El DMT, popular molécula presente en plantas como la ayahuasca, es también parte de la química natural de animales que también son capaces de producir variantes de esa sustancia con incluso mayor potencia psicoactiva. Tal es el caso del ‘sapito’ (Bufo alvarius) y, en un caso más excéntrico, el de una especie de esponjas marinas: Smenospongia aurea.
Smenospongia aurea es un especie de esponja de la clase Demospongiae. Habita en las aguas del Caribe, desde el golfo de México hasta las Bahamas y Florida. Entre sus características está la producción de las moléculas 5-bromo-N,N-dimetiltriptamina y 5,6-dibromo- N,N-dimethyltryptamine las cuales son similares al DMT (N,N-dimetiltriptamina) que conocemos de la ayahuasca pero con propiedades distintas.
Se sabe que tiene efectos anti-bacteriológicos, según asegura un artículo publicado en The Journal of Organic Chemistry y quienes lo han usado para consumo personal produce un viaje bastante intenso.
En el pasado compartimos la experiencia de un usuario publicada en el sitio vice.com. Ahí especificó que usó 40 mg, los cuales fumó:
“Cerré mis ojos y me encontré a la deriva de un océano sobre un hielo con forma de pieza de rompecabezas. Hubo un adelgazamiento de mi propio pelo, y como que estaba ahí pero no. Muy ligero y no agresivo, no nauseabundo. Drogas como esta son descritas como “serénicas”.
Pero con 50 mg, sintió lo siguiente:
“Esta dosis representa el límite de lo que se puede inhalar físicamente, pero aún a esta dosis no he explorado todo lo que el material tiene para ofrecer. La euforia es pronunciada. Al mirar por la ventana a la silueta de un árbol sin follaje, me impacta la forma en que las ramas parecen dendritas y de nuevo por la tautología etimológica de mi observación.”
Estudios realizados en roedores indican una posible propiedad como antidepresivo de 5,6-dibromo- DMT. Similares señalamientos se han hecho de su molécula prima el n-n DMT de la ayahuasca.
Estudios posteriores realizados por los mismos investigadores encontraron que las acciones antidepresivas están mediadas por los receptores de serotonina (recordemos que ambas moléculas son muy similares). “La data presentada aquí muestra el potencial que la bromina en proveer de nuevos espacios químicos e interacciones electroestáticas. La bromina es ubicua en el ambiente marino y un elemento común en elementos de productos marinos naturales” concluye el artículo en Marine Drugs.
Curiosamente, la presencia de serotonina no es común en la mayoría de especies de esponjas. Según el texto de vice, esto porque supondría una desventaja evolutiva en un ambiente marino. Así, uno podría suponer que la presencia de estas moléculas es en sustituto a la serotonina, sin embargo se requiere mayor investigación al respecto.