El día de ayer el congreso de Estados Unidos votó por legalizar al hermano no-psicoactivo de la marihuana: el cáñamo. Esto, con el propósito de aprovechar su potencial industrial y crear nuevas fuentes de empleo, aseguró Mitch McConnell, el senador republicano que impulsó la iniciativa.
Esta permitirá a los granjeros cultivar, procesar y vender cosechas de cáñamo. McConell utilizó una pluma hecha de cáñamo para firmar el reporte de la conferencia, e invitó al presidente Donald Trump a utilizarla para firmar la ley.
Hasta este momento, el cultivo de cáñamo estaba prohibido bajo el mismo régimen que el cannabis. Ahora, algunos granjeros del estado de Kentucky esperan que los cultivos de cáñamo puedan “compensar las pérdidas que les representa el tabaco, ya que su consumo ha disminuido considerablemente”, reporta el sitio Vox.
Sin embargo, se incluyó un apartado que da facultades a la “Administración de Alimentos y Drogas” para prohibir alimentos que contengan tanto CBD como THC a nivel federal.
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De acuerdo con el sitio CNBC, el mercado del cáñamo industrial podría adquirir un valor de hasta $20 mil millones de dólares para 2022.
En realidad el objeto principal de la propuesta es un tema de subsidios al campo y restricciones a estampado de comida. Aún falta que el presidente Trump firme la iniciativa votada para que esta se vuelva ley.
¿Cerca de la legalización?
El CEO de la productora de cannabis canadiense Canopy Growth, Bruce Linton, aseguró que esta ley prepara el terreno para su incursión al mercado estadounidense.
“El mundo está cambiando, este es el primer paso para que Estados Unidos comience a tratar con cannabinoides”, aseguró Linton.
Algunos analistas aseguran que esa nueva legislación es de particular interés para las compañías que utilicen en sus productos al cannabidiol, pues es posible su extracción a partir del cáñamo.
El potencial del cáñamo
A pesar de no tener propiedades psicoactivas, el cáñamo industrial tiene un gran potencial de aprovechamiento. Sus fibras pueden ser utilizadas para fabricar desde textiles, fibras de plástico y papel, entre otras cosas.
Además, de su aceite se pueden hacer desde biocombustibles hasta medicina con múltiples usos, como combatir la ansiedad, depresión, insomnio y asistir en condiciones como la epilepsia y el cáncer.
Mientras que un árbol tarda de 20 a 80 años en crecer, una cosecha de cáñamo está lista para usarse en tan sólo 4 meses.