El día de ayer la Secretaría de Gobernación Olga Sánchez Cordero señaló que la regulación del cannabis deberá contemplar una perspectiva de justicia social y de género como ejes rectores.
En su participación durante el foro “Hacia una política de regulación de la cannabis” dijo que la política prohibicionista ha incrementado la violencia y la criminalización de un sector de la población por su uso personal de drogas, incluso aquellas de bajo impacto.
Sánchez Cordero apuntó que esta estrategia ha fallado en proteger los derechos y la salud de los consumidores, y que “el objetivo no puede ser erradicar el consumo de una sustancia con tal prevalencia en nuestra sociedad”. Por ello, se debe privilegiar una óptica de salud pública que establezca el derecho a la autodeterminación y salud del consumidor como ejes rectores.
En este sentido, la ex-ministra enfatizó que el enfoque de justicia social debe dar preferencia a las comunidades de campesinos que tradicionalmente se han visto criminalizados por producir cannabis.
Además, se debe contemplar una perspectiva de género, pues "no es lo mismo que una mujer tenga la posibilidad de adquirir la droga para su consumo personal que los hombres, siempre habrá una diferencia". Habló de las mujeres campesinas que son usadas para transportar las drogas, conocidas coloquialmente como mulas.
Luego, defendió una perspectiva multicultural que contemple el uso de otras plantas sagradas, como el peyote. Aquí la ex-senadora cometió un tropiezo al mencionar que la cannabis era originaria de México, aunque esta llegó al continente americano junto con los primeros navíos españoles.
Por último, aclaró que el reto de la regulación será balancear los intereses del mercado con los derechos de los usuarios.