El COVID-19, alias Coronavirus, apareció para pasonearnos la vida. No es para menos, resultó sumamente contagioso y provocador de síntomas graves que requieren la hospitalización de una parte importante de enfermos (alrededor del 20%) -especialmente por la falta de respiración-, muchos de los cuales terminan muriendo. Los sistemas de salud de decenas de países se encuentran saturados, lo que a su vez incide en mayor cantidad de muertes, y se espera que lo mismo ocurra en la casi totalidad del planeta.

Las autoridades en salud pública trabajan a marchas forzadas, encontrar respuestas, disminuir contagios y muertes es prioridad. Lo que se sabe no es suficiente. El aislamiento físico se consolida como política en prácticamente todos los países, aunque con matices que van de lo voluntario a lo obligatorio. Se ha encontrado que la letalidad se incrementa entre personas mayores a 70 años y/o que presentan comorbilidad -enfermedades como cáncer, diabetes y tabaquismo-, por lo que en varios países aumentan los cuidados a estas poblaciones; sin embargo, el virus también ha causado la muerte a jóvenes y adolescentes. 

La situación para los usuarios de sustancias psicoactivas es similar al resto de ciudadanos, estamos expuestos al contagio y a contagiar el virus, así como a las políticas implementadas por nuestros gobiernos para intentar reducirlos. En este panorama, muchos usuarios de mariguana se preguntan ¿es un riesgo consumir mariguana en tiempos de coronavirus? 

Se ha llegado a considerar que algunos consumos aumentan los riesgos de síntomas graves en caso de contagio. Un estudio sobre el COVID-19 en China, país donde originalmente se identificó la enfermedad, encontró que la mayoría de los enfermos eran hombres (55%), y que la tasa de mortalidad es del triple para hombres (4.45%) que para mujeres (1.25%); lo que ha sido asociado a la alta proporción de fumadores de tabaco (52.1%), en contraste la proporción de fumadoras es baja (2,7%). El tabaquismo puede producir EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) y agravar pulmonías, razón por la que se considera un factor de riesgo para distintas enfermedades respiratorias, tales como han sido en brotes epidémicos anteriores -como el SARS en 2011- y ahora el COVID-19.

En Estados Unidos, el NIDA (National Institute on Drug Abuse) emitió una alerta dirigida a la comunidad de investigadores por “la posibilidad de que podría tener un impacto especialmente fuerte en los grupos de población con trastornos por el consumo de drogas. Dado que el coronavirus que causa COVID-19 ataca los pulmones, podría representar un peligro particularmente grave para quienes vapean o fuman tabaco o marihuana. Las personas con trastornos por el consumo de opioides y metanfetamina también pueden ser vulnerables debido a los efectos que esas drogas tienen en la salud respiratoria y pulmonar”. En la alerta destaca que se refiere a quienes fuman (uso) y no a quienes padecen tabaquismo (dependencia), y que agregan el vapeo y a la marihuana.

Sin embargo, gobiernos locales como el de San Francisco, California -primera ciudad que impuso el aislamiento social en EE.UU-, han clasificado los expendios de marihuana como esenciales, debido al efecto que tiene para contener el estrés de la población, por lo que deberán permanecer abiertos durante la contingencia. Lo mismo ha sucedido en ciudades como Los Angeles y Nueva York, y en estados como Colorado e Illinois.

En México, el miércoles 25 de marpasado, en un video publicado en redes sociales, el comisionado de la CONADIC (Comisión Nacional contra las Adicciones), Dr. Gady Zabicky, y su director general, Dr. Jorge González Olvera, señalaron que “igual que otros grupos vulnerables, como los adultos-mayores, pacientes con diabetes u otras condiciones previas, los usuarios de sustancias, patológicos o no, también son parte de este grupo vulnerable”. Sin embargo, no mencionaron estudios científicos que avalen este dicho, ni presentaron política alguna para apoyar a esta población, solo repitieron los daños que causan las sustancias y, basado en ello, incitaron a los usuarios a que tomen en cuenta sus “útiles” recomendaciones; que, en el caso de las sustancias ilegales, básicamente es: “dejen de consumir”. 

