El peyote ha sido una planta sagrada desde tiempos ancestrales para diversos pueblos, ha sido fuente de inspiración para literatos y artistas visuales, también ha sido prohibido por la Inquisición y por las legislaciones contemporáneas y ha sido objeto de investigación científica.
Sus efectos sobre la conciencia humana motivaron a naturalistas, biólogos, farmacólogos, médicos y otros científicos a observar con más detenimiento el cacto del peyote. Estudiosos de diversas partes del mundo analizaron los compuestos químicos de esta planta y a finales del siglo XIX se aisló su principio activo –la mescalina– en Alemania.
En el pasado, en México también se han realizado algunos estudios sobre esta planta, debido a su distribución geográfica por el país; así como a su importancia ritual para diversos grupos indígenas y en la medicina tradicional. En 1914 el Instituto Médico Nacional publicó los resultados de los experimentos que se habían estado realizando con varios extractos de peyote. En los cuales se mencionó su acción sobre el sistema nervioso, cardiovascular y circulatorio. Y se recomendó su uso como tónico cardíaco.
Asimismo, desde principios del siglo XX fue incluido en las farmacopeas nacionales, debido a sus múltiples aplicaciones terapéuticas. En la edición de 1921 se indicó que la tintura de peyote tenía efectos sobre el sistema cardíaco y la tensión arterial. Y que la sustancia llamada “peyotina” se había administrado con éxito por vía a intravenosa a pacientes que padecían trastornos mentales.
Unos años más tarde, en 1926 José Mazzotti presentó la tesis titulada “Breves consideraciones como contribución al estudio del peyote”, para graduarse como médico cirujano en la Universidad Nacional. Para lograr sus objetivos solicitó la cactácea a varias regiones del país y sólo logró conseguir algunos especímenes de Fresnillo, Sombrerete y San Juan Guadalupe, todos pueblos localizados en Zacatecas.
Con los peyotes que consiguió Mazzotti logró extraer tres alcaloides: mescalina, anhalonidina y anhalonina. Con estas sustancias realizó diversos experimentos con perros, ranas y tortugas, a los que suministró inyecciones hipodérmicas para conocer sus efectos fisiológicos y sus aplicaciones terapéuticas; en los cuales pudo observar su incidencia en el sistema cardiovascular. Y mencionó que entre las poblaciones populares era usado para la tos y para curar el dolor de articulaciones.
Además el médico José Mazzotti incluyó en su investigación su distribución geográfica, sus características botánicas; así como datos históricos y antropológicos. Por ejemplo, mencionó desde los primeros intentos de los colonizadores por extirpar el uso del peyote y otras plantas psicoactivas entre las poblaciones prehispánicas; pasando por las descripciones de Carl Lumholtz del uso del peyote entre los tarahumaras. Y la continuidad de su uso entre las comunidades indígenas de Gran Nayar, como los tepecanos y los huicholes.
En su tesis el médico concluyó que la mayoría de las investigaciones sobre el peyote se habían realizado en el extranjero, por lo que era necesario fomentar su estudio a nivel nacional. Casi 100 años después, esta situación sigue vigente, ya que los estudios en México sobre esta fantástica especie han sido limitados, aunque resultan necesarios para re-pensar las políticas para su descriminalización y protección a nivel biológico y cultural.
Referencias de imágenes.
-Peyotes de Zacatecas usado por Mazzotti para su tesis, en José Mazzotti, Breves consideraciones como contribución al estudio del peyote, tesis que para el examen profesional de medico cirujano, Facultad de Medicina, Universidad Nacional, México, 1926.
-Alcaloide del peyote extraído por Mazzoti, en José Mazzotti, Breves consideraciones como contribución al estudio del peyote, tesis que para el examen profesional de medico cirujano, Facultad de Medicina, Universidad Nacional, México, 1926.