El consumo de marihuana en Ciudad de México ha cobrado carta de naturalización. Cada vez son más los espacios públicos y privados que toleran el consumo de marihuana y a sus usuarios. Se puede decir que a partir de la pandemia, quizás en parte a causa de esta, ha habido un crecimiento de lugares privados de uso público que permiten el consumo de marihuana. 

Lugares privados de uso público donde no sólo se respeta el derecho al libre desarrollo de la personalidad, sino donde los consumidores, quizás por el aumento de su número, se han convertido en un público objetivo. Público al que ofrecen un espacio seguro de consumo, y cuyo alquiler es subsidiado por el consumo de sustancias legales de ellos mismos y/o por pequeñas marcas cannábicas que buscan espacios para exponer sus productos y/o servicios.

Y escribo alquiler porque estos espacios no suelen ofrecer cotidianamente estos servicios a la comunidad cannábica, sino que suelen hacer colaboraciones con miembros de la comunidad que sirven de puente para relacionarse con las marcas y usuarios que usan el espacio durante un día o un fin de semana.

Monchix 
El pasado domingo asistimos a Monchix, un evento realizado en una terraza de la colonia Condesa, donde los usuarios podían disfrutar del ambiente musical en compañía de sus amigos, al tiempo que consumir algo de marihuana e información relativa a la gestión de riesgos derivada de su consumo.

Este espacio fue gestionado por @Soylalenajim. No es la primera vez que lo hace, y comenta que han tenido un público creciente que llega a este y otros espacios donde suele realizar sus eventos, siempre poniendo la confianza de por medio. En la terraza se puede fumar, el consumo no se puede prohibir dado que los usuarios ya están amparados y la información es libre, el acceso es solo para adultos.

Entre las ventajas que encuentran los asistentes, además del espacio seguro, es la posibilidad de compartir su consumo con amigos o nuevos amigos en lugares privados, pero no el hogar para evitar posibles quejas de los vecinos o porque no quieren llevar a personas que apenas conocen.

Así, en estos pequeños espacios particulares, el consumo se normaliza al amparo de los vacíos legales y, por supuesto, de las necesidades de los propios usuarios: un lugar de consumo seguro para sí mismos y sus amigos, donde no sean estigmatizados e, incluso, puedan conseguir la sustancia de consumo.

Además, Monchix ofreció un espacio céntrico, donde personas de distintas zonas de la ciudad puedan acceder de forma relativamente sencilla; no solo en auto, sino también por metro o metrobús.

¡Y el ambiente increíble! La terraza colmada por una treintena de personas que iban y volvían, disfrutaban de la música y los amigos, y que conocían formas de consumo y tips de gestión de riesgos que ya hubiéramos querido haber sabido cuando iniciamos en el consumo. Los asistentes no dejaron de pasar durante las varias horas que pachequeamos ahí.

Un domingo psicoactivo en el que disfrutamos de los productos de las marcas BHO, Hijas de Mayahuel y Guacamole Hemp, entre otras, que brindan nuevas experiencias a los consumidores, más allá de la embriaguez alcohólica; y las cuales no solo se limitan a la cannabis y su creciente variedad de extracciones y derivados, sino que además incluyen experiencias degustativas, musicales, artísticas, informativas y más… ¡enhorabuena!

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Afortunadamente son cada vez más los espacios particulares de uso público donde se tolera el consumo de marihuana los fines de semana en distintos rumbos de la Ciudad de México: Centro Histórico, Condesa Roma y Coyoacán, entre otros; y donde se realizan eventos de diversa índole, pero siempre poniendo como eje la cultura cannábica.