Hace unos días se publicaron, en el Semanario Judicial de la Federación, las 8 jurisprudencias que avalan la inconstitucionalidad de la prohibición absoluta de la cannabis. ¡Felicidades! Ahora todos los adultos podrían consumir y cultivar mariguana para consumo personal.
Sobre esto, los usuarios de cannabis se plantean 2 líneas de acción diferentes:
1) Quienes van por la misma vía de quienes obtuvieron los amparos otorgados por la Suprema Corte, aduciendo que deben realizar el mismo trámite para obtener la misma respuesta; para esta acción ya hay decenas o cientos de abogados y despachos ofreciendo sus servicios para realizar el trámite, algunos de manera altruista otros no; incluso algunos ciudadanos ya han obtenido su amparo para cultivar mariguana para consumo personal con base en dicha jurisprudencia. Y
2) Quienes piensan que el trámite es innecesario, aduciendo que mientras no haya autoridad que persiga las conductas sobre las que versa la jurisprudencia no hay de qué ampararse
¿Cuál será mejor? Ya veremos, todavía hay vacíos legales que pueden ser sujetos a interpretaciones; como es el caso de las semillas, las cuales continúan prohibidas. Pero independientemente de la acción que cada quien decida tomar, lo importante es el interés de los mariguanos por participar de un cultivo cuya difusión ayudará a disminuir la inseguridad, pues su ilegalidad solo ha beneficiado a grupos delictivos y policías corruptos.
¡A cultivar!
Contraste en el poder ejecutivo
El pasado 20 de febrero se publicaron los nuevos datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Los datos se centran en lo que se considera la Clasificación de delitos prioritarios, entre estos -para nosotros- destaca el narcomenudeo; el cual incluye la posesión, el comercio y el suministro de drogas, en cantidades que van de 1 a 1,000 veces las marcadas en la tabla del artículo 479 de la Ley General de Salud.
Los datos muestran tablas con la Incidencia delictiva total y por delito, las cuales comparan enero de 2019 con el mes anterior.
Comparativo mes anterior / Dic18 - Ene19 |
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Presuntos delitos |
Diciembre 2018 |
Enero 2019 |
Diferencia mes anterior |
Incidencia delictiva total |
147,399 |
160,712 |
9.03% |
Narcomenudeo |
4,611 (3.12%) |
5,661 (3.52%) |
22.77% |
Fuente: Elaboración propia con datos del Secretariado Ejecutivo del SNSP.
Estos aumentos muestran un mayor esfuerzo policíaco sobre el narcomenudeo como parte de la política del nuevo gobierno. El crecimiento de los presuntos delitos por narcomenudeo (22.7%) es mayor que el de la Incidencia delictiva total (9%) y, a su vez, el peso de los presuntos delitos por narcomenudeo en la incidencia delictiva total creció de 3.12% en diciembre al 3.52% en enero de este año.
Aunque, en principio, es obligación de la policía perseguir el narcomenudeo, aumentar la persecución no ha funcionado hasta ahora para disminuir el comercio ni el consumo de drogas. En buena medida porque las conductas que se persiguen -especialmente la posesión- no sólo son cometidas por narcomenudistas, sino también por simples usuarios, lo que deriva en que la policía desperdicie esfuerzos en detener y castigar usuarios por narcomenudistas.
Igual de grave, que los usuarios sean tratados como narcomenudistas, son los riesgos que esto implica para la seguridad pública. En primer lugar, porque aumentar los números de detenidos no implica necesariamente una mejoría en el combate al mercado de drogas, ni una disminución del comercio o el consumo, pero sí implica que la policía dedique horas de trabajo en perseguir delitos no violentos y sin víctimas (las supuestas víctimas compran voluntariamente), en lugar de ocuparlas en perseguir delitos violentos de mayor relevancia para el conjunto de la sociedad.
Y, en segundo lugar, porque perseguir el narcomenudeo se ha convertido en el pretexto de una práctica de extorsión institucionalizada, en la que se suele implicar a usuarios jóvenes sorprendidos “en fragancia”; cuando el usuario o su entorno huele a mota -o viste con alusión a ella- y la policía lo detiene para una “revisión de rutina”, y les encuentra -o aparece- evidencia en cantidad suficiente como para ser presentados ante el MP por el presunto delito de narcomenudeo. Esto implica, además de la pérdida de confianza en la autoridad por parte de los usuarios, la posibilidad legal de que haya policías que detengan usuarios para presentarlos ante el MP por posesión de drogas, cuando en realidad lo hacen porque no aceptaron o pudieron dar una mórdida, o porque así evitan tener que perseguir a narcomenudistas que los corrompen; de cualquier forma, al presentar presuntos narcomenudistas justifican su labor policial.
Por lo que, al final, el aumento en las cifras de presuntos delitos por narcomenudeo no necesariamente significa un mejor combate al mercado de drogas, pero sí significa una mayor presión de la policía sobre los usuarios que consumen en espacios públicos y un desperdicio del trabajo policial en plena crisis de inseguridad nacional.
Esperamos que la política de seguridad contra el narcomenudeo no sea solo de realizar más detenciones, sino que incluya también el auto abasto de mariguana como forma de menguar el valor y la disputa de los mercados locales de drogas, y la reducción de daños como forma de restablecer las relaciones entre los usuarios de drogas y la autoridad, a través de los servicios de salud, como siempre debió haber sido.
Clavado en la textura es la
Columna de opinión del Doc Cannabis