¿Quién o qué nos hizo creer que no teníamos derecho a decidir sobre nuestra propia muerte? Hoy la ciencia psicodélica, entre otras cosas, estudia el uso de enteógenos al final de la vida y viene a cuestionar un paradigma médico tanatofóbico que eliminó por décadas la autonomía y el derecho humano a decidir sobre su vida y su muerte. 

Imagen tomada de: Radio Diez de Marzo. // Créditos al autor o autora original. 

En la actualidad existen tres tipos de abordajes médicos a la muerte cuya efectividad se cuestiona por no contemplar la importancia de los factores existenciales, psicológicos y espirituales de las personas que se encuentran al final de su vida: distanásico, ortotanásico y eutanásico, de acuerdo a la reflexión encontrada en el artículo titulado Psicodélicos y muerte digna. Uso de sustancias psicodélicas al final de la vida, de Jaime Andrés Vinasco Barco. Sin embargo, han sido insuficientes para poder abordar la muerte de manera integral. 

Te explicamos brevemente en qué consisten:

 

  1. Distanasia 

Es el uso de todos los elementos posibles para prolongar la vida del individuo, aún si los métodos empleados son excesivamente tecnificados, inhumanos o de poca calidad. La finalidad es luchar contra la muerte a toda costa y el paradigma sobre el que se levanta es evidentemente tanatofóbico, pues la vida vendría a ser sinónimo de ganancia y la muerte de derrota. 

“¿Por qué concebimos la muerte como fracaso, si es algo ineludible, incluso deseable a partir de cierta edad y cuando el estado físico y/o mental del sujeto ha decaído tanto que no merece la pena seguir viviendo? ¿No sería mejor y de más sentido común ayudar a los moribundos a concluir su paso por el mundo en lugar de interrumpirles su proceso natural de fenecer?”. Josep Maria Fericgla, antropólogo. 

Maria Fericgla (citado en el artículo), también explica que fue a partir de la difusión de la religión judeo-cristiana que la muerte humana pasó a ser la propiedad del dios y nadie más que él podía decidir cuándo y cómo alguien debe morir. 

Con tales postulados, las reacciones de la muerte se fueron dividiendo en dos grandes categorías: quienes buscan evitarla a toda costa (distanasia) y quienes no quieren saber nada de ella hasta el momento que esta les soprenda.  

Dicha concepción de la muerte está distanciada de la naturaleza humana, muchas veces forzando la vida a costa de la dignidad y la salud emocional de quienes se someten a este enfoque. En ese sentido, el uso compasivo de enteógenos al final de la vida busca recuperar la autonomía y dignidad de las personas al final de la vida, centrando su atención en las crisis existenciales y psicoespirituales que esta condición genera. 

 

  1. Ortotanasia 

Se refiere a la muerte natural, sin prolongación ni aceleración, evitando los dolores físicos y con apoyo psicoterapéutico. Si bien este enfoque más tendente a la humanización de los cuidados podría ser adecuado, de acuerdo al autor del artículo hace falta proveer a la gente de información y al personal médico de capacitación para atender las crisis existenciales, de ansiedad y depresión que se generan frente a la muerte. 

 

  1. Eutanasia

O aceleración de la muerte. Este enfoque dota de autonomía al individuo para poder decidir cómo morir, sobre todo si las condiciones imposibilitan una vida digna y sin dolor.  “Pensando que ante su propia muerte el paciente tiene muy poco o nada que opinar”, como es de esperarse, existe una fuerte resistencia social y política que la rechaza, mencionó Vinasco Barco. 

A partir de estos tres abordajes médicos y una vez dichas sus dificultades, ¿cuál es el papel del renacer psicodélico para tratar el final de la vida?

Créditos: Alex Grey. 

Con los principales resultados de las investigaciones sobre el uso compasivo de psilocibina, encabezada por Anthony P. Bossis y Roland Griffiths, entre otras y otros en diferentes universidades del mundo, se puede concluir que las terapias con psicodélicos favorecen la construcción de un marco psicoespiritual en la persona al final de la vida que reduce la depresión, desesperanza, la ansiedad e incluso el deseo de una muerte acelerada (eutanasia). 

Con los resultados basados en fuerte evidencia científica, es menester considerar el uso de este tipo de sustancias ya que, por sus características intrínsecas, un ambiente terapéutico adecuado y los cambios vistos en los pacientes a los que se les han aplicado, pueden ayudar a las personas cercanas a morir a afrontar su deceso con paz, coraje y dignidad. 

Sobre el autor: 

Jaime Andrés Vinasco Barco, Doctor en Ciencias Sociales en el Colegio de la Frontera Norte México y presidente de la Fundación Conciencia Viba, es el autor de un texto reflexivo sobre los diferentes abordajes médicos sobre la muerte existente hoy día con el objetivo de “repensar el potencial de los psicodélicos para la construcción de un marco psico-espiritual al final de la vida”. 

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