Aldo Contró
@AldoContro

Uno de los muchos reflejos del fracaso del actual sistema internacional de control de drogas es el surgimiento de un mercado de sustancias que no están incluidas en las listas de drogas fiscalizadas por las convenios internacionales. Éstas son denominadas Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP) y se trata de un tema que año tras año se vuelve más complejo y debe ser analizado desde diferentes enfoques de los que aquí escribiré, cuáles son estas drogas, qué características tiene su mercado y qué políticas hay en relación a ellas.

Existen varios nombres por los que se le conoce a este grupo de sustancias. Entre los más comunes están “drogas legales”, “químicos de investigación (research chemicals)”, “drogas de diseño”, entre otros. El término de NSP se debe a que generalmente se trata de drogas sintetizadas en años recientes con el objetivo de eludir la prohibición; es más sencillo elaborar una nueva (legal), a partir de modificar químicamente una sustancia psicoactiva, que prohibirla legalmente, tanto en el contexto internacional, como en los nacionales.

En el tema de las drogas, la química ha superado a los sistemas de control, que se han visto superados por las nuevas realidades.

Sin embargo, el concepto NSP también incluye a otras drogas; un documento de la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (UNODC, por sus siglas en inglés) define a las NSP como:

“Sustancias de abuso, ya sea en su forma pura o preparada, que no están controladas por la Convención Única de 1961, ni por el Convenio de Sustancias Sicotrópicas de 1971, pero que pueden representar una amenaza para la salud pública. El término “nuevas” no se refiere necesariamente a creaciones nuevas, sino a sustancias que recientemente han emergido en el mercado y que no han sido clasificadas por las convenciones”.

Según esta definición, cuando hablamos de NSP hablamos también de un mercado que incluye a otro tipo de sustancias, por ejemplo, drogas sintetizadas hace décadas, pero que en los años recientes han sido aprovechadas por quienes se benefician de este mercado para ampliar la oferta de drogas y sus ganancias. Las NSP también incluyen drogas de origen natural, muchas de ellas usadas tradicionalmente por distintas culturas en diversas partes del mundo, y que no han sido incluidas en los sistemas de control; tal es el caso de la salvia divinorum, el kratom, el khat, entre otras. Se trata de un mercado que carece de controles, por lo que a él puede acceder cualquier persona sin importar la edad, tanto en tiendas físicas como virtuales.

Como se ha señalado, se trata de drogas no fiscalizadas por los tratados internacionales. Sin embargo, un grupo de Estados miembros de la ONU ha promovido que algunas de estas drogas se incluya en las listas de control; esto durante la reunión anual de la Comisión de Estupefacientes, en la que se discuten multilateralmente temas de la política de drogas.

En los contextos nacionales también se ha promovido la prohibición de algunas de estas sustancias. Lo que también pone en riesgo los usos tradicionales, como en el caso de la salvia divinorum por lo chamanes mazatecos. Además de que se trata de esfuerzos que resultan poco significativos si se considera la capacidad de los químicos para sintetizar nuevas drogas.

Por esta razón, se trata de uno de los fenómenos que demuestran que la prohibición ha generado más daños que los que producen las drogas que persigue. En este sentido, la prohibición de drogas bien conocidas, como la cannabis, la cocaína, la LSD, la psilocibina y la mescalina, entre otras, ha llevado a que surja, por un tema de la demanda del mercado, una amplia oferta de drogas que sustituyen a las prohibidas, pero que en la mayoría de casos se trata de sustancias poco estudiadas, cuyos efectos físicos y psicológicos son desconocidos y que en muchos casos representan riesgo mayores a los relacionados a drogas ilegales.