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Investigadores del Colegio Imperial de Londres han estudiado el fenómeno de la ‘micro-dosis’ de sustancias psicoactivas, particularmente de LSD. Ahora revelaron nuevos datos de una investigación donde señalan que algunos de los beneficios previamente reportados pudieron ser parte de un efecto placebo, con lo que se amplían las dudas en torno a esta práctica de uso.

En pocas palabras, esta práctica consiste en tomar una porción de la sustancia en cantidades que no producen efectos perceptibles, pero que supuestamente generan otro tipo de beneficios. Suele decirse que es 1/10 del total de una dosis activa.

La tendencia en este tipo de uso comenzó a popularizarse entre trabajadores de la industria de la tecnología del área de Silicon Valley, California. Según algunos de ellos, usar dosis sub-perceptuales de sustancias como el LSD o la psilocibina les permitía incrementar su productividad laboral; disminuir sus niveles de estrés y ansiedad; y mejorar su calidad de vida en general.

Sin embargo, la evidencia científica no ha sido suficiente para esclarecer con certeza si en efecto había beneficios a la salud mental con el uso de estas sustancias, o sí la predisposición de los usuarios de alguna manera predeterminada el resultado positivo.

O, en otras palabras, ¿de verdad funciona la microdosis de estas sustancias? ¿o los beneficios son generados por los mismos usuarios? Bueno, ahora hay una posible respuesta.

En el pasado, el estudio de control más grande jamás realizado pareció apoyar los relatos testimoniales sobre los beneficios de esta práctica. Pero cuando los investigadores analizaron los resultados, observaron que los participantes que tomaron el placebo reportaron resultados similares a quienes tomaron LSD:

“Nuestros hallazgos confirmaron algunos de los efectos psicológicos beneficiosos de la microdosis a partir de informes anecdóticos y estudios observacionales, como una mejor sensación de bienestar y satisfacción con la vida” aseguró Balázs Szigeti, autor lider del estudio. “Pero vemos las mismas mejoras entre los participantes que toman placebos. Esto sugiere que las mejoras pueden no deberse a la acción farmacológica del fármaco, sino que pueden explicarse por el efecto placebo” añadió.

Este estudio se lanzó en 2018 y reclutó a 191 participantes. Los voluntarios siguieron una serie de instrucciones para preparar las cápsulas de gel que contenían, o una dosis baja de LSD (alrededor de 13 microgramos) o bien, tenían placebo (una sustancia sin efecto alguno sobre el organismo humano). Por supuesto, los participantes no tenían conocimiento sobre i ellos estaban tomando LSD o una sustancia inerte. 

La prueba duró 4 semanas durante las cuales los participantes respondieron cuestionarios sobre su estado de ánimo y además de medir algunas habilidades cognitivas generales. 

Típicamente los participantes reportaron un aumento psicológico positivo horas después de haber tomado su cápsula de gel, sin importar si esta tenía placebo o LSD.

Los beneficios reportados fueron: aumento del bienestar, paz mental (mindfulness) y satisfacción con la vida, así como sentimientos reducidos de ansiedad y paranoia.

Estos resultados parecen indicar que la expectativa de tomar la sustancia es tan beneficiosa como la sustancia en sí misma.

Si bien los resultados confían en la validez de sus resultados, reconocen ciertas limitaciones del estudio. Dado que los participantes obtuvieron las sustancias por su cuenta, es imposible estar seguro de qué dosis ingirió cada uno, y muchos de los participantes evidentemente estaban lo suficientemente familiarizados con los efectos del medicamento como para adivinar si habían tomado una microdosis de LSD o una cápsula de placebo.

Por último, como es costumbre en este tipo de experimentos, los especialistas señalan la importancia de realizar más investigación para conocer mejor fenómenos tan complicados como la farmacología de las sustancias psicoactivas.

 

Con información de The Guadrian