En el último día de actividades del CannaMéxico Summit el panel compuesto por Juan Francisco Torres Landa, Santiago Roel y Fernando Belaunzarán (y presentado por Rubén Aguilar) lanzó un llamado urgente a terminar la guerra contra las drogas, pues lo único que ha conseguido es incrementar la violencia y la impunidad, así como brindar de poder y capacidad operativa a las bandas criminales.
Primero, Torres Landa (MUCD/SMART), mostró a partir de estadísticas las incongruencias de la actual estrategia de seguridad. Entre ellas están la fragmentación de los grupos criminales, el aumento de homicidios e impunidad, así como el conflicto de interés de sectores que obtienen algún beneficio de la prohibición.
Por ejemplo; las fuerzas de seguridad pública, que reciben altos presupuestos; instituciones bancarias, cuando sus operaciones incluyen lavado de dinero; y compañías farmaceúticas, que ven un peligro en una planta con aplicaciones médicas tan versátiles.
Luego, Roel lanzó "una bomba" de realidad, al enseñar que Guanajuato (entidad donde se llevaba a cabo el evento) se había convertido en el estado con mayor número de ejecuciones a nivel nacional. También destacó la efectividad de acciones como el Plan Mérida, pues a su decir "Ni Estados Unidos lo aplica. Sólo países tontos como México o Colombia lo aplican".
En este sentido, cuestionó "los bandos" de esta guerra. "¿Quienes son los buenos? ¿Quienes son los malos? ¿Quienes son los muertos?: Los pobres."
"Si los muertos fueran los ricos ya habríamos regulado todas las drogas".
Por último, Belaunzarán acusó a las autoridades, en particular de CONADIC de instautar un "obscurantismo", pues según ellos al discutir estos temas disminuye la percepción de riesgo". En lugar de utilizar el miedo, propuso tres sencillas claves: 1) prevención y consumo responsable 2) estratrgias de reducción de riesgos y daños y 3) regulaciòn de drogas
Así, un evento cannábico enfocado al potencial mercado de marihuana legal en México, no deja de poner el dedo sobre las cuestión más urgente del tema: acabar con la desigualdad, impunidad y violencia que provoca la guerra contra las drogas.