Las sustancias estimulantes son un remedio común para obtener esa energía extra que en ocasiones se necesita para completar un trabajo escolar, terminar el que hacer, o llegar con la actitud correcta a una fiesta después de un estresante día en la chamba.

Sin embargo, como todas las drogas, su uso no está exento de riesgos y daños, en especial si se lleva en exceso. Hoy presentamos algunas de las más comunes, así como las consideraciones pertinentes si quiere evitarse alguna consecuencia mayor a la salud.

Cafeína

La cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo. Se calcula que la gente bebe 400 mil millones de tazas de café al año. Pero también se encuentra presente en otras, como el té negro y las bebidas energetizantes.

Efectos: Disminuye la percepción de cansancio a través de la inhibición de adenosina. Aumenta la actividad cerebral, ritmo cardíaco, y acelera el proceso de metabolización. Es un potente diurético, por lo que se recurre constantemente al inodoro.

Recomendación: No mezclar con otras sustancias. En particular las bebidas energizantes pueden ocasionar problemas por los altos niveles tanto de azúcar como de cafeína. Para un mejor aprovechamiento, es posible dormitar 15 minutos tras el consumo, pues es el tiempo que le toma a la cafeína en hacer efecto.

Cocaína

Uno de los estimulantes más populares, también es uno de los que presenta mayores riesgos asociados a su consumo. Sin embargo, existen varias estrategias para disminuir estos, por lo que es posible llevar a cabo un uso seguro y responsable.

Efectos: Estimula la liberación de adrenalina, serotonina y dopamina. Por ello, incrementa la energía, euforia y el estado de alerta. También aumenta el ritmo cardiaco; entume la nariz y boca; y reduce la sensación de fatiga y el apetito.

Recomendación: Uno de los principales riesgos es el de la dependencia. Debido a que genera tolerancia con relativa facilidad, el usuario buscará ingerir dosis cada vez más altas. La corta duración del efecto no ayuda, pues requiere un consumo con alta frecuencia.

Un excelente método para mantener los límites es no tener a la mano más de la que planees consumir, pues resulta tentador dejarse llevar y “periquear” hasta agotar el suministro

En particular, la mezcla con alcohol lleva a la metabolización de otra sustancia, más potente y tóxica que ambas (chupe y fifí) por separado.

Crack

Puede decirse que es un “derivado” del proceso de producción de cocaína, mezclada con bicarbonato de sodio. Varía en la forma de consumo, pues es más común fumarla. Sin embargo, al provocar sensaciones más intensas, puede llevar a la dependencia con aún mayor facilidad.

Efectos: Supresión del apetito, sueño, y dolor. En exceso puede causar ansiedad, sueño irritabilidad y malestar en general.  

Recomendaciones: Al igual que la cocaína en polvo, no tengas a la mano más de la cantidad que planeas consumir. No se aconseja el uso de pipas de metal, pues el calor producido puede dañar la garganta y pulmones. Mantenerse hidratado y no mezclar con otras sustancias ayuda a reducir considerablemente los daños.

MDMA (Tachas, trackas, M)

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Una de las drogas favoritas para la fiesta y festivales. En sí, la sustancia es relativamente segura (comparada a otras). Sin embargo, la falta de control de calidad en el mercado negro provoca que la mayoría de los productos disponibles se encuentren adulterados, por lo que se debe procurar analizar la sustancia o no consumir dosis elevadas.

Efectos: Incrementa los niveles de serotonina, noradrenalina y dopamina. También, ocurre la llamada empatogénesis o “apertura emocional”. Distorsiona los sentidos, provoca resequedad, sudoración, y aceleración del ritmo cardiaco.

Recomendaciones: Días después del consumo es probable que disminuyan emociones como la felicidad o la motivación. Esto, por la sobre estimulación que recibieron los receptores de serotonina. En pocas palabras, abusaste de tus “niveles de felicidad”. Algunos sobrellevan este bajón comiendo chocolate o con actividades satisfactorias (ejercicio, sexo, hobbies). En una semana todo volverá a la normalidad.

Además de cuidarse de los adulterantes, lo demás son consejos generales: mantenerse hidratado, no mezclar con otras sustancias o irritantes.

Ritalín (Metilfenidato)

Esta droga se comercializa como medicamento para el tratamiento de condiciones como trastorno por déficit de atención o narcolepsia, aunque también se prescribe para combatir la fatiga y la depresión. Sin embargo, precisamente por sus efectos estimulantes, puede llegarse a un uso en exceso.

Efectos: Aceleración del ritmo cardiaco y respiración. Contracciones musculares. Falta de apetito. Ansiedad, tensión y náuseas.

Recomendaciones: Al ser un medicamento aprobado uno esperaría que sea relativamente seguro. Sin embargo, tiene una alta facilidad para generar tolerancia y, por ello, dependencia. Lo mejor es consumir en dosis bajas y no repetir en caso de no alcanzar los efectos deseados. No mezclar con alcohol u otras substancias, y mantenerse hidratados.

 

¿Puede alguna de estas drogas ayudarme a rendir mejor en el día?

Probablemente. Desde el café hasta la cocaína, los estimulantes se han usado a lo largo de la historia de la humanidad con distintos propósitos. La sociedad contemporánea, al ser altamente competitiva, puede llegar a demandar más de lo que nuestras capacidades regulares ofrecen, y algunos pueden ver allí una nueva aplicación.

Si haz decidido utilizar alguna de ellas, te aconsejamos buscar la mayor cantidad de información posible de fuentes confiables.