Después de que la semana pasada se reportaron varios adolescentes intoxicados con clonazepam por motivo de un reto promovido en redes sociales llamado ‘el último que se duerme gana’. El día lunes, menos de una semana después, se reportaron 15 niños intoxicados con la misma droga en Guanajuato.

El reto consiste en que el grupo de jóvenes que acepta el reto debe tolerar la somnolencia como efecto de la ingesta de la droga.

Casos 2023 
Primero fue en Nuevo León, el 19 de enero tres alumnos de la secundaria técnica 46, en San Nicolás de los Garza, se intoxicaron al consumir pastillas de clonazepam con agua. 

Ese mismo día, cinco estudiantes de la secundaria diurna número 26, en la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México, también consumieron el medicamento. Del total de ocho adolescentes, tres fueron trasladados al hospital.

El día lunes, quince estudiantes de la primaria Profesora María de Jesús López resultaron intoxicados porque ingirieron clonazepam en gotas, como parte del mismo “reto viral” que se difunde en redes sociales, informó la Dirección de Protección Civil de Guanajuato.

Según reporta La Jornada, “a las 10:21 de la mañana, paramédicos, bomberos y socorristas de la Cruz Roja acudieron a la institución… donde les reportaron que 15 niños de entre 10 y 11 años eran los afectados”; del total, 8 eran niñas y 7 niños. Cuatro fueron trasladados a diferentes hospitales.

Riesgos del clonazepam 
El clonazepam es un fármaco perteneciente al grupo de las benzodiazepinas, se utiliza como antiepiléptico, y es altamente efectivo en cualquier desorden de ansiedad.

En dosis muy altas, o altas con poca tolerancia, causa una fuerte amnesia pudiendo ser total a corto plazo, con desinhibición conductual, provocando alta probabilidad de accidentes graves y actividades riesgosas/inesperadas.

Y estos efectos son, justamente, los retos de usar el clonazepam.

El clonazepam es un medicamento controlado, una de las llamadas drogas médicas, se requiere prescripción de un médico para poder obtenerla en la farmacia, sin embargo no es raro su abuso ni su venta en el mercado negro.

Responsabilidad cero en el gobierno 
Sí es un medicamento controlado, ¿de dónde sale el clonazepam usado por los jóvenes? Una hipótesis repetida es que obtienen la droga en casa, ya que es frecuente su uso entre personas con ansiedad, lo cual es común en la sociedad contemporánea.

De hecho, esta es la hipótesis favorita por los políticos para evitar cualquier responsabilidad. Así, el gobernador de Veracruz, Cuitlahuac García, le traspasó la responsabilidad a los padres: “Ellos en su casa cuando su hijo sale tienen que revisar la mochila de sus hijos; al momento de salir es el primer filtro que ya podemos instrumentar (...) ojalá cunda el mensaje entre los jóvenes”, apuntó cuando se reportaron los primeros siete casos en aquel estado en noviembre pasado, según nota de El Financiero.

Del mismo modo, el alcalde de Guanajuato, Alejandro Navarro Saldaña, exhortó “a los papás y tutores vigilar de cerca en qué andan sus hijos y alumnos, sobre todo en el uso de redes sociales”, publicó La Jornada.

En pocas palabras, para los políticos esto no es su problema.

Sin embargo, como sociedad, este reto nos hace ver el riesgo que corren los usuarios que abusan de estas drogas.

Es urgente tomar medidas, especialmente por el aumento de reportes de adolescentes y niños intoxicados en espacios escolares que se consideran seguros, pues los riesgos pueden desbordarse si adolescentes y niños toman la droga en espacios privados y en ausencia de adultos.

Tampoco podemos obviar que esta sustancia es frecuentemente usada por personas que la combinan con alcohol para realizar robos o actividades ilegales, lo que la ha vuelto un producto común en el mercado negro. Si esta es la fuente de la droga usada por los adolescentes y niños reportados -segunda hipótesis-, los riesgos en que se encuentran los menores son mayores a los reportados.

Conocer los efectos de esta sustancia para reconocerlo en los jóvenes es necesario, así como cuidar dónde se guardan las drogas de la familia -en caso de usarlas- y, por supuesto, alertar a los jóvenes sobre los riesgos de perder la consciencia en lugares donde no hay personas de confianza.