Los hongos psicoactivos están repartidos por todo el mundo. Por ello se han insertado parte de múltiples cosmovisiones, culturas y sociedades a lo largo de la historia.
Para muchas de éstas, representan un elemento sagrado, un puente entre el mundo terrenal y las deidades. Al día de hoy, se trata de uno de los enteógenos más populares entre la comunidad psicoactiva. Por ello hoy revisamos 3 especies que debes, pues son varias de las más populares y consumidas.
¿Cuáles de ellas ya conocías?
Hongos Psilocibes
Ésta es definitivamente la especie más popular, al menos en la región de nuestro país.
Es muy conocida, por ejemplo, la historia de María Sabina, una de las guías espirituales más famosas. Ella utilizaba estas especies en sus prácticas sanadoras en Huautla de Jiménez, Oaxaca. Fue en el año 1952 a partir de su encuentro con el estadounidense Gordon Wasson y el artículo que éste escribió para la revista Life que el “mundo moderno” se interesó en esta especie.
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Sin embargo, hay que reconocer que muchas civilizaciones de la antigüedad y poblaciones originarias del territorio americano hicieron de estos hongos una parte importante de sus tradiciones e identidad.
Hay más de 180 especies de hongos psilocibes, pero en todos ellos yace el mismo compuesto psicoactivo: la psilocibina. Su distribución en el mundo recae principalmente en el continente americano y gran parte de europa, aunque hay presencia de ellos en prácticamente todos los continentes con excepción de la Antártida.
Al día de hoy, la psilocibina ha ganado gran fama por sus potenciales aplicaciones terapéuticas, pues diversas en investigaciones se ha demostrado su capacidad para ayudar en el tratamiento de enfermedades como depresión, ansiedad, síndrome de estrés post-traumático, etc.
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Algunas de las variantes más conocidas de esta especie son el Psilocybe cubensis, Psilocybe mexicana, y Psilocybe azurencens. Esta última es la más potente, según el sitio erowid.org.
Amanita muscaria
Todos reconocemos la capucha roja con puntitos blancos como la casa de los pitufos, ¿cierto? Pues resulta que el folclore alrededor de este hongo se deba a que en algún momento alguien lo consumió y gracias a ello pudo ver a estos extraños seres.
De los hongos psicoactivos, la Amanita muscaria es tal vez una de las que implica mayor riesgo en su consumo, pues “aunque los micólogos (especialistas en hongos) aún no llegan a un consenso sobre si éste puede ser fatal para humanos, si advierten contra su consumo” (JAMA).
Su componente psicoactivo, la muscarina, puede causar los siguientes síntomas: miosis, visión borrosa, salivación y sudor excesivo, diarrea, espasmos abdominales, hipotermia, y si se administra de manera intravenosa puede provocar fallos circulatorios y paro cardiaco (Journal of Clinical Toxicology).
Su uso tradicional se encuentra principalmente en en noreste de Europa y algunas zonas de Rusia.
Lo más remarcable de esta especie es su relación con el mito de Santa Claus y sus renos voladores. Esto porque suele crecer bajo árboles como pinos y otras coníferas. También es común el avistamiento de renos buscando consumir la Amanita, lo cual explicaría su “capacidad para volar”.
En realidad, explica Carl Ruck, profesor de clásicos en la Universidad de Boston, esto se debe a que para los chamanes que usaban la Amanita, el reno representa un animal sagrado.
“Entre los chamanes siberianos, tienes un animal espiritual que puede viajar contigo en su misión. Y los renos son conocidos y familiares entre la gente de siberia. También tiene la tradición de vestirse como hongos… se visten de rojo con puntos blancos”.
Clavicep purpurea
De entrada, este hongo no es tan fácil de reconocer como los otros dos. Pero sin duda alguna es uno de los más importantes para la cultura psicodélica.
Su nombre común es ergot, su compuesto activo es la ergotamina y tiene aplicaciones médicas como tratamiento para la migraña. También fue a partir de éste compuesto que el científico Albert Hofmann sintetizó el LSD en 1938.
El ergot es un hongo que crece en el centeno, cuyo grano infecta para alimentarse de él.
Su uso tradicional se remonta a la Grecia de la antigüedad. Tan solo a 20 kilómetros de Atenas se encuentra el Templo de Eleusis. Allí, durante el mes de septiembre, cada año se realizaban rituales de la más alta secrecía en los que sólo podían participar miembros de la élite intelectual como Platón y Sócrates.
Durante estos ritos se compartía una bebida misteriosa llamada kyqueón, la cual se preparaba con espigas de cereales y otros ingredientes. Algunos de los efectos de esta bebida eran “"temblores, vértigo, sudor helado, y una visión que hacía parecer todo lo antes visto como ceguera, una sensación de sorpresa y maravilla ante una brillantez que causaba un profundo silencio, pues lo que acababa de ser visto y sentido no podía comunicarse jamás; las palabras no estaban a la altura de la tarea."
A pesar de no ser tan popular dentro de la cultura psicodélica general, la importancia de estos rituales no se puede discutir . De hecho, Albert Hofmann, Gordon Wasson y Carl Ruck emprendieron un viaje hacia esta zona en búsqueda de respuestas.
A partir de ello escribieron el libro El Camino a Eleusis, del cual puedes leer más aquí.
Los Misterios de Eleusis: Kykeón, el LSD de los griegos
Información general de:
https://psy-minds.com/amanita-muscaria-myths-folkore/