El cannabidiol (CBD) es tal vez el cannabinoide más popular y asequible hoy en día. En diversos países se permito su comercialización (como México) y en otros tantos ha florecido un 'mercado gris' principalmente de productos para uso medicinal (como en México). Hoy vamos a desmentir uno de los dichos más comunes de estos productos: que carecen de propiedades psicoactivas.
Psicoactivo vs Psicotrópico
La literatura científica describe a un compuesto psicoactivo como aquel capaz de alterar el funcionamiento del cerebro y que actúa en el sistema nervioso central (SNC). El CBD se considera psicoactivo dado que traspasa la barrera hematoencefálica y afecta directamente el SNC resultando en cambios de humor y percepción.
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Por otra parte, las sustancias psicotrópicas son aquellas que afectan al estado mental, el sentido de realidad y la percepción del mundo de una persona. Este es el caso del THC, el cual sí posee un efecto ‘embriagante’ y que no siempre es deseado por aquellos que buscan ciertas propiedades medicinales o terapéuticas.
Una treta publicitaria
¿Por qué la confusión? Bueno, gracias al avance en ciertas regulaciones alrededor del mundo, el CBD es una sustancia más disponible y aceptada en nuestra sociedad hoy en día. Y las compañías que forman parte de esta industria han hecho todo lo posible por alejar al CBD del estigma que reciben los efectos embriagantes del cannabis. Por ello, se han dedicado a quitarle la etiqueta de ‘psicoactivo’.
Las propiedades psicoactivas del CBD
Aún hay mucho por descubrir sobre la interacción de los cannabinoides en nuestro cuerpo. A continuación una breve descripción.
Empecemos por recordar que el sistema endocannabinoide se encarga de regular múltiples funciones relacionadas con el apetito, dolor, estrés, humor y memoria. Los cannabinoides principales, tanto el CBD como el THC actúan sobre dos tipos de receptores: CB1 y CB2. Así mismo, nuestro cuerpo produce sus propios cannabinoides, como la anandamida.
El poder intoxicante del THC proviene de su capacidad de imitar a la anandamida y unirse (de manera incluso más efectiva que ésta) a los receptores de tipo CB1. Mientras, el CBD tiene efectos más leves, ya que su interacción con el receptor es más débil.
El CBD actúa como un modulador que amplifica o reduce la capacidad del receptor para transmitir y recibir señales, similar a un interruptor. También se piensa que esta acción estimula al cuerpo para crear más receptores incrementando los niveles de anandamida.
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Además, el CBD modula otros receptores en el cuerpo, incluyendo los que se involucran con la serotonina, lo cual afecta el humor; y los receptores opioides los cuales proveen de alivio al dolor.
Por último, hay que señalar que el THC y el CBD tienen un efecto sinérgico respecto a sus efectos terapeúticos al trabajar en conjunto. El CBD modula el receptor CB1 sólo en la presencia del THC o de otros cannabinoides que también se adhieran a ese receptor. Este es conocido como el efecto séquito, lo cual quiere decir que el CBD aislado sin THC no es tan efectivo como como el CBD en presencia del THC.
Con información de cibdol.com y cannabisbusinessexecutive.com