La mayor parte del tiempo los consumidores de marihuana sólo pensamos en los cogollos, pues es donde se encuentran las principales concentraciones de cannabinoides. Sin embargo, la planta amiga no conoce el desperdicio, y hasta los cocos tienen mucho provecho que sacar.
Aquí unos consejos de cómo utilizar los “subproductos” de la marihuana.
Los cocos
La mayoría de los beneficios medicinales de la marihuana son gracias a los cannabinoides (como el THC, CBD, CBN, etc.), los cuales también son responsables de los efectos psicoactivos. Ahora, las semillas en realidad no tienen cannabinoides, pero compensan con una alta concentración de elementos nutritivos y alimenticios.
Así como el amaranto o las nueces, son considerados un “superalimento” por la diversidad de propiedades que poseen. Por ejemplo. son ricas en proteínas, ayudan a regular el peso corporal, y un alto contenido de ácido graso omega (el cual contribuye a la salud de tu corazón, entre otros beneficios).
Para consumirlas puedes comerlas en crudo o tostarlas para combinarlas en alguna ensalada o bocadillo. También es posible preparar infusiones hirviendolas en agua.
Hojas
Las hojas del cannabis se pueden dividir en dos. Las grandes, cuya forma todos reconocemos; y las pequeñas, que producen un poco más de resina y se encuentran alrededor de los cogollos.
Las primeras carecen de efectos psicoactivos, pero pueden convertirse en tes, ungüentos, lociones o bálsamos. Estas son una excelente opción para aliviar dolores crónicos y focalizados. Al ser de aplicación tópica (en la piel) la discreción de estos productos los hacen ideal para cargar en todo momento en nuestros bolsos, mochilas o portafolios.
Mientras, las hojas pequeñas son ricas en cannabinoides. Se recomienda aprovechar su “psicoactividad” en una mantequilla espacial o incluso sirven para preparar bubble hash, los cuales se pueden fabricar con utensilios caseros.
Las raíces
Los preparados con raíces de cannabis son una de las formas más antiguas para aprovechar los beneficios de la planta amiga. Por años han sido utilizados para tratar el dolor, la gonorrea, y las hemorragias durante el embarazo.
A partir de las raíces también se ha obtenido un compuesto llamado friedelina, el cual cumple una importante función en la protección del hígado.
La forma más efectiva para usar las raíces es similar a la de los “cocos”. Puedes infusionarlas en agua hirviendo o preparar una pomada o tópico. También pueden dejarse a secar para triturarlas en un polvo más maleable a nuestros propósitos.
Tallos
Para aprovechar los tallos es posible utilizar cualquiera de las estrategias anteriores. Ya sea que en una infusión, ungüento, bocadillo o extracción de bubble hash. Sin embargo, pensamos en una forma más divertida para aprovechar todas esas “ramitas”.
¡Hazlos en un trago! Cualquier bebida alcohólica con una graduación mayor al 40% es capaz de disolver la resina y aceites del cannabis. Sólo coloca el alcohol junto los tallos en un recipiente de vidrio y déjalo reposar unos meses alejados de la luz solar.
Sólo recuerda beber con moderación, pues el alcohol es una sustancia que provoca daños al hígado y cuyo consumo en exceso sí puede ser fatal (a diferencia de la mota que no conoce dosis letal).
¿Conoces alguna otra forma para sacarle el máximo rendimiento a toda la planta de marihuana?
Con información de:
https://www.marijuanabreak.com/why-you-should-eat-marijuana-seeds
https://www.leafly.com/news/growing/how-to-re-use-marijuana-stalks-leaves-roots-soil-leaves
https://cannabis.net/blog/how-to/5-creative-ways-of-using-your-cannabis-stems
https://www.royalqueenseeds.com/blog-the-medical-potential-and-history-of-cannabis-roots-n565