunstancias que nos rodean? Todo el tiempo, conforme a nuestra forma de vida, nuestras percepciones se ven modificadas incluso de manera natural e involuntaria, por lo que es más exacto hablar de estados alternos y no de “estados alterados”. 

La falacia del estado único de conciencia fue propuesta por Thomas B. Roberts, profesor emérito de la Northern Illinois University y ex científico visitante en Johns Hopkins, encontrada dentro de su Paradigma Multiestados, el cual, muy de la mano de Leary aunque con los avances de las neurociencias, explica la existencia no sólo de estados alternos de conciencia sino de capacidades e interpretaciones propias de cada uno. 

Thomas B. Roberts, uno de los principales impulsores de la investigación psicodélica contempotánea. 

Las sustancias psiquedélicas (LSD, mescalina, DMT entre otras tantas) han sido consideradas por los y las psiconautas como llaves de acceso a realidades que en otras circunstancias como el estado ordinario de vigilia, son obscurecidas, invisibilizadas o ignoradas, de ahí que la palabra “alucinógenos” para referirse a ellas es peyorativa e imprecisa, pues se definen como generadores de visiones de cosas inexistentes.

Es cierto que hay más llaves extra farmacológicas (yoga, meditación, sueños, técnicas de respiración, etc.), pero lo que distingue a las sustancias de estas otras es que los primeros son una nave química aceleradoras de procesos de introspección y navegación en el mar de la mente. 

Ibrahim Gabriell, podcaster del medio Mindsurf, en un Instagram Live titulado ¿Qué es la Psiconáutica? mencionó que la diferencia entre el/la usuaria común de sustancias psicoactivas con el/la psiconauta es una clara metodología e intencionalidad de uso. 

 

Leer más: La importancia de la intención en la sanación con psicodélicos

 

Citando a Richard M. Doyle y a su libro La Farmacia de Darwin, la metodología propuesta para la psiconáutica es la siguiente: 

  1. Modificación del estado de conciencia: con la ayuda de las psicotecnológicas o herramientas anteriormente mencionadas, las cuales pueden ser farmacológicas o extra farmacológicas. 
  2. Observación: atender a los principales cambios efectuados en la conciencia a nivel físico y mental.
  3. Registro: la interpretación de la experiencia puesta en palabras, la cual involucra el esfuerzo de ordenar y darle nombre a toda la información recibida.

Es importante que en cada uno de los puntos de la metodología propuesta, se considere la configuración mental del sujeto (Set) y la configuración ambiental (Setting) antes, durante y después de la experiencia. 

En términos concretos, apuntó Ibrahim, la diferencia entre la persona usuaria y la psiconauta es que la primera consume como práctica generadora de placer o relajación mientras que la segunda como una práctica cuya finalidad es conocerse y estudiarse a sí misma. 

Cómo olvidar a uno de los máximos exponentes de la cultura literaria de la psiconáutica: Aldous Huxley, cuando en Las Puertas de la Percepción (1954) exploraba su conciencia al mismo tiempo que exploraba al mundo bajo los efectos de la mescalina, sustancia psicoactiva del cactus Peyote y San Pedro. 

 

“Entre tanto, yo pasé por indicación del investigador del retrato de Cézanne a lo que estaba ocurriendo dentro de mi cabeza cuando cerraba los ojos. Esta vez el paisaje interior fue, de manera curiosa, muy poco remunerador. El campo visual estaba lleno de estructuras, como de material plástico o de estaño esmaltado, de brillantes colores y en constante cambio. 

一Barato ーcomentéー. Trivial. Como lo de un comercio de baratijas. 

Todas estas cosas triviales existían en un universo cerrado y apretado (...).

Mientras miraba advertí que ese barco ínfimo estaba en cierto modo relacionado con las pretensiones humanas. Ese sofocante interior de un barco ínfimo era mi propio personal sí mismo; estos bastos móviles de hojalata y plástico, eran mis contribuciones personales al Universo”. 

 

Huxley juzgó la lección saludable aunque lamentable que la manifestación de su propia mente haya tomado las formas de baratijas y cosas triviales.

Al estilo dantesco, la psiconáutica es una invitación a conocer lo más profundo y obscuro de sí mismo/a, las sombras que impelen los más inconscientes actos en el desnudar de las imperfecciones que, en el caso de ser correctamente llevado (con el Set y Setting), puede elevar la condición subjetiva del navegante en sus propios mares. 

Conocer nuestra conciencia es conocernos a nosotrxs mismxs. Ilustración de: @inktally

 

Huxley escribió: “Estas son las cosas que deberíamos mirar. Cosas sin pretensiones, satisfechas de ser meramente ellas mismas, contentas de su identidad, no dedicadas a representar un papel (...) olvidar la presunción (...) las nociones idolatradas”.