El hachís es un extracto milenario que ha acompañado a muchas sociedades a lo largo de la historia. Y es que sus procesos de elaboración son tan sencillos, pero a la vez capaces de crear un producto con aroma, potencia y sabor que nada le envidia a la flor de marihuana.

Hoy celebramos uno de los productos favoritos del pacheco.

Historia 

Orígenes: Hay evidencia que sugiere que los primeros usos del hachís fue el comestible, no el fumado.

La historia del hachís varía desde lugares como Morocco y Egipto hasta el Imperio Persa. Tradicionalmente se atribuye su origen a la India, donde se producían las llamadas “charas”.  Estas se hacían durante la época de cosecha, cuando los habitantes tomaban la materia vegetal del cannabis y la frotaban entre sus manos para que se les impregnara la resina. Después amasaban esta resina y formaban pequeñas bolas de hash.

Entonces se utilizaba como incienso o se comía, y no fue hasta el año 1600 que se comenzó a fumar con la introducción del tabaco.

Los Hashashin: La leyenda de los Hashashin cuenta de un hombre viejo quien reclutó y entrenó a jóvenes soldados con la promesa del “paraíso en vida y muerte” si se unían a su causa y mataban a los soldados de las cruzadas. Así los convirtió en asesinos profesionales.

Hay quienes relacionan el término con la sustancia y aseguran que el consumo de ésta formaba parte del entrenamiento de los guerreros, e incluso que contribuía a sus habilidades letales. Pero la veracidad de esta leyenda aún está en duda.

Popularización: El hachís cruzó las fronteras culturales con Europa cuando los navegantes regresaron de sus exploraciones y misiones de colonización en lugares como India, Egipto y Marruecos.


En el siglo XVII la introducción del tabaco a Europa permitió la combinaciòn de ambas sustancias, con lo que se popularizó su uso combinado. Màs adelante hablaremos de los métodos de consumo.

Para el siglo XVIII ganó popularidad en los Estados Unidos y comenzò a utilizarse como remedio terapéutico para las náuseas, depresión y la pérdida del apetito, entre otros.

A finales del siglo XIX el avance en tècnicas de extracción y el incremento de la demanda auguraba un futuro prometedor para el hachís. Sin embargo, la implementación de políticas prohibicionistas a principios de siglo XX terminaron con ello.

Cómo consumir hachís

A diferencia de algunos concentrados, consumir hachís no requiere de instrumentos complejos ni mètodos sofisticados. Basta con echarlo a una pipa, prender un cerillo o encendedor e inhalar.

Tambièn se puede combinar en un cigarrillo, ya sea de tabaco o marihuana. Sólo se debe ser cuidado con la cantidad, pues al ser de combustión más lenta podría ocasionar desperfectos en la combustión del canuto.

Otra de sus aplicaciones es la de infusionar un comestible para hacerlo psicoactivo. Para ello sólo se debe descarboxilar el material, lo cual significa “activar” los cannabinoides para que surtan los efectos deseados.

Entre los beneficios que comparte con el resto de los extractos está la potencia, pues tiene un contenido promedio de entre el 20 y el 60% de THC, dependiendo de la calidad.

Elaboración

Para elaborar hachís hay varios métodos.

Tradicional o “hand rolling”: Este método consiste en amasar los cogollos o materia vegetal para obtener la resina pura de los tricomas, similar a las charas de la India. Una vez que se ha juntado una cantidad decente de material, frota las manos entre sí para formar pequeñas esferas de hash.

Comprimir keif: El famoso “hachís marroquí” o dorado no es màs que una gran cantidad de kief o polen comprimido. Recordemos que el kief son la concentración de tricomas que se desprende de manera natural de la planta. Hoy en día la mayoría de los grinders traen compartimientos especiales para la recolección de kief.

También existen herramientas especiales para comprimir kief.

Tamizado en seco: Este método es uno de los más sencillos. Sólo requiere de paciencia y una malla de tipo serigrafía.

Introduce el cannabis en el congelador un par de horas antes. Esto ayudará a desprender los tricomas con más facilidad. Coloca el material sobre la malla y procura que debajo estè una superficie plana y limpia. Ahora frota la planta contra la malla. Todos los tricomas comenzarán a caer. Este método debería entregar un rendimiento del 10% respecto al peso total del material utilizado.

Hash con Hielo Seco: Este es uno de los métodos más puros de extracción casera de hachís.

Necesitarás:

  • Una cubeta

  • Hielo seco

  • Guantes de seguridad

  • Una “bubble bag” como la de la imagen.

 

Procedimiento:

-Pon el cannabis en una cubeta larga con el hielo seco.

-Remueve y agita ligeramente por unos minutos. esto separa la resina de la materia vegetal gracias a la temperatura. El hielo seco evita que el producto entre en contacto con la humedad.

-Usa la bubble bag para envolver la cubeta por el lado de la abertura de modo que puedas voltearla de cabeza.

- En una superficie plana y limpia voltea de cabeza la cubeta, de modo que la materia vegetal repose en la bolsa.

-Una vez que la bolsa está bien sujeta con el producto dentro, sacúdelo encima de la superficie que escogiste.

-Después de un par de minutos, verás la superficie llena de un polvo de tono ámbar. Recoléctalo.

-Esta sabrosa resina la puedes transformar en hash presionándola como mencionamos antes.


Con información de:

https://www.seattletimes.com/sponsored/history-of-hashish-comes-full-circle-in-modern-use/

https://www.alchimiaweb.com/blogen/hashish-history/

https://www.royalqueenseeds.com/blog-hoe-maakt-u-hasj-n82