La N,N-dimetiltriptamina o DMT es una sustancia psicodélica que no debe ser tomada a la ligera. Cualquiera que haya experimentado sus efectos lo podrá constatar. Sin embargo, en los últimos años su uso ha ganado popularidad, desde aquellos curiosos que buscan caminos a otros niveles de percepción, hasta los que ven su potencial uso terapéutico a trastornos como la depresión o el estrés pos-traumático.

Hoy compartimos algunas recomendaciones para aquellos que deseen probar “la molécula de dios” por primera vez.

Imagen: timewheel.net

Prepara tus pulmones.

Existen varias formas de consumir DMT. La más simple (y a la que nos atendremos hoy) es fumando. El humo puede ser difícil de inhalar y mantener en los pulmones, por lo que se recomienda realizar ejercicios de respiración. Lo ideal es inhalar la dosis completa de una sola vez.

Acomoda tu dosis

Una cantidad estándar es de entre 20 y 35 mg. Si se piensa fumar en un bong o pipa no especial para ello, es posible que algo de la sustancia se pierda por factores como la condensación, “sobrecocción” o una inhalación no profunda. Hay quienes colocan una cama de cannabis abajo y sobre el cristal de DMT (el método sandwich). Esto, para evitar que la flama toque el cristal diréctamente.

*En realidad, combinar sustancias no es una práctica recomendada*

Aclara tu intención, set y setting.

El DMT es diferente a la mayoría de los psicodélicos de fiesta. El “viaje” dura menos de 15 minutos, pero es capaz de transformar toda una vida. Por ello, uno debe tener claro los propósitos de dicho viaje. Lo más recomendable es llegar con una mente abierta, dispuesto a aprender, y “dejarse llevar”.

Al ser una experiencia introspectiva, hay quienes buscan la soledad de sus alcobas, mientras otros se acomodan en algún pastizal tranquilo y sin ajetreos. De cualquier forma, es recomendable tener presenta a alguien que no vaya a consumir al mismo tiempo que nosotros.

El viaje

El viaje es único para cada persona. Dicho esto, no hay forma de predecir ni preparar a alguien para la experiencia del DMT. Nadie sabe que encontrará “del otro lado”. Esto puede ser preocupante para muchos, es natural el miedo a lo desconocido.

Si a la mitad del viaje comienzas a sentir estrés, ansiedad o miedo, debes recordar que todo eso terminará, y que es prácticamente imposible sufrir daños permanentes (a menos que la sustancia haya sido adulterada).

Asimila tu experiencia

Muchas listas de recomendaciones terminan en el momento del consumo, pero el verdadero viaje no termina ahí. Al contrario, es posible que el proceso más difícil apenas comience. Puede que el viaje haya sido sumamente placentero, y ahora estés motivado para continuar con tu camino. Pero también es posible que hayas encontrado cosas no del todo placenteras.

Como sea, se recomienda un momento de meditación y sobriedad para asimilar lo ocurrido. Platicar con alguien de confianza es de ayuda, siempre que se escuche sin juzgar ni criticar. Si nos damos el tiempo, esta experiencia servirá para el resto de nuestra vida.

Mucha de esta información puede parecer abrumadora. Nuestra intención no es espantar, sino orientar a la gente que busca experimentar con estas sustancias. La mejor forma de evitar un mal viaje de DMT es llegar en desapego y con entrega a la experiencia. Y, por supuesto, informarse en La Dosis, el periódico de la comunidad psicoactiva.

¿Has experimentado con DMT? ¿Cómo fue tu primer experiencia?

Con información de The Third Wave

 

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