La activista californiana Suan Soares escribió un libro llamado “Lo que crece en el jardín de la abuela”, con el cual pretende ayudar a los padres de familia a conversar con sus hijos sobre el cannabis.

”Es demencial, incluso gente en la industria no habla del tema con sus hijos porque pretenden que aún sea secreto” explicó Soares en una entrevista con el sitio High Times tras narrar que ella misma no sabía cómo manejar dicha situación con su propia hija.

Y es que tras recurrir al cannabis para aliviar los síntomas de su migraña, abandonó su vida conservadora en la Iglesia Mormona para dedicarse a educar a la gente sobre la planta amiga.

Susan Soares compartiendo el toque.

Ello implicó un cambio drástico a su vida, pues los círculos sociales donde se desenvolvía no aceptaron muy bien su consumo, incluso cuando logró con ello eliminar por completo los dolores de una enfermedad que le había aquejado por dos años.

”Cuando eres mormón [la iglesia] es toda tu comunidad. Pero no tuve opción”, declaró Soares.

Fue así que fundó la organización sin fines de lucro Conciencienciación Cannábica e Investigación Económica (CARE por sus siglas en inglés).

Un poco del activismo de CARE:

Y el tema del tabú en torno a la marihuana le llamó la atención, en especial por la forma en que varios padres de familia consumen alcohol frente a sus hijos sin mayor problema ni consecuencias.

”El alcohol ha disfrutado por tanto tiempo del marketing al punto que es casi obligatorio usarlo en días feriados y celebraciones” comentó Susan Soares.

Pensó que un libro infantil a contribuir a derribar el estigma, y escribió “Lo que crece en el Jardín de la Abuela”. En él, se narra la historia desde el punto de vista de un niño.

”Él se acerca y ama el Jardín de la Abuela. Plantan juntos, ama jalar las zanahorias y comerlas mientras están tan frescas” cuenta el libro.

Pero la abuela tiene un invernadero especial con plantas de marihuana, las cuales el chico puede “ver pero no tocar”. Claro que el mozalbete quiere saber el por qué de ello, a lo que su abuela le explica que: así como las plantas, su cerebro aún está creciendo. Entonces debe esperar a que su cuerpo termine de desarrollarse para probar el cannabis.

Y para el final la familia entera se reúne en una barbacoa en el jardín donde comen vegetales frescos. Algunos beben cerveza, otros toman vino. Y la abuela sentada con el viento alborotando su pelo se fuma su porro.

Actualmente la autora está reuniendo fondos para publicar su libro con ilustraciones del artista Gustav Davies.

“Es momento de tener esta conversación” sentencia Soares “nadie está hablando con sus hijos. Y los niños son conscientes de que esto ocurre y tú lo escondes. Les estás dando el mensaje incorrecto”.

 

Con información de High Times.