Hay quienes le temen a las arañas, a las alturas, a la oscuridad y ¿por qué no? a los fantasmas. Pero la comunidad psicoactiva tiene miedos muy particulares. Desde “la poli” hasta el mal viaje, están son las pesadillas que nos quitan el sueño por la noche.
La policía.
Este es sin duda el miedo más presente. De noche, mientras regresas de la tiendita con el monchies, no hay peor sentimiento que ver las luces azules y rojas destellar por las calles aledañas. Entonces, sólo queda rezar porque la patrulla siga de lado y no se le antoje hacer una “revisión de rutina”.
Los mejor es mantener la calma y actuar con disimulo. Si es de día y tienes oportunidad, puedes resguardate en alguna tienda o local que quede en tu camino.
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Que no responda el dealer
Es viernes por la tarde, estás por salir de la chamba y “el bueno” no te contesta los mensajes. Para empeorar la situación, tú quedaste de llevar dulces para todos a la fiesta. Entonces, no sabes si hacer llamadas frenéticas desesperadas o darte por vencido. Recorres los contactos en tu celular, buscando alguien más que pueda ayudarte.
Intentas que este, con aquel, con el de antes, “este vive bien lejos, pero pus ya qué”. Al final te resignas, y mejor les mandas un mensaje al grupo de whats que armaron exclusivamente para acordar este tipo de cosas: “No hubo. Les fallo con la magia”.
Un cuadro amargo
Cuando no se puede acceder a un servicio de análisis de sustancias, la regla de la calle es “si sabe amargo es mal ajo”. Esto, porque el verdadero LSD no tiene sabor, lo que significa que te vendieron gato por liebre. Lo más probable es que sea NBOMe, una sustancia similar al ácido tradicional pero cuya “dosis divertida” es muy parecida a la dosis letal.
Esto quiere decir que es muy fácil “pasarse de mano” y sufrir consecuencias graves a la salud. Además, sus efectos suelen percibirse como más agresivos.
Plagas en el cultivo
Para un cultivador sus plantas son como otro hijo más. El tiempo, esfuerzo y dinero que se le invierte a crecer flores de calidad puede parecer exorbitante para algunos, pero una vez que te fumas los resultados te das cuenta que valió la pena.
El problema es cuando llega una plaga a estropear todo el trabajo de meses. Pulgón, mosca blanca y la temible araña roja son algunos ejemplos. Son sigilosas y mortales. Si no pones la debida atención, pueden invadir tu cultivo en poco tiempo. Puedes leer más de plagas aquí: (enlace).
Un mal viaje (o sus detonantes)
Un viaje psicodélico puede cambiarte la vida, para bien o para mal. Ya que la mayoría de las substancias de este tipo amplifican tus emociones, no siempre es posible mantener el control. Esto, porque hay factores externos que influyen en nuestra experiencia.
El recibir una mala noticia, sentirte perseguido u observado, y perder el control de tus emociones son cosas poco agradables, y pueden dejar profundas marcas incluso al terminar el viaje psicodélico.
Factores como tu estado de ánimo, humor y situación emocional; así como el ambiente y la gente con la que consumas son decisivos para determinar el tipo de viaje.