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Paul Stamets es un reconocido amante e investigador de los hongos de todo tipo, entre ellos aquellos que contienen la poderosa molécula: la psilocibina. No es para menos puesto que Stamets “fue curado” de un severo problema de tartamudeo que lo aquejaba de joven gracias a una experiencia de consumo de hongos.

“Pasé por 6 años de terapia del habla, aún así no podía hablar o ver alguien a los ojos sin tartamudear. Pero no tartamudeaba cuando hablaba con animales o al cantar”.

“Un día, antes de que tuviera información sobre cualquier tipo, decidí comprar una bolsa de hongos. Aproximadamente 20 gramos” cuenta en una plática con Joe Rogan. “Salí a una caminata en Ohio. “Era el verano y sabía que el setting era importante así que salí a caminar.

“Me encuentré con este árbol enorme al cuál solía trepar. Era el árbol más alto en la colina más alta. Me encontraba trepando el árbol cuando los efectos comienzan a manifestarse. Era grandioso porque mientras más subía en el árbol más subía en mi mente.

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“Llegué a la cima y la vista era preciosa, pero en el verano también había nubes negras enormes en el horizonte, yo pensé ‘Eso es cool’. Una tormenta veraniega se acercaba, las nubes eran negras y estaban hirviendo y se acercaban a mí. Escuchaba el trueno, estaba cada vez más alto, el viento comenzaba a remontar y los árboles se agitaban.

“Entonces me dio vértigo y pensé “estoy bien puesto con esos hongos” y me abracé al árbol y se convirtió en mi axis mundi a la Tierra.

“Luego los rayos comenzaron a soltarse y uno de ellos sucedió muy cerca del árbol en el que estaba. En ese momento vi fractales por primera vez. La atmósfera se hizo líquida, vi olas de patrones geométricos en todos lados y las chispas de los rayos creó un increíble incremento de olas secundarias y terciarias de fractales. Fue impresionante, ‘esto es lo que he escuchado’ pensé.

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“La tormenta me alcanzó, hubo rayos todo a mi alrededor, la lluvia me bañó y estuve en contacto con Gaia y el Universo. Mi corazón se abrió y dije ‘o por dios este es un espíritu muy poderoso. No se puede describir la experiencia con palabras.

"Entonces me percaté de algo muy importante. Me dije a mí mismo “Espera Stamets, estás en el árbol más alto en la colina más alta durante una tormenta eléctrica. No es el mejor lugar para estar.

"Fue una experiencia muy impresionante y trascendental, pero también hubo miedo. Como en el ‘viaje del héroe’, siempre está presente el lado oscuro, no solo el lado luminoso. 'Pensé ‘oh por dios, moriré aquí’. Pero también me dije, ‘no vas a morir ¿cuáles son tus problemas? ¡saca algo de esta experiencia!

“Pensé: El hábito de tartamudear es ridículo y no soy estúpido. Me dije a mi mismo “Deja de tartamudear.

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“Dije eso cientos de veces, una y otra vez. Afortunadamente la tormenta pasó, me bajé empapado del árbol y regresé a mi casa. No me encontré a nadie hasta el día siguiente. En la mañana salí a caminar. Iba por una banqueta y me encontré a una señorita que me gustaba mucho.

“Ella era muy educada y muy amable, pero siempre estaba atraída por atletas seguros de sí mismos. Yo no quería mirarla a los ojos porque iría a tartamudear. Aquella mañana ella se acercó a mí y me saludó:

“-Buen día Paul, ¿cómo estás?

“Y por primera vez, la miré a los ojos y le respondí: -Estoy bien, ¿cómo estás tú?.

“Dejé de tartamudear en un día y esto te habla de algo que está probado científicamente y es que podemos resetear la actividad neurológica del cerebro a través de la neurogénesis, la creación de nuevas neuronas.

“La categoría de tartamudo en el que me encontraba era que intentaba engañar a mi cerebro con frases preposicionales o adverbiales a la mitad de la oración en la que me trabé porque estamos pensando en tres o cuatro oraciones después, y la única forma en que puedes hacer eso es engañar a tu cerebro. Entonces tuve que descubrir un nuevo camino neurológico para engañar a mi cerebro y sacarlo de mi ritmo de tartamudeo que era solo una repetición de la que no podía salir.

“Creo que esa experiencia me permitió crear nuevos mapas neuronales”.