Sister of the Valley es una organización que nace en California en el 2014 y se formaliza en el 2016. Funciona como una hermandad de mujeres que se encuentran al servicio de la planta trabajando con ella. Además son activistas y mujeres que se empoderan entre ellas y apoyan a otras mujeres para que incursionen en la industria cannábica.

En México y América Latina la hermana Luna y la hermana Camila son las representantes. Por eso nos lanzamos a conocerlas y, en entrevista para La Dosis, ambas nos contaron su experiencia y cómo su organización ha trascendido a nivel mundial:

“Llegamos a Sisters of the Valley en 2018, y primeramente decidimos acercarnos a la organización en California, porque la consideramos un modelo a seguir al ver de lo que trataba. Por eso quisimos aprender. Ya que estábamos allá, nos invitaron a ser parte de ellas y por supuesto aceptamos. Así en 2018 nacen las monjas del cannabis en México”. 

Estas monjas cannábicas, se dedican a elaborar productos con cannabis medicinal en específico CBD,  con la intención de proporcionar a los consumidores una variedad de productos relevantes con la planta, a través de un tratamiento espiritual y holístico que genere un cambio positivo y permita desarrollar la consciencia, la capacidad de experimentar alegría y de establecer vínculos más profundos.

 Asimismo, ellas consideran que existe una relación muy importante con el ser mujeres, la planta y su trabajo. De ahí que hayan decidido hacer su organización solo de mujeres. 

Sister Camila nos cuenta que: 

“Nos unimos como mujeres para hacer este proyecto a pesar de tener formaciones profesionales distintas. Ya que estábamos juntas y empezamos a ver que esto estaba funcionando y que ya tenía forma, buscamos a otra mujer que pudiera enseñarnos, porque aunque nosotras ya habíamos investigado y sabíamos varias cosas de la planta no teníamos una mentora. Esto al final se relaciona, con ser mujeres y la planta porque somos mujeres que buscaron a otras mujeres para que nos enseñaran y pudiéramos aprender todo de la cannabis entre mujeres”.

Sister Luna, por su parte afirma: 

“Estamos orgullosas de ser mujeres y queremos trascender siendo mujeres porque notamos la injusticia que se vive siendo mujeres, notamos la diferencia que se hace siendo mujeres. Por eso decidimos ser puras mujeres, para que se distinga la importancia de serlo y se le dé  valor social a la organización de mujeres y a todo lo que podemos conseguir siendo todas mujeres”.

La historia de su atuendo está ligada al activismo que ellas realizan por el respeto que guardan a la mariguana y nada tiene que ver con ninguna religión. Ellas nos narran cómo es que iniciaron a usar su distinguido y controversial atuendo de monja:

“La historia de nuestro atuendo viene de una protesta activista en 2006, cuando surge el movimiento Wall Street en Estados Unidos y la Sister Kate se autoproclama monja porque quiso protestar. Ya que el Congreso del país dijo que la pizza era un vegetal porque tenía salsa de tomate y que por eso podía ser considerado un alimento saludable. La Sister Kate se enojó y se vistió entonces de monja como forma de protesta a lo que decía el congreso y al salir a las calles noto que llamaba la atención y medios de comunicación y personas en general se le acercaban para preguntarle si era una monja realmente. En esa manifestación nace el atuendo y cuando ella incursiona en el mundo del cannabis decide quedarse con el como modo de protesta también”. 

Actualmente, señalan que su atuendo funciona como un uniforme que les recuerda su activismo y les representa. Ellas señalan: 

“Hoy en día nuestro atuendo es nuestro uniforme, nos representa y es en solidaridad con todas las mujeres que se tienen que cubrir, y es por un respeto a la planta y para que nos identifiquen pero sepan que no estamos relacionadas con ninguna religión, y que además de ser una empresa también somos activistas”. 

Por otra parte las hermanas aseguran que la cannabis tiene múltiples beneficios y que además promoverlos, también gozan de ellos, aseguran que: 

“La cannabis nos ayuda en diferentes maneras, la usamos para tratar el insomnio, la depresión, la ansiedad y las emociones y para sobrellevar todos los proyectos y la vida a lo largo del tiempo, porque siempre estamos enfrentando estrés y ansiedad. Al principio la usábamos más recreativamente porque no entendíamos muchas cosas, pero después de consumir cannabis por más de 15 años, nos damos cuenta que nuestro consumo es diferente, claro que si es recreativo pero también medicinal y nos ayuda mucho”.

Por último las hermanas quisieron mandar un mensaje para todas las mujeres pachecas que nos leen.

Sister Camila: 

“Quiero decirle a las mujeres que hay que unirnos con más mujeres con las cuales podamos nutrirnos y aprender si queremos crecer y hacer algo en este ecosistema cannábico. Muchas veces lo queremos hacer solas, pero hay más mujeres de las que podemos aprender y pueden convertirse en tus hermanas, creer en tus proyectos y hacerte crecer. 

Sister Luna: 

“Me gustaría expresar que somo personas muy inteligentes, organizadas y capaces, pero por el mismo estado patriarcal en el que vivimos, somos muy desvalorizadas y muchas tienen mucha inseguridad. La organización de la que hablamos es justo para esto, para invitar a las mujeres a que desarrollen estas capacidades y a que lo hagamos como mujeres inteligentes y organizadas. Por eso les invito a las mujeres a que se animen a emprender en el mundo cannábico porque es muy amplio y no solo necesitas consumir cannabis puedes hacer entrevistas, diseño y un buen de cosas. El chiste es empoderarnos y que no nos quedemos con inseguridades. Y si en ese camino deciden hacerlo a nuestro lado pues que mejor”.  

Así que si aún no conoces a  estas monjas cannábicas corre a conocer más sobre su organización y los nuevos proyectos en sus redes sociales. Te sorprenderá todo lo que puedas encontrar.