Durante el video mensaje el doctor Zabicky explica que los usuarios de cannabis tendrían mayor riesgo porque “están inhalando bióxido de carbono, moléculas suspendidas, monóxido de carbono y otros elementos que también afectan la función y la salud pulmonar”, pero, a saber, eso y más lo respiramos todos los días con la contaminación capitalina. Por otra parte, aunque es sabido que la vaporización de mariguana evita varios de esos humos también la consideran riesgosa, pero sin decir por qué, lo que nos deja a los usuarios sin más explicación que “porque lo digo yo”.

Los doctores también espantan con los daños que producen dos drogas estimulantes, las metanfetaminas “producen contracciones de los vasos sanguíneos a nivel pulmonar, lo cual aumenta el riesgo ante cualquier infección respiratoria”, y el crack. 

En cambio, en el caso de dos drogas legales sugieren que se pueden seguir usando (¡Que suerte!). Respecto al alcohol, el comisionado señala “desde la Conadic pensamos que el alcohol no debe estar contraindicado dentro de las familias mexicanas, en estos momentos… pero sí debemos ser más cuidadosos”, aunque extraña que digan que “estar bebiendo alcohol en cantidades mayores a lo que normalmente se hace no es una buena idea”, dado que los niveles de consumo de alcohol “normales” en el país ya de por sí son altos y suelen ir aparejados de violencia familiar, lo cual ellos mismos reconocen en la siguiente joya: 

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Imagen tomada del video publicado por Conadic.

Así es, debemos evitar el consumo de otras drogas porque el consumo de alcohol provoca violencia familiar. Se cae de científica la aseveración.

Desafortunadamente, el mensaje preventor de la Conadic queda en un chabelesco “cuídate a ti mismo y mucho ojo”, pues no ofrecen alternativas de cuidado para usuarios vulnerables, tales como los internos en centros de tratamiento y cárceles, quienes viven en calle, menos aún para los dependientes que seguramente padecerán síndromes de abstinencia conforme se prolongue la crisis coronavírica y haya desabasto y alza de precios en los mercados.

En resumen, mientras en varias ciudades de Estados Unidos declaran los expendios de mariguana como “esenciales”, en México la máxima autoridad en adicciones señala que los usuarios tienen mayor riesgo porque “están inhalando bióxido de carbono, moléculas suspendidas, monóxido de carbono y otros elementos...”

¿Podemos fumar entonces? Si bien no encontramos datos que evidencien una asociación entre el consumo de mariguana y los síntomas graves o muertes por COVID19, tampoco significa que los usuarios de mariguana seamos inmunes ni que debamos ser omisos ante la emergencia. Debemos ser responsables, razón por la cual es recomendable atender las instrucciones de las autoridades de salud pública, a la vez que aumentar los cuidados personales concernientes a nuestro consumo de psicoactivos.  

Por la misma razón, quienes hacemos uso personal de la mariguana, si no dejamos de fumar, podemos hacerlo en menos cantidad o usar alternativas, como ingerirla en alimentos; además de evitar compartir la parafernalia y el consumo colectivo -lo que incluye a todas las drogas-. Igual de responsable será continuar cultivando para mantener el abasto de Susana mariguana personal.

En resumen, el virus azotador de la humanidad tiene al mundo de cabeza y no faltan las hipótesis sobre todo tipo de riesgos asociados a la enfermedad, así como de las formas de mantenerse inmune (desde la pobreza de la población, a las estampitas milagrosas), por lo que debemos mantenernos alertas para conservar nuestra salud -individual y colectiva-, a la vez que nuestros derechos.

 

Clavado en la Textura 

Opinión del @Dr_Cannabis