Carl Sagan fue no sólo un astrónomo y divulgador de la ciencia del siglo XX. También fue un discreto pero apasionado amante del uso de cannabis. Esto quedó asentado en su ensayo publicado bajo el pseudónimo del Sr. X en el cual defiende el uso libre de la planta para diversos fines como aumentar la creatividad, incrementar la sensibilidad personal, generar empatía e incluso por las experiencias espirituales que puede provocar.
Publicado por primera vez en el libro Marihuana Reconsidered de Lester Grinspoon, en 1971, Sagan decidió mantener anónima su identidad para no arriesgarse a ser objeto del prejuicio y estigma causado por la apabullante desinformación de la época. Después de todo, en su momento era poco usual pensar en científicos marihuanos.
Cabe aclarar que Sagan no fue un usuario ávido o recurrente. Como lo explica en su texto, su relación con la marihuana fue casual y ocasional. Sin embargo, el nivel de detalle y apreciación que hizo sobre los efectos perceptibles es bastante destacable.
Retomamos algunos fragmentos del ensayo para apuntar a posibles enseñanzas que encontró Sagan en sus experiencias con la planta amiga.
Ensayo completo aquí en español.
Apreciación al arte y mayor sensibilidad
Hoy en día es bastante popular la idea de que el uso de cannabis puede ser benéfico para las actividades creativas, así como incrementar la espiritualidad. Sagan narra con lujo de detalle sus primeras apreciaciones a ciertas “alucinaciones” ligeras y cómo se genera la percepción de ver algo que no está ahí.
Él apuntó que esto se debe a la complejidad que adquieren las sensaciones y estímulos:
“La experiencia del cannabis ha mejorado mucho mi apreciación por el arte, un tema que nunca antes había apreciado mucho. Se ha producido una mejora muy similar en mi apreciación de la música con el cannabis. Por primera vez he podido escuchar las partes separadas de una armonía de tres partes y la riqueza del contrapunto”.
“Puedo prestar toda mi atención a la sensación. Una papa tendrá una textura, un cuerpo y un sabor como el de otras papas, pero mucho más. El cannabis también mejora el disfrute del sexo; por un lado, da una sensibilidad exquisita, pero por otro lado pospone el orgasmo”
Sentido espiritual
Sagan también observó cierto sentido espiritual en algunas de sus experiencias. No en un tono grandilocuente, sino en un nivel cotidiano y que se relaciona con el sentido de vida que se cuenta a sí mismo y cómo esto nos ayuda a ver con mejor perspectiva acontecimientos de nuestra vida.
“No me considero una persona religiosa en el sentido habitual, pero hay un aspecto religioso en algunos ‘viajes’. El cannabis nos da la conciencia de que pasamos toda la vida siendo entrenados para pasar por alto, olvidar y sacar de nuestras mentes. Tener una idea de cómo es realmente el mundo puede resultar enloquecedor; El cannabis me ha traído algunos sentimientos sobre lo que es estar loco y cómo usamos esa palabra "loco" para evitar pensar en cosas que son demasiado dolorosas para nosotros”.
Las ideas pachecas SÍ valen la pena (a veces)
Este punto es el más extenso, pero es importante. Puesto que en el pasado uno de los principales argumentos contra el uso de cannabis fue el deterioro que ocasiona a la capacidad mental y cognitiva, es destacable el hecho de que una de las grandes mentes defienda la calidad de las ideas marihuanas.
No sólo es el hecho de que el cannabis no deteriora la capacidad de nuestras mentes para tener buenas ideas, sino que las ideas que tenemos bajo los efectos de la planta son igual de válidas que las ideas ‘sobrias’. O por lo menos, en algunas ocasiones:
En los siguientes fragmentos, Sagan habla sobre el proceso de generar ideas en estado pacheco:
“Estoy convencido de que se trata de un error y de que los conocimientos devastadores que se obtienen cuando se está alto son conocimientos reales; el principal problema es poner estos conocimientos en una forma aceptable para el yo. Encuentro que la mayoría de los conocimientos que obtengo cuando estoy drogado se refieren a problemas sociales, un área de erudición creativa muy diferente de la que generalmente me conocen.
“Si encuentro por la mañana un mensaje de mí mismo la noche anterior informándome que hay un mundo a nuestro alrededor que apenas percibimos, o que podemos convertirnos en uno con el universo, o incluso que ciertos políticos son hombres desesperadamente asustados, puedo tender no creer; pero cuando estoy drogado, sé de esta incredulidad. Por eso tengo una cinta en la que me exhortó a tomarme en serio esos comentarios. Yo digo '¡Escucha atentamente, hijo de perra de la mañana! ¡Esto es real! ”. Intento mostrar que mi mente funciona con claridad.
“Estoy convencido de que existen niveles de percepción genuinos y válidos disponibles con el cannabis (y probablemente con otras drogas) que, debido a los defectos de nuestra sociedad y nuestro sistema educativo, no están disponibles para nosotros sin tales drogas. Tal observación se aplica no solo a la autoconciencia y a las actividades intelectuales, sino también a las percepciones de personas reales, una sensibilidad enormemente mejorada a la expresión facial, entonaciones y elección de palabras que a veces produce una relación tan cercana que es como si dos personas estuvieran juntas. leyendo las mentes de los demás”.
Amor por la marihuana y humanidad
En su ensayo, Sagan incluye un importante señalamiento a la necesidad de transformar nuestra relación con esta planta. No solo por la ineficacia del llamado “sistema prohibicionista”, sino también por su posible uso para fomentar un estado mental donde la generación de ideas sea un poco más flexible. Algo que, según argumenta, puede incluso ser una herramienta para la contemplación de ideas complejas en los entramados de teorías científicas.
"El cannabis tiene un aspecto de autovaloración muy agradable. Cada inhalación es una dosis muy pequeña; el lapso de tiempo entre inhalar una bocanada y sentir su efecto es pequeño; y no hay deseo de más después de que el alto está allí. Cuando se legalice el cannabis, espero ver esta proporción como uno de los parámetros impresos en el paquete. Espero que el tiempo no esté muy lejano; la ilegalidad del cannabis es escandalosa, un impedimento para la plena utilización de una droga que ayuda a producir la serenidad y la perspicacia, la sensibilidad y el compañerismo que tanto se necesitan en este mundo cada vez más loco y peligroso."
Después de todo, a través de Cosmos, Carl Sagan se preocupó por inculcar la curiosidad y capacidad de asombro en las personas. Algo que, al menos por lo que afirman algunos usuarios, es una posible cualidad de los efectos del cannabis.
Así que para conmemorar el amor de Carl Sagan por la planta amiga, los invitamos a echar humos y mirar al cielo.