El Reggae y el cannabis van de siempre de la mano. Muchos artistas de reggae fuman cannabis y promueven su uso medicinal y recreativo, pero también nos hablan sobre la represión policial, el tráfico ilícito y su regulación.
Desde sus orígenes en Jamaica, el reggae ha estado fuertemente ligado a la cultura Rastafari (también originada en Jamaica). El rescate de las raíces africanas y la influencia hindú fomentaron el cultivo y uso de cannabis, por lo que ahora forma parte trascendental de la vida diaria y de la economía de muchas personas que viven en esta isla caribeña. Para los Rastas, la “Ganja” (nombre hindú de las flores del cannabis hembra) es considerada un sacramento, que incluso tiene fundamentos en el antiguo testamento, y su consumo se realiza de manera ritual. Se asegura que esta planta sagrada creció en la tumba del Rey Salomón.
El Rastafarismo es una religión que integra una espiritualidad bíblica milenaria y una conciencia histórica negra (afro caribeña), por lo que el fumar cannabis representa una conexión con Jah (Dios), así como una forma de meditación y relajación personal. Este no se ve como una sustancia dañina, sino como una herramienta para limpiar el cuerpo, la mente y el alma, exaltar la conciencia, la pasividad y el pensamiento crítico.
Grandes artistas de reggae fueron rastafaris, ninguno de ellos más famoso que Robert Nesta Marley (1945-1981), mejor conocido como “Bob Marley”. Desde la década de los 70, el reggae se difundió por todo el orbe como un movimiento musical, cultural y político del 3er mundo (específicamente de Jamaica), en el cual participa una gran cantidad de compositores e intérpretes que siguen el rastafarismo. En este movimiento, la cannabis es llamada marihuana, sinsemillia, sensee, weed, collie y kaya, entre muchas otras formas. Y es considerada como una medicina natural y “la curación de la nación”, por lo que también representa una posición política contra la prohibición y, por ende, frente a la policía y el sistema represivo en general.
Así, el reggae se convirtió no solo en un género musical, sino también en un arma para denunciar las desigualdades sociales creadas y perpetuadas por “Babylon” (entendida esta como el sistema económico capitalista implantado por los gobiernos occidentales). Es un llamado a la liberación y la lucha por los derechos humanos, contra la violencia y discriminación por el color de piel, condición socioeconómica, política o geográfica.
El mismo Bob Marley compuso canciones como “Kaya” (1978), que nos habla sobre lo “Irie” (sentimiento de bienestar y conexión espiritual) que lo hace sentir y como esta “lo lleva hasta las nubes, más allá de la lluvia”. También encontramos artistas como Linval Thompson, que titula su canción de 1979 “I love Marihuana”, o “Macka Splaff” (1978) del conjunto inglés Steel Pulse. Un artista que tuvo una posición más política fue Peter Tosh (gran amigo de Bob Marley) con su famosa canción “Legalize It” (1976) y otras como “Bush Doctor” (1983), que hacen un llamado para la regulación de la planta, para aprovechar sus beneficios medicinales y para evitar la represión policial.
Otros ejemplos son el de Black Uhuru, que nos habla sobre el cultivo de “Sinsemillia“ (1980) que tiene en su patio y como la policía lo persigue simplemente por ser un agricultor. Algunos son aún más directos para expresar su inconformidad contra la prohibición, como John Holt en “Police in Helicopter” (1983), al decir que “si continúan quemando los campos (de marihuana), quemaremos los cañaverales”. Otro ejemplo es la canción “Ganja Smuglin” (1981) de Eek A Mouse, la cual fue censurada por la abierta mención sobre el tráfico como una estrategia de sobrevivencia en el gueto.
Actualmente, el reggae es el género musical que incluye más referencias sobre el uso de cannabis; artistas de todo el mundo tienen canciones sobre el tema, inclusive en español. Algunos ejemplos son: “Yo Planto” de Quique Neira (Chile), “Saca, prende y sorprende” de Cultura Profética (Puerto Rico), “La hierba del rey” de Morodo (España), “Sinsemilla” de Resistencia Suburbana (Argentina), o “Sensi sensi” de Mekatelyu (Costa Rica). Sabemos que se nos quedan por fuera muchos artistas, pero si quisiéramos incluir a todos la lista sería interminable.
En conclusión, las canciones de reggae que hablan sobre cannabis nos comentan sobre sus beneficios medicinales y terapéuticos para muchas enfermedades, pero también como esta planta nos ayuda a hacer frente al día a día en esta cultura de consumo y violencia. También se denuncia la represión constante de la policía y del gobierno, que impiden su cultivo y consumo y la búsqueda. Por lo que finalmente el mensaje principal es: ¡Legalización de la Marihuana!