Un estudio publicado en la revista Nature encontró que la psilocibina, compuesto psicoactivo, presente en muchas de las especies de hongos alucinógenos, ayuda a crear nuevas conexiones en distintas áreas del cerebro, lo que ayuda a personas con depresión.

Para ello, se analizaron a 60 pacientes que habían participado en ensayos clínicos de terapia con hongos alucinógenos y a quienes se les tomaron escaneres cerebrales. Se encontró un alto nivel de conexión entre varios sistemas cerebrales.

Entre los resultados también destacan que se "sugiere que el efecto antidepresivo de la psilocibina funciona a través de un mecanismo diferente a la forma en que funcionan los antidepresivos convencionales", esto según Richard Daws, primer autor del estudio.

Este mecanismo podría involucrar a los receptores de serotonina 2A, que están presentes en regiones de la corteza cerebral arrugada involucradas en funciones cognitivas de alto nivel como la introspección y el funcionamiento ejecutivo.

De acuerdo a la investigación, la clave está en la capacidad de la psilocibina para "resetear" algunas de estas conexiones mientras genera otras, lo cual ayuda a terminar con los patrones de pensamiento rígidos y negativos.