El martes 29 de agosto, en la ciudad de Querétaro, Ariel fue detenido por policías estatales por una presunta posesión de marihuana y murió poco después, cuando era remitido al Juzgado Cívico.
Óscar Guzmán, hermano de Ariel, relató a Enfoque que la detención ocurrió afuera de su domicilio en la colonia Esperanza, al norte la capital, lo registraron bajo el argumento de una revisión de rutina y lo acusaron de una presunta portación de marihuana. Sin embargo, afirmó que fue golpeado por tres elementos de la Policía Estatal que viajaban en la patrulla.
Por su parte, Andrea R., amiga de Ariel, declaró “A las tres de la tarde fue cuando fue detenido, al momento en el que lo detuvieron los policías, se les dio la información de que su carnal estaba lastimado de su brazo, no les importó y lo siguieron tratando con brusquedad cuando lo subieron a la patrulla. Lo seguían golpeando”.
De acuerdo con copia del acta de defunción entregada por la Fiscalía General del Estado, Ariel falleció bajo custodia y como consecuencia de “un trauma cerrado de abdomen”.
Los familiares protestaron este domingo ante el Palacio de Gobierno para exigir “justicia”, pues denunciaron que su aprehensión fue arbitraria y su muerte ocasionada por los golpes de los policías. Por lo mismo, exigieron que se esclarezca su caso.
El lunes 4 de septiembre, se vinculó a proceso a solo uno de los policías involucrados en el homicidio del joven. Quien, según informó Mariela Ponce Villa, magistrada presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado, falleció antes de ser remitido al Juzgado Cívico. "El viernes se tuvo ya la audiencia inicial; el resultado fue de vinculación a proceso y tres meses de investigación complementaria, y está vinculado por homicidio. Es un elemento de seguridad pública estatal”, señaló la magistrada.
Tristemente, este caso deja ver la continuidad del abuso policíaco -detención arbitraria, golpes, homicidio- y del uso de la mariguana para justificar tales abusos.