El CBD ha demostrado tener múltiples aplicaciones terapéuticas. Entre sus beneficios están la relajación, el alivio del dolor y la disminución del estrés. Sin embargo, la legislación en México al día de hoy no permite productos que contengan más del 1% de THC, el componente psicoactivo del cannabis.

En teoría, esto significa que la única forma legal de acceder a estas bondades sería a través de extractos o aceites que destilen y separen las dos moléculas, con lo cual es imposible disfrutar del “toque” característico de la flor fumada. O eso pensábamos.

Flores de cáñamo

Hay una línea muy delgada que separa al cáñamo de la marihuana. A grandes rasgos, la distinción se define a partir de la concentración de THC. Según la ley en nuestro país, los límites del cáñamo son el 0.3% de esta molécula.

Además de eso y otras diferencias morfológicas, ambas plantas tienen usos muy similares. Después de todo las dos pertenecen a la especie cannabis sativa. Entre estos usos están las aplicaciones medicinales, pues el cáñamo es capaz de producir CBD en concentraciones considerables.

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Gracias a ello, compañías como Wildhemp son capaces de producir cigarrillos de flor de cáñamo, los cuales contienen 10 mg de CBD y 0.5MG de THC. Según ellos, su objetivo es crear un producto “simple y limpio que provea de alivio confiable”.

Además los cigarrillos traen un determinado perfil de terpenos, los cuales modulan los efectos del cannabis en distintas maneras y potencian de forma importante las bondades terapéuticas de la planta amiga. A esto se le conoce como efecto séquito.

Entonces ¿podemos decir que son cigarrillos medicinales?

No, desafortunadamente aún hay un problema: la combustión. Recordemos que al quemar la flor se producen ciertas toxinas que causan dificultades respiratorias y contribuyen a la aparición de cáncer.

Entonces, si bien el consumo de estos productos aún brindan beneficios como relajación o disminución del estrés, a largo plazo podrían generar efectos desafortunados. Lo correcto sería vaporizar la flor de cáñamo.

Aún así cabe destacar estas nuevas presentaciones de una planta con amplio potencial para mejorar la calidad de vida de sus usuarios. Sin duda alguna estas sólo irán en incremento conforme las nuevas leyes permitan mejores condiciones para sus fabricantes.

Y no podemos dejar de mencionar que, después de todo, estos productos son legales en México al día de hoy aunque se vendan fuera de normatividad (porque dicha normatividad es inexistente).

¿A ustedes se les antoja probar un cigarrillo de cáñamo?