El cultivo de cannabis en interior es una fuente mayor de gases de efecto invernadero, y sus efectos al medio ambiente varían significativamente dependiendo en donde están siendo cultivadas es lo que revelan los datos publicados en Westport News.

El texto, escrito por Jason Quinn de la Universidad Estatal de Colorado, Estados Unidos, indica que: Una razón detrás del impacto ambiental es el uso de electricidad, pero las instalaciones requieren mucha energía para mantener un ambiente confortable para las plantas. En particular el uso de aires acondicionados o calentadores para mantener temperaturas apropiadas. 

Así mismo, se debe considerar que los cultivadores bombean dióxido de carbono dentro de los cultivos para incrementar el crecimiento de las plantas. Tan solo esto corresponde a entre el 11% y 25% de las emisiones de gas de efecto invernadero en estas instalaciones.

El uso de energía más grande proviene de la necesidad de mantener la ventilación de aire fresco en las instalaciones de cultivo. Este flujo de aire requiere ser tratada de tal forma que contenga la proporción correcta de temperatura y humedad. 

Todo lo anterior contribuye a la emisión de gases de efecto invernadero, en algunas regiones mucho más que en otras.

Por ejemplo, según la información obtenida del Departamento de Energía, el cultivo de marihuana en interior genera más emisiones de gas en las regiones de Mountain West, Midwest, Alaska y Hawaii, en comparación a las costas del Pacífico y Atlántico. Esto se debe a que los climas son milder en las costas, por lo que se necesita menos calefacción o aire acondicionado. También contribuye el hecho de que la red eléctrica de esas regiones usa energía renovable.

El cannabis cultivado en el Sudeste de California tiene la emisión de gases más baja, con 143 libras de CO2 equivalente a una onza de cannabis seca. Mientras tanto, Hawaii tiene la emisión de gases más alta, con un total de 324 libras de CO2 por onza de cannabis. Eso equivale a aproximadamente 16 galones de gasolina.