Realizado por el profesor Matthias Liechti de la Universidad de Basilea en Suiza, este estudio doble ciego, aleatorizado y controlado con placebo comparó los efectos subjetivos y autonómicos de la psilocibina, el ingrediente psicoactivo de ciertos hongos, con los de la dietilamida del ácido lisérgico (LSD). Entre sus conclusiones establecieron que “cualquier diferencia entre el LSD y la psilocibina depende de la dosis y no de la sustancia. Sin embargo, el LSD y la psilocibina aumentaron diferencialmente la frecuencia cardíaca y la presión arterial”.

 

“Utilizamos un diseño cruzado, doble ciego, aleatorizado, controlado con placebo en 28 sujetos sanos (14 mujeres, 14 hombres) que se sometieron a cinco sesiones de 25 horas y recibieron placebo, LSD (100 y 200 µg) y psilocibina (15 y 30) mg. Los días de prueba estuvieron separados por al menos 10 días” se lee en la investigación. 

 

Así los investigadores observaron diferentes niveles de intensidad en los distintos grupos. “La dosis de 15 mg de psilocibina produjo efectos subjetivos claramente más débiles en comparación con ambas dosis de LSD y 30 mg de psilocibina. La dosis de 200 µg de LSD aumentó sólo las calificaciones de inefabilidad (incapacidad de expresarse con palabras) significativamente más que 30 mg de psilocibina”. 

 

Por su parte el LSD en ambas dosis tuvo una duración del efecto claramente más larga que la psilocibina. La psilocibina aumentó la presión arterial más que el LSD, mientras que el LSD aumentó la frecuencia cardíaca más que la psilocibina. Sin embargo, tanto el LSD como la psilocibina mostraron propiedades cardioestimulantes comparables, evaluadas por el producto tasa-presión. 

 

Ambas dosis de LSD y la dosis alta de psilocibina produjeron efectos subjetivos cualitativa y cuantitativamente muy similares, lo que indica que las alteraciones mentales inducidas por el LSD y la psilocibina no difieren más allá de la duración del efecto. Cualquier diferencia entre el LSD y la psilocibina depende de la dosis y no de la sustancia. Sin embargo, el LSD y la psilocibina aumentaron diferencialmente la frecuencia cardíaca y la presión arterial. Estos resultados pueden ayudar a encontrar dosis para futuras investigaciones psicodélicas.

 

fuente: https://www.nature.com/articles/s41386-022-01297-2