Se sabe o se ha dicho que el uso de mariguana puede ayudar a conciliar el sueño, incluso hay quienes afirman que es un buen remedio para algunos trastornos como el insomnio, trastorno de estrés postraumático (TEPT), esclerosis múltiple u otras afecciones en el sistema nervioso.
Si bien esto viene siendo cierto, también poco se ha hablado de la diferencia entre poder dormir y tener sueños lúcidos y en que ayuda y en que afecta el uso de cannabis para ambos casos.
Tomando en cuenta la esperanza de vida actual y tomando en cuenta que dormimos en un promedio de 6 a 8 horas, pasamos un aproximado de 20 a 25 años durmiendo, o bien, poco más del 25% de nuestra vida durmiendo.
Aunque la mariguana puede ayudar a algunos usuarios a conciliar el sueño, también ésta planta puede alterar el ciclo natural del sueño, ya que mientras dormimos pasamos por diferentes etapas en las que nuestro cuerpo comienza a relajarse hasta llegar a un estado profundo para después llegar a la fase REM que es donde alcanzamos a soñar y a pasar toda una película en nuestro cerebro y la hierba puede ser un factor para no alcanzar o inhibir esta parte del sueño que suele ser la más satisfactoria. Así es, ¡tristemente los mariguanos no soñamos!!!
Existen 2 etapas del sueño. La primera es la NOREM (NREM) que se divide a sí misma en otras 4 fases:
I) Etapa de adormecimiento: La primera etapa que dura apróx. 10 minutos, estamos en periodo de vigilia hasta q nos adormecemos .
II) Etapa de sueño ligero: Es la etapa en la que el cuerpo va desconectando lentamente de aquello que hay en nuestro entorno, y tanto nuestra respiración como nuestro ritmo cardíaco se van ralentizando, aproximadamente representa el 50% de nuestro ciclo de sueño.
III) Etapa de transición: Es una etapa corta de 2 a 3 minutos en la que nos acercamos al sueño profundo, durante las fases III y IV del ciclo del sueño es cuando nuestro cuerpo se encuentra en un estado de relajación profunda y cuando se dan los picos de segregación de hormona del crecimiento.
IV) Etapa del sueño profundo o sueño delta: Es la etapa más importante de todas, ya que va a determinar la calidad de nuestro descanso. Durante esta fase del sueño también es difícil despertarnos, nuestro ritmo respiratorio es muy bajo, así como nuestra presión arterial, que suele descender entre un 10 y un 30%.
–La segunda es la fase REM (rapid eye movement).
Se denomina fase de rapid eye movement debido al movimiento constante de los globos oculares bajo los párpados. Esta fase se caracteriza porque la actividad cerebral es muy alta, pero nuestros músculos se encuentran bloqueados, nuestro cuerpo está en un estado muy similar a cuando estamos despiertos pues el cerebro está casi igual de activo, la respiración se acelera y se producen cambios en la temperatura corporal y la presión sanguínea. En ésta fase es cuando tienes la mayor parte de tus sueños
Aproximadamente solemos tardar 90 minutos en atravesar todas estas etapas. Un dato curioso sobre la fase REM es que sólo la podrás recordar si despiertas en medio del sueño, sin embargo, si esta etapa termina y despiertas es muy probable que no recuerdes tus sueños.
Cuando el insomnio es nuestro problema, el cannabis puede ayudarnos a entrar en la fase de sueño profundo, ya que ayudará a relajar nuestro cuerpo, pero, de igual manera, el uso prolongado puede generarnos el mismo insomnio o ansiedad ante una situación de abstinencia a la misma planta, por lo que debemos mesurar nuestro consumo para crear tolerancia.
Según las escasas investigaciones, parece ser que el THC afecta la actividad cerebral y el movimiento ocular, lo que significa una menor duración de la fase REM.
¿Si dejo de fumar, tendré sueños más vívidos?
Muchos consumidores de cannabis que afirman soñar menos también experimentan una reactivación de los sueños cuando dejan de consumir hierba. A éste efecto se le conoce comúnmente como efecto rebote, en el cual es muy probable que al no fumar durante algunos días o antes de dormir tus sueños puedan llegar a ser más realistas, extraños y locos.