En el último informe presentado por el Observatorio Europeo de las Drogas y Toxicomanías (EMCDDA por sus siglas en Inglés), se concluyó que uno de los principales efectos de la crisis sanitaria en las personas usuarias de sustancias psicoactivas, fue el aumento en el consumo de cannabis y benzodiacepinas, en detrimento de sustancias como la cocaína.
El informe presentado en Lisboa el pasado 22 de septiembre, si bien expone las tendencias de consumo hasta finales del año pasado, incluyó “estudios rápidos” de los primeros meses del confinamiento europeo sobre el impacto inicial de los patrones de consumo de sustancias habituales en contextos sociales, a saber, MDMA (éxtasis) y cocaína, aumentando el de cannabis y las benzodiacepinas, una sustancia principalmente utilizada como sedante y somnífero.
A su vez, se registró un aumento en el consumo de alcohol, así lo declaró el director del observatorio, Alexis Goosdeel, quien cree que la pandemia “ha contribuido a exaltar la transformación del mercado de drogas”.
Lo anterior, no sólo por el cambio en los patrones de consumo, sino del propio mercado de las drogas, ya que frente a las restricciones de movilidad, la oferta ha salido de los envíos aéreos y se ha desplazado al terreno digital, donde destacan las redes sociales y los servicios de paquetería.