Esta frase resume los anhelos políticos de los consumidores.

¡Que la mota la siembren los usuarios…! Esta parte contiene el anhelo de cultivar para sí mismos y/o sus cercanos, sea para usar flores de mejor calidad, saber qué se consume o para no comprar en el mercado negro.

El cultivo para consumo personal de mariguana ya ha sido reconocido por la Suprema Corte de Justicia de la Nación como inherente al derecho al libre desarrollo de la personalidad desde el 2015; de hecho, este reconocimiento origina la regulación que actualmente se discute en el Congreso Federal.

En la minuta aprobada en el Senado se permite a los usuarios sembrar mariguana, pero con límite de plantas: 6 por persona, 8 por casa y 120 por asociación. En el caso de las asociaciones, además, se establecen licencias y registros para plantar, no así en el caso de los cultivos domésticos. 

Sin embargo, con el fin de garantizar el derecho a la salud, sería necesario que se aumentase el número de plantas a cultivar para quienes hacen uso medicinal de ellas, dado que el número permitido no es suficiente para tratar los varios padecimientos para lo que es útil.

¡...ya no la policía!, esta parte resume el abuso policíaco que padecen los usuarios de mariguana en México.

La mayoría de las detenciones de usuarios de mariguana sucede por consumo en vía pública (falta administrativa), pero cuando la policía los revisa suelen encontrarlos en posesión de más mariguana y, dado el bajo umbral de posesión (5gr) necesaria para procesar a una persona por narcomenudeo, muchos detenidos tendrían que ser remitidos al ministerio público (por posesión) y ya no al juzgado cívico (por consumo público).

Sin embargo, es común escuchar de usuarios a quienes, al no encontrárseles en posesión superior al límite, cuando han sido detenidos por consumo -o arbitrariamente-, se les amedrenta con sembrarles mariguana. Y aunque la mayoría de veces las amenazas solo son una herramienta para negociar extorsiones más cuantiosas, suelen tener efecto porque los usuarios consideran posible que la policía las cumpla.

Desafortunadamente, aunque el dictamen aprobado en el Senado despenaliza la posesión de mariguana al eliminar las penas por posesión de menos de 28 gramos y disminuir las penas por posesión de 28 a 200 gramos, los incentivos para que la policía siembre mota se mantienen. A lo mucho, los montos de las multas modificarían el costo promedio de las extorsiones a usuarios. 

Si bien se sabe que eliminar la corrupción policíaca va mas allá de la regulación de la mariguana, mantener sanciones por posesión y umbrales para aplicarlas incentiva el sembrado como forma de negociar una mayor ganancia.

Peor aún, el dictamen actual no solo mantiene las condiciones para la extorsión de los usuarios, sino que establece nuevas sanciones al consumo público, lo cual puede disparar las extorsiones a los usuarios.

El consumo público de mariguana ya es sancionado por leyes locales -la Ley de Cultura Cívica en CdMX-, por lo que no se entiende cuál es la intención de federalizar una sanción local, ni cuál autoridad se encargaría de aplicar estas multas. 

Atribuir a autoridades federales la facultad de perseguir el consumo público, agravaría la vulnerabilidad de los usuarios, e incentivaría aún más a los policías que prefieren perseguir mariguanos -a los cuales suelen extorsionar-, que a delincuentes que puedan ser peligrosos.

Con esto no queremos decir que todos los policías abusen de su autoridad, pero sí la mayoría de los que, como usuarios, hemos conocido hasta ahora.

Ya veremos si este periodo legislativo los diputados cumplen con la sociedad y regulan la mariguana con base en los derechos de los usuarios. Y eso sólo será auténtico si incluye la eliminación de incentivos para la corrupción policíaca.

 

Clavado en la textura

Opinión del Dr Cannabis