Asistimos al 710 Glass Demo Party para profundizar en la subcultura del heady glass, punto de reunión de dos de las técnicas de mayor desarrollo y sofisticación del mundo cannábico.

En este evento, realizado en el occidente del país, se dieron cita reconocidos artistas del vidrio soplado para mostrar cómo fabrican rigs y otras piezas para dabear. Los rigs, o dab rigs, son pipas de agua usadas para vapear extracciones o concentrado de cannabis; son de tamaño medio, a diferencia de los bongs, debido a que el aceite vaporizado se adhiere a la pared del tubo, lo que significa que mientras más largo más se desperdicia.

Glass Demo
El proceso para realizar las piezas es sumamente cuidadoso, se necesita prevenir riesgos por el uso de gases y gafas para evitar daños a los ojos; de hecho, el lugar del evento fue acondicionado para contar con las medidas de seguridad necesarias.

Las herramientas usadas por estos artistas son un soplete industrial, para calentar las barras y hacerlas maleables, otro de menor tamaño para unir partes de menor tamaño, instrumentos para hacer orificios, cortar y aplanar, así como el horno con el que fusionan las piezas para que no se quiebren o cuarteen durante su uso.

La forma en que los artistas manejan las barras de borosilicato es excepcional, las “soplan” para inflar el vacío interior de las piezas, les agregan metales de colores que, dependiendo de la técnica, le imprimen espectaculares patrones visuales, además doblan, cortan, aplanan, retuercen y agregan partes hasta lograr piezas complejas o el modelo imaginado. Pero siempre conservando la completa funcionalidad de las piezas fabricadas.

Ser un artista del vidrio soplado es un camino de muchos años. Hernán (Alchemist Glass), soplador colombiano que fabrica rigs de formas “bombéanas”, relata que se inició en el soplado en el taller de vidrio de su papá, apenas siendo adolescente, pero fue a través de tutoriales y viajes para aprender de otros artistas como fue conociendo las técnicas con las que fabrica sus rigs. Hernán agregó que en sus inicios otra dificultad era conseguir las barras de borosilicato en Bogotá y, aún hoy que las compra por internet, esperar un tiempo incierto para recibirlas.

El resultado final de este arte son rigs y otras piezas únicas y de gran valor en el mercado del heady glass, no sólo por su belleza sino también porque permiten saborear los concentrados sin modificar su sabor. Es por eso que consumir en estas piezas se reconoce como la mejor opción, y esto brinda prestigio a quienes la usan: “el buen dab se vaporiza en vidrio”, concluye uno de los asistentes.

A estos eventos asisten fans en busca de piezas de los artistas, especialmente de aquellos que son referencia por los detalles originales que imprimen a su obra. José, Rubén y Enrique, son algunos de estos fans que llegaron dispuestos a romper el cochinito y obtener las mejores piezas a su alcance para un consumo más placentero.

Piezas de alto valor 
Las piezas de artista son costosas, su valor puede llegar a miles de dólares. Además, algunos artistas hacen obras conjuntas -incrustan piezas propias en piezas de otros autores, lo que aumenta aún más su valor. 

Francisco compró un rig azul con incrustaciones de colores por $1,000 dólares, dijo que vió la pieza en las redes de Iki -uno de los artistas presentes- y se lo pidió. Agregó que le salió “barato” debido a que el autor es amigo de Melon, uno de los organizadores, y que éste también le compró una pieza, lo que no solo ayudó a que les hiciera una rebaja, sino también a convencerlo de participar en la muestra. Se dijo con suerte por haber comprado la pieza, ya que el autor suele vender solo a galerías y éstas las dan a mayor precio, además de que muchas veces las piezas que fabrica ya están vendidas de antemano. Feliz con su pieza, me mostró que llevaba la firma del autor y me invitó a estrenarla. ¡Excelsa!


Extracciones 
El mundo de las extracciones se ha desarrollado fuertemente en la década reciente. No solo se han inventado distintas técnicas de extracción y purgado de las moléculas presentes en la cannabis, lo que ha derivado en una gran variedad de concentrados, sino que éstas se han combinado con flores cuidadosamente cultivadas para lograr una mejor calidad, mayores rendimientos y/o concentraciones más altas de THC.

Enrique, ingeniero que fabrica las prensas Farah Factory, contó que una de las extracciones más preciadas son los llamados diamantes, las cuales concentran THC en proporciones mayores al 90%; éstos son hechos a partir del rosin, el cual pasa varios días en un horno hasta alcanzar la calidad buscada. Huelga decir que los extractores de vanguardia usan flores de variedades específicas para obtener extracciones con sabores característicos y reconocibles para los conocedores.

Basa contó que utiliza una técnica en frío para obtener hashish de alta calidad. Y agregó que se obtienen diferentes colores y texturas si el cultivo es de exterior o interior; en las flores de exterior el tricoma se oxida más por lo que el resultado es una resina de color oscuro, mientras que las flores cultivadas en interior, al no recibir rayos de sol, producen un hashish de color verdoso y consistencia chiclosa.

A decir de varios asistentes, el hashish ha sido reivindicado y se ha vuelto a poner de moda; “tiene historia”, concluyó Sam.

La comunidad del rig 
En el evento se dieron cita un centenar de fans de esta subcultura cannábica. Una pequeña congregación en la que se identifican entre sí, entre otras cosas, por un colguije de vidrio -¡hechos por los artistas!-, evidencia de su pasión por el dab.

Los dos días del evento la comunidad se congregaba a dabear alrededor de una mesa redonda dispuesta en el centro del salón. Ahí compartieron extractos y conocimientos sobre esta subcultura. Ahí me contaron de la importancia de la temperatura, debe ser exacta para obtener el mayor sabor posible de cada extracción; para el hashish, por ejemplo, consideraban que la temperatura debía ser de 250 grados, mientras que para otros concentrados debía ser de 280 o 300 grados, aunque también dijeron que la temperatura “ideal” varía un poco en relación al gusto de cada quien. Además, si los vapores se inhalan a temperaturas altas pueden causar una tos imparable, al igual si el vapor se mantiene inhalado por demasiado tiempo; por lo mismo, varios portaban un termómetro para saber el momento adecuado para dabear. 

Los usuarios más sofisticados suelen portar un maletín de plástico duro en cuyo interior protegen su rig, además de otros instrumentos para su goce: bangers, dabers, carv cabs, canicas, sopletes, termómetro de contacto -o láser-, cotonetes, solventes de limpieza y una o varias muestras de extracciones. Algunos también portan un tapete de silicón sobre el cual hacen las maniobras necesarias para su consumo.

Los bangers son las piezas donde se vaporiza la extracción, esto después de ser calentada. Hace algunos años se usaban piezas de titanio, pero estas fueron desplazadas por las de vidrio. Los bangers requieren un carv cab para cubrir la entrada del aire y el vapor sea inhalado fácilmente; mientras que algunos otros, que son de fondo plano, incluyen un carv cab especial y una canica que rueda cuando el vapor se inhala.

Como parte de la parafernalia, los usuarios también portan paquetes de cotonetes y líquidos para limpiar los residuos que quedan en el banger después del uso. Limpian y vuelven a usar, de forma que no acumulan residuos que subviertan el sabor de las extracciones.

Finalmente, los fans de esta subcultura suelen consumir en su propio rig, pocos lo prestan como medida de prevención, unos dijeron que para no compartir “babas” -asunto relevante en tiempos pandémicos-, mientras que otros señalaron el riesgo del préstamo, “¿imagínate si se les cae y se rompe? no cualquiera te lo paga” dijo Francisco, a lo que respondí colocando cuidadosamente el rig sobre la mesa.

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Así, entre artistas del vidrio soplado y la élite de la comunidad dabera mexicana, se vaporizó deliciosamente el mejor 710 de México.

Hasta aquí mi reporte, Joaquín.