Al terminar la Expomedeweed, se organizó un grupo de expertos para visitar a la que llaman “La Ciudad Perdida del Cannabis” esto por la gran cantidad de luces encendidas sobre los cultivos que por la noche  que iluminan el Valle en Toribio, Cauca, en el cual a sorpresa para todos llegó el maestro cultivador Jorge Cervantes para acompañarnos en esta aventura.

En viaje con personas de diferentes países, como Bélgica, Canadá, EUA, Perú, España, Argentina, Colombia y su servidor de México, nos trasladamos a Cali para tomar una van organizada por Colombia Cannabis Tours en  un viaje alrededor de 6 horas que nos adentró en terrenos controlados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que recién han firmado la paz con el Gobierno Colombiano.

En la zona del Cauca el gobierno ha otorgado licencias a empresas para industrializar el cannabis, el cual será cultivado por indígenas de la zona, quienes por años han cultivado coca y ahora  con la paz cambian a los cultivos de cannabis para proveer a esta industria los insumos necesarios para generar medicina de calidad para exportar.

Para nuestra sorpresa, antes de llegar a nuestro destino ya asomaban en el camino las parcelas de cannabis cultivado por los indígenas de la región.

Paramos en el primer cultivo a la vista, un paisaje hermoso con más de 500 plantas empezando a florar, la curiosidad rápidamente se apoderó de nosotros, llamaba fuertemente la estética de las plantas, que invitaba a descubrir olores de diferentes genéticas, observar y compartir experiencias. Los comentarios sobre los cultivos entre expertos growers y breeders coincidían en la cantidad de la producción y en una pequeña cantidad que se veía con problemas con el nitrógeno, así como algunos hongos. Una de las cosas que más me impactó fue el horrible secado que hacían, utilizaban resistencias para tener la hierba lista más pronto, terrible error de tratar de tener rápido un producto pero con baja  calidad.

Llegamos al Hemp Museum Hotel Oro de Toribio, un hermoso proyecto que pretende llevar turismo a la región, ahí fuimos recibidos por los expertos en cannabis Don Whisterler y Mike Bifari junto a un grupo de nativos de la región quienes elaboraban las comidas dentro del recién estrenado hotel junto al museo. Empezaba a correrse el rumor de que Jorge Cervantes visitaría la zona.

Después  de haber  caminado por  horas entre cultivos  con luz de día, por la  noche salimos a observar el iluminado valle, pero esto no fue del todo bien visto por los vecinos del pueblo que nos pidieron nos retiráramos del mirador, después de lo ocurrido solicité acceso a los cultivos junto   con el experto grower Nico Borrero, de Denver, y Marcel, camarógrafo de Marihuana Televisión. La respuesta fue rápida, y salimos en tres motos a toda velocidad para dentro del valle y haciendo tomas en video de la gran cantidad de focos que iluminaban los cultivos.

Despertando después de un gran desayuno se confirmaron los rumores, el maestro Jorge estaba llegando y nos invitó a salir con él a revisar los cultivos de la zona, subimos a la parte de atrás de  una camioneta y arrancamos hasta las partes más altas del valle, era un paisaje espectacular. Al terminarse el terreno caminamos a los cultivos de parcelas familiares donde ya éramos esperados, ahí se hizo un gran recorrido para degustar los olores de estas flores junto  al maestro Cervantes quien nos daba sus comentarios de cada genética que encontraba.

Jorge, al iniciar su video documental para redes sociales, junto a Don y Mike, narraba la historia del valle y su ahora reconciliada misión de proveer cannabis de calidad al mundo. Durante la comida en una divertidísima charla entre amigos, Jorge y Mike recordaban los tiempos en que accedían a cavernas para recolectar el guano.

Por la noche nos encontramos bajo un letrero de bienvenidos, ahí Luis -un indígena de la zona- comentaba sobre el uso de la iluminación desde las 6 de la tarde hasta las 7 de la mañana, pagan alrededor de $180 USD mensuales por la energía eléctrica. Cervantes le comentó que solo se necesitaba media o una hora de luz, dependiendo de la variedad, para mantener el vegetativo, que esto les generaría ahorros en el pago de servicio, además de que podrían usar generadores de energía solar.

En conclusión, visitar el Valle de Cauca es una  experiencia que no debes perderte si eres apasionado por la cultura cannabica, algo que no te costará mucho dinero ya que Colombia es un país con costos similares a México. Recomendaría hacerlo a través de los amigos de la  Comunidad Cannábica Colombiana para ahorrar costos. Siempre unidos, sigamos construyendo comunidad.

 

Fotos: Carlos Cervantes