El uso de sustancias es asociado con conductas paranoicas, ansiosas y de varios tipos de malestares generales. Pero ¿y si estos son generados por el estigma hacia el uso de las mismas? ¿Es la prohibición el principal obstáculo para un uso más cómodo de sustancias? Según Hamiltón Morris, un prominente psiconauta, el estigma hacia el uso de sustancias aún le obstaculiza el pleno goce de sustancias como el cannabis.
Hamilton Morris es un investigador periodista e investigador científico originario de Estados Unidos, conocido principalmente por crear, dirigir y protagonizar la serie documental Hamilton 's Pharmacopeia (La Farmacopea de Hamilton) la cual explora aspectos científicos e históricos sobre el uso de sustancias. Desde 2016 a la fecha se han producido 3 temporadas.
Algunas de las sustancias que se han presentado en el show son dos variedades de DMT (incluído el del Bufo Alvarius), el peyote, la ketamina, la ibogaína y los hongos psilocibios, entre otras.
Durante su participación en el podcast Duncan Trussell Family Hour (DTFH), se comentó sobre cómo el estigma hacia el uso de drogas promovido a partir “la guerra contra las drogas” durante la década de los 70 aún genera problemas de malestar consigo cuando se usan con fines de placer sustancias como el cannabis.
Morris comparte que: “Es común que la gente asocie el consumo de drogas con autodestrucción, aún cuando no necesariamente es así. Incluso gente que disfruta las drogas, incluso gente que está a favor de que se legalicen y se investigan, en un nivel aún piensan que el uso de sustancias psicodélicas es autodestructivo”.
En algún nivel esta idea continúa en usuarios como Hamilton, incluso incluso cuando se dedica a promover la información que contradice esta premisa:
“Yo me dedico a mostrarle a la gente que no necesariamente es así. “Qué puedes hacer estas cosas de forma tal que sean constructivas, no sean destructivas. Creo que te pueden ayudar a ser mejor persona y es una lección importante. Por supuesto, no todo el uso es así y requiere de una enorme disciplina y preparación para alcanzar los mejores efectos de estas experiencias.
“La gente necesita tener en cuenta que esto no necesariamente es malo”.
Luego, explica que el problema va más allá y tiene que ver con la lógica de un mundo capitalista en el que si no eres capaz de “ser productivo” no vales ante la sociedad. “La productividad está valorada sobre todo lo demás. Y cualquier cosa que interfiera con la productividad no es buena, sin importar el cómo te haga sentir”.
Entonces confiesa que su mayor conflicto es con el uso de cannabis: “Sin duda alguna puedo disfrutar fumarla, pero nunca he podido sobreponerme de cierta culpa o vergüenza por usarla. Y por esa razón la uso de manera poco frecuente. Porque no importa que tan placentero o relajante sea para mí, no me puedo sacudir la sensación de que ‘sería mejor si estuviera sobrio leyendo’ o ‘¿de verdad tengo permiso de sentirme bien y relajarme?”.