Alberto Angles
Nierika es el término huichol (Wixárika) relacionado con el poder de la visión y la creación del mundo. Nierika es también el nombre dado a la exposición de las fotografías tomadas por John y Colette Lilly, quienes desde 1968 convivieron con mazatecos y huicholes con el fin de conocer las formas de uso que daban a hongos y plantas sagradas. Nierika se presenta en el Centro de la imagen de la Ciudad de México (Plaza de la Ciudadela #2).
Además de convivir con mazatecos y huicholes, John (1937-2006) y Colette, ambos etnólogos, lograron obtener registro fotográfico de la vida cotidiana y ritual de estos dos grupos étnicos. La exposición presenta solo unas pocas fotografías de lo que pareciera ser un acervo más rico, considerando la calidad del material expuesto y el tiempo que estos fotógrafos vivieron en comunidades indígenas.
La exposición se divide en dos partes, la primera parte versa sobre los mazatecos y el uso de los hongos -las fotos me hicieron salivar y pensé si acaso ya era yo una suerte de perro de Pavlov. En esta parte, la exhibición de fotografías es acompañada por algunas portadas y recortes de periódicos con noticias sobre jóvenes extranjeros que venían a comer hongos; una de ellas presentaba las fotos de una docena de extranjeros detenidos con hongos, y cuyos rostros de varios de ellos contenían la expresión de un malviaje.
La segunda parte es todo un viaje, los escenarios desérticos, los peyotes y los huicholes con indumentarios tradicionales -excepción de las gafas oscuras- y manipulando objetos sagrados. Expresiones de un cotidiano ritual, fotografías que son portales del mundo psicoactivo, el mundo en que vive el hermano venado azul.
En esta segunda parte también se exhibe Peyote 3D, un colorido cortometraje que promete llevarte de la mano a un encuentro psiquedélico, además de las ya tradicionales tablas con imágenes hechas a base de estambre pegado con cera de campeche.
La muestra continuará hasta fines del mes de marzo. Vale la pena darse unos tanques en los cañones de Balderas y entonces sí ¡Pásele a disfrutar del viaje!.