Los 5 de septiembre trascendieron a la historia a causa de la líder indígena Bartolina Sisa, quien por la insurgencia a lado de aymaras y quechuas, fue asesinada por las fuerzas españolas durante la rebelión anti-colonial en Túpaj Katari, en el Alto Perú, el mismo día pero de 1782.
No fue sino hasta 1983 en Tiwanaku, en el altiplano boliviano, que tras celebrarse el "2° Encuentro de Organizaciones y Movimientos Indígenas de América", los pueblos participantes determinaron esta fecha para la prevalencia de la memoria colectiva de “todas aquellas mujeres portadoras de la herencia cultural y ancestral de estas comunidades; así como también de aquellas que murieron en la lucha contra la discriminación y los abusos cometidos a este género y etnia durante la historia”.
En el Día Internacional de las Mujeres Indígenas no queremos darle voz a quienes ya la tienen; queremos en el mejor de los casos, fungir como amplificadores de lo que ellas mismas han nombrado en su resistencia contra el olvido, reconociendo su papel como guardianas de la tradición cultural y, sobre todo, de su conocimiento ancestral sobre la medicina tradicional.
En la ruralidad palpitante de los estados de Oaxaca, Yucatán, Puebla, Estado de México, Hidalgo, Chiapas, Veracruz, Guerrero y Quintana Roo, lugares donde prevalecen hoy día comunidades originarias, la voz viva de la medicina tradicional habita y resiste en las mujeres indígenas.
Las mujeres chamanas, curanderas, parteras, herboristas, sobanderas y todas aquellas que faltan por nombrar, existieron y existen en sus saberes ancestrales, en sus comunidades originarias y en la historia universal no contada que se aferra a negarlas, invisibilizarlas y eliminarlas.
NOTIMIA Agencia Noticias Mujeres Indígenas y Afrodescendientes publicó en 2017 un trabajo periodístico titulado “Mujeres Medicina”, donde se reconoce que el legado histórico de las mujeres curanderas y chamanas ha permanecido gracias a la transmisión oral de los saberes principalmente a las hijas, conocimientos acerca del ciclo de la naturaleza, el tiempo y espacio de las plantas, respeto hacia la vida, reconocimiento de plantas medicina, entre otras.
“Me gustaba vivir con mis abuelitas que fueron parteras, curanderas y lo que yo hacía que ellas me mandaban, yo era la portavoz de las plantas, porque yo las fui conociendo a través de mis bisabuelas y abuela. (...) Tenía que cortar dos o tres para saber la hierba que iba a necesitar mi abuela, y ella, con su reconocimiento que ella tenía, cortaba la hojita de la que le llevaba yo y la huelía y la tentaba [diciendo] ‘esta es, esta no es…’ y así fue mi reconocimiento para mí, gracias a mis bisabuelas y abuelita”, dijo para NOTIMIA Gloria Silva Torres, médica tradicional de la Costa Chica de Oaxaca.
Como portadoras de la herencia ancestral de un conocimiento cuya validez se alcanza en la experiencia sanadora de sus comunidades y no en los laboratorios de la ciencia occidental; son guardianas de la tierra y defensoras de su territorio frente al paso tajante de la violencia sistemática que las atraviesa en todas las dimensiones políticas, económicas y sociales.
De tal forma y a pesar de los avances en materia legislativa sobre los derechos de las mujeres, las mujeres indígenas en muchos casos no son reconocidas como sujetas de derechos, pues se encuentran entre la población con mayores condiciones de exclusión y pobreza, tienen menores oportunidades y mayor riesgo de vivir violencia, de acuerdo al informe de Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir publicado en el portal Animal Político.
Por otro lado, tal como se menciona en el trabajo de NOTIMIA, el modelo de vida occidental basado en la acumulación de medicamentos para la venta masiva, deja en el olvido el equilibrio necesario en la naturaleza para el crecimiento, desarrollo y muerte necesaria de las plantas medicinales, lo cual contrasta con la manera de concebir y ordenar la vida de los pueblos y las comunidades indígenas.
“Es importante que las personas que no conocen la planta medicinal, los jóvenes [es] importante que se acerquen para enseñarles porque un día yo voy a fallar o va a llegar un tiempo que no voy a poder hacer el trabajo, curar o atender el parto, entonces es bueno que la juventud se acerque, los niños que quieren aprender desde niños, jóvenes que pues ahorita están a tiempo de aprender”. Agustina Guzmán, Médica Tradicional de Pinotepa, Oaxaca.
¿Cómo es posible que hayamos perdido de vista la importancia de las mujeres medicina (chamanas, curanderas, sobanderas, etc.) y lo que representan? Un proyecto civilizatorio patriarcal es una de las respuestas más inmediatas, provocando consecuentemente racismo, violencia psicológica, violencia de género, cultural, espiritual y ecológica.
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