"La Pesadilla de Posadas": Homenaje por parte de Rafael Barajas "El Fisgón"

José Guadalupe Posadas fue uno de los máximos ilustradores que ha dado México, y a quien hiciesen famoso sus muy conocidas calaveras de épocas porfirianas. Sin embargo, entre su ‘panteón’ de personajes, también se encuentra el célebre Chepito Mariguana, un referente clásico de los usuarios de cannabis en México.

No se sabe con exactitud en qué momento aparece Don Chepito, la mayor parte de las ilustraciones aparecen sin fecha, y solo hay una datada entre 1890 y 1896, lo que deja cierta incertidumbre sobre la primera aparición de Chepito…

Chepito es un adulto cercano a los 50 años, delgado y calvo, que usa ropa sastre e incluso lentes; poco que ver con el imaginario actual de joven pacheco. Lo que queda claro es que el nombre de la mariguana originalmente se escribió con g y no con h

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No se le ve vilipendeando por la calles, ni robando objeto alguno, vaya ni siquiera se le notan las venosidades propias del ojo rojo. A lo más en una de las ilustraciones, Chepito aparece sentado en el suelo, después de haber sido derribado y en el nombre de la nota: “Gran chasco que se llevó Don Chepito Mariguana por andar con una mujer casada”, pero esto puede ser atribuido más a una situación humana que a los efectos de la mariguana.

Así como Las Calaveras que ilustró José Guadalupe Posadas, con Chepito Mariguano se representaron momentos de la vida cotidiana de México en aquellos años.

Interesante pues que el mariguano de Posada no sea pobre, no sea joven, ni tampoco sea un desempleado, ni siquiera descuidado en su vestir. Si bien, además del apodo, tampoco se observa al personaje con ningún porro o cigarro de la santa yerba, lo cual tampoco tiene explicación clara alguna.

Así, la cultura mexicana se ve una vez más llena de referencias que aluden al uso de sustancias psicoactivas, como el cannabis, y el formas que se alejan del estigma y prejuicio que permea en nuestra sociedad hoy en día. Mientras tanto, esperemos Chepito y la Calaca se sigan dando unos buenos flavios.

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