Foto @honguitosmx

Por: Diana Hurtado


“Donde el tiempo se detiene (10 mg. de psilocibina, 6 de abril de 1961, 10:20 horas). 

Efectos que aparecen después de unos 20 minutos: alegría, necesidad de hablar, sensación de mareo débil pero agradable y respiración ‘gozosamente profunda’”. 

Ver hacia adentro y despertar es como caminar de la oscuridad a la luz, de la ignorancia al conocimiento y de lo efímero hacia la eternidad. Es la magia ancestral la que ha revelado tal adagio y la ciencia contemporánea la que busca corroborarlo.   

Las sustancias psicodélicas son definidas por usuarios conocedores como parte de un acervo milenario de biotecnología, las cuales resurgen desde la década de los 90 de un letargo prohibicionista cuyas consecuencias obstaculizan la investigación científica en torno a ellas y a sus posibles usos terapéuticos para tratar problemas de salud mental. 

A pesar de su prohibición, en varias partes del mundo existen alrededor de 100 organizaciones que buscan sacar de la clasificación restrictiva a una de las medicinas más promisorias dentro del ámbito de la psicología y la psiquiatría: la psilocibina, sustancia psicoactiva de los llamados "hongos alucinógenos". 

En México, sólo existe una organización que desde febrero de este 2019, salió a tomar la palabra dentro del activismo en búsqueda de la despenalización de dicha sustancia con el objetivo de incentivar su investigación así como reivindicar a las setas como patrimonio biocultural. 

Pier Coppe, Eduardo Lovera y Eros Quinetero de la Sociedad Mexicana de la Psilocibina. Foto Diana Hurtado

 Entrevistadora:¿Qué es la Sociedad Mexicana de la Psilocibina?

Eros Quintero, integrante: Es una organización activista sin fines de lucro. Nuestro interés se dirige a cambiar la percepción sobre la sustancia, pedir la revisión de las leyes al respecto de la prohibición así como vincular investigadores de todas las áreas para poder, una vez que se genere esta despenalización (si todo sale bien), diseñar los mecanismos para investigar sobre las propiedades de la psilocibina. 

Eduardo, integrante: La Sociedad Mexicana de la Psilocibina, responde a un movimiento internacional que se está dando para despenalizarla; nosotros buscamos cambiar la percepción que se tiene de ella, no sólo en México sino en el mundo, sin embargo aquí tenemos la gran opción de que se ha utilizado de manera ritual durante mucho tiempo. Tenemos gran historia y un acervo histórico muy grande con respecto a los hongos que la contienen. 

E: ¿A partir de cuándo surgen y por qué el interés en este tema tan particular?

Eduardo: Empezamos a organizarnos a principios de este año, en febrero, y con el tiempo empezamos a trabajar en las actividades propias de la asociación; en septiembre fue nuestra primera presentación a nivel nacional con la marcha. 

 

“10:50 horas: ¡Fuerte mareo! Ya no me puedo concentrar…

10:55 horas: Excitado, intensidad de los colores; todo entre rosado y rojo.

11:05 horas: El mundo se concentra hacia el centro de la mesa. Colores muy intensos.”

 

El 20 de septiembre, la Plaza de la Solidaridad ubicada en la colonia Centro de la Ciudad de México, atestiguó el inicio del activismo pro-psilocíbico en el país. Alrededor de 70 personas marcharon hasta el Palacio Nacional, no sólo para celebrar el inicio del Día Internacional de los Hongos Mágicos, sino para exigir al gobierno federal la recategorización de la sustancia en la legislación vigente.  

Marcha por la Psilocibina 2019 Foto: Adrián Tovar

Eduardo: En varios países del mundo como Estados Unidos, el Reino Unido, algunos países de Europa, Australia, Canadá y Latinoamérica, se está buscando la modificación en las leyes. Decidimos formar un grupo que se dedique a divulgar, tanto a la parte consumidora como a las personas de la sociedad en general, lo que es la psilocibina para empezar a gestionarla con las leyes.

Son más de 100 organizaciones a nivel mundial; nosotros estamos trabajando y empalmándonos con ellas. Tenemos acercamiento aproximadamente con 50 y 60 de esas organizaciones, como las que están dentro del Imperial College London, Decriminalize Denver con Kevin Matthews, los de la Sociedad de la Psilocibina de Oregon, California, Hawái, Alaska, Florida y prácticamente en la mitad de ciudades de EU. 

Eros: Está ocurriendo un boom en varios lugares y convenientemente tenemos que unirnos, pero esta idea surge de la necesidad de que haya algo aquí en la Ciudad de México. La diferencia que tenemos con todas las demás organizaciones es que ellas no tienen un bagaje cultural porque no existe una tradición ancestral relacionada con esta sustancia. Existen diversas vertientes en todo el mundo pero al final,  todos nos dirigimos hacia el mismo fin.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a cerca del 4.4% de la población mundial (sumado a los casos sin registro), de tal forma que en este año, la depresión lidera las principales causas de discapacidad en el mundo y la primera en los llamados países en vías de desarrollo como México. Es un contexto que aqueja a la salud mental y cada vez más acelera su ritmo de injerencia en generaciones jóvenes. 

Lo anterior se suma a la antología de razones por las que “alguien tenía que encender la mecha” a través de un camino claro: educar para medicar. 

“Nosotros tratamos de vincular la información sobre la psilocibina con la población en general, (…) información sustentada sobre todo lo que conlleva”, mencionó Eros. 

Por su parte, Eduardo añade que su campaña tiene tres ejes fundamentales: “la primera es a nivel internacional con todas las investigaciones que se están llevando a cabo en el mundo, tanto en los institutos de investigación como en las clínicas donde ya están implementando las terapias.”

La segunda, es otorgarle reconocimiento al uso ancestral de la sustancia en México. “Existen lugares pequeños donde se continúa esa tradición a través del acercamiento con los hongos (...), sin embargo no se le ha reconocido su papel, primero que nada, como base de la riqueza mexicana (que no tiene que ser prohibida) y segundo como patrimonio biocultural, para que tenga protección. 

Debido al incremento de personas interesadas en experimentar el uso de la sustancia, se produce una explotación de la vegetación, afectando con ello la ecología de las regiones. 

Por lo tanto, la disponibilidad de los hongos que crecen naturalmente se reduce en cantidad. Si se quiere continuar con el uso ceremonial, se debe buscar una manera de darle protección y no hay mejor forma que darle el nombre de patrimonio biocultural”,  concluyó Eduardo, quien fuera del activismo se dedica a la comercialización internacional de productos agropecuarios. 

En una conferencia de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana en el año 2005, otorgada por el fundador del Departamento de Hongos del Instituto de Ecología de la misma universidad, Gastón Guzmán, mencionó que de las 230 especies de hongos del género psilocybe –al que pertenecen los hongos alucinógenos– que hay en el mundo, por lo menos 54 se encuentran en México.

Aseguró la existencia de grupos étnicos de los que se sabe muy poco y de los que se tienen datos de que estuvieron y aún están ligados a los hongos neurotrópicos. 

“Se sabe que las tribus de origen náhuatl, los matlazincas, los mayas, los purépechas, totonacas, mazatecos, chinantecos, zapotecos, mixes y probablemente muchos más, consumían estos hongos con diversos fines. Es urgente hacer investigaciones a este respecto ya que las tradiciones de este tipo están desapareciendo y en poco tiempo no habrá manera de investigar estas cuestiones”, finalizó.

“11:10 horas: estar escindido, inaudito, ¿cómo se puede describir esta sensación de vida? Ondas, diversos yoes, tengo que contenerme”.

Medicina, veneno y magia son las tres acepciones que, simultáneas, subyacen al término phármakon (de donde deriva la palabra “droga”) de acuerdo al investigador y filósofo español, Antonio Escohotado, quien a partir de su libro Historia General de las Drogas, demostró que el paradigma prohibicionista encierra una cruzada farmacológica principalmente contra las denominadas medicinas sagradas, entre las que se encuentran el peyote, la ayahuasca y los hongos alucinógenos, entre otras. 

De manera oficial y bajo el determinismo de la Food and Drugs Administration (FDA), la psilocibina está clasificada como parte de la Lista 1 de sustancias ilícitas, por ser, en supuesto, una “sustancia sin propósito médico y con alto potencial de abuso y daño severo a la salud”, encontrada en la misma categoría que la heroína.

En ese sentido, la ciencia otorga una definición imparcial de la sustancia, sin necesidad de circundar en la moral prohibicionista mencionada: alcaloide profármaco compuesto por el alucinógeno psilocina que se encuentra de manera natural en ciertos tipos de setas. 

Con exactitud, un alcaloide es un compuesto químico que por su nivel de toxicidad, sirve a ciertos hongos como mecanismo de supervivencia frente a los depredadores. Al decir que es profármaco, se dice que es biológicamente inactiva hasta pasar por un proceso de metabolización en mamíferos que la consumen, sólo así puede convertirse en sustancia activa. 

Una de las preguntas más frecuentes refiere a la diferencia entre psilocibina y psilocina. 

Eros Quintero, quien también se dedica a las neurociencias en un hospital privado, responde que es un arreglo químico. “Los hongos contienen psilocibina y psilocina, lo que pasa es que la segunda es menos estable y muy fácilmente degradable con el aire, el oxígeno o con el agua.  La primera es más estable, ya que cuando nosotros la consumimos o algunos otros mamíferos, lo que sucede es que se elimina el fósforo a partir del proceso llamado desfosforilación, así psilocibina se transforma en psilocina. Esta al final es la molécula psicoactiva (…). En realidad, nadie ha estado