La psilocibina es el compuesto activo de algunas de las especies de hongos psicoactivos más populares en el continente americano. No sólo es responsable de experiencias místicas y trascendentales en quienes los usan, también se les ha atribuído un gran potencial terapéutico en el tratamiento de enfermedades mentales. Hoy exploramos un uso común de esta sustancia: la microdosis.
La microdosis es una porción de la sustancia en cantidades que no producen efectos perceptibles, pero que supuestamente generan otro tipo de beneficios. Suele decirse que es 1/10 del total de una dosis activa.
La práctica de usar drogas en microdosis se popularizó en Silicon Valley, California (EEUU) donde se le llamó “el nuevo café” porque, según sus promotores, el uso de sustancias como LSD o psilocibina en microdosis aumenta la energía, el ímpetu y la capacidad creativa sin afectar el rendimiento profesional.
Van Der Meijden es un ilustrador en Holanda y él usa una microdosis de psilocibina una vez al día con pausas cada bimestre. Para él, esta sustancia le permite producir con un flujo de dibujo más natural” y le permite “ver más posibilidades en cómo las cosas pueden ser o verse”. Y, como músico, le permite “analizar mejor todos los diferentes instrumentos”, además de que durante sus sesiones de lluvia de ideas produce “más conceptos, idea y soluciones. En parte, gracias a que “puede entender y visualizar mejor los conceptos de otras personas” según él.
Así mismo, hay quienes aseguran que también hay usos terapeúticos en el consumo de psilocibina con microdosis. ¿Qué dice la evidencia hasta el momento?
Durante un evento sobre microdosis organizado por la Sociedad Holandesa de Psicodelia se examinaron los efectos del uso de trufas psicodélicas en dos tareas de resolución creativa de problemas. Estas fueron las pruebas de Concepto de Imagen, la cual mide el pensamiento convergente, y la prueba de Usos Alternativos, la cual mide el pensamiento divergente. También se aplicó una prueba corta de la Matriz Progresiva de Raven la cual mide cambio potencial en inteligencia fluída.
Las pruebas se aplicaron una vez se usó la microdosis y de nuevo cuando los efectos se manifestaron (90 minutos después aproximádamente). En promedio los participantes usaron 0.37 gramos del material seco (trufa).
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Entre sus resultados observaron que en los primeros dos casos (pensamiento convergente y divergente) sí hubo una mejoría gracias al uso de microdosis, mientras que para la inteligencia inteligente no hubo tal.
El pensamiento convergente es la habilidad de concentrarse en conceptos abstractos para identificar una solución única a un problema bien definido. La prueba consistió en que a los participantes se les 3 hileras con tres fotografías cada una. Ellos tuvieron que escoger 3, una foto de cada hilera y que estuvieran relacionadas. Esto requiere ‘converger’ en la solución correcta, por ejemplo, percatarse de que tanto una bañera, un lavabo y una manguera están relacionadas al agua.
El pensamiento divergente requiere de serpentear en incursiones mentales y de flexibilidad mental. Los participantes contaron con 5 minutos para pensar en maneras de usar una pluma (por ejemplo, una traqueotomía en situación de emergencia) o una toalla. Así, el pensamiento divergente permite imaginar a una pluma para otra cosa que no sea escribir.
Ambas cualidades son consideradas por los psicólogos como ingredientes de la creatividad.
Mientras que para el caso de la inteligencia fluida la prueba consistió en lo siguiente. Se les presentaron bloques de 2x2 o 3x3 patrones, con excepción del lugar del fondo a la derecha. La tarea consistía en escoger de entre 6 posibilidades el pedazo faltante, una tarea que requiere de inteligencia fluída. En este caso no hubo mejoras.
“Mientras que este estudio provee de evidencia cuantitativa sobre las propiedades de la microdosis para el incremento cognitivo, la investigación a futuro debe confirmar estos hallazgos preliminares. Basados en estos resultados, especulamos que los psicodélicos podrían afectar las políticas de metacontrol cognitivo al optimizar el balance entre persistencia cognitiva y flexibilidad”.
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Algunas deficiencias del estudio fueron la falta de un grupo de control (puesto que al repetir el experimento es de esperar que haya mejoras en el resultado). Esto también para descartar la posibilidad de un efecto placebo.
Sin embargo, coincide con otros hallazgos sobre los efectos de dosis activas de psilocibina en nuestro cerebro. Por ejemplo, la capacidad de hacer nuestros pensamientos menos rígidos y la desactivación de partes del cerebro asociadas con la generación de patrones repetitivos. Esto sugiere la capacidad de la psilocibina de fomentar la ‘plasticidad’ de nuestras neuronas, osea su capacidad de formar nuevas conexiones entre sí.
Sin duda alguna el uso de microdosis de sustancias psicoactivas como la psilocibina representa una nueva área de oportunidad tanto para la comunidad psicoactiva, quienes buscan alguna alternativa de tratamiento para cuidar de su salud, y para la comprensión del funcionamiento de nuestra conciencia.
https://www.biorxiv.org/content/10.1101/384412v2
https://www.straight.com/living/a-beginners-guide-to-microdosing
https://www.statnews.com/2018/08/23/science-testing-claimed-benefits-of-psilocybin-microdosing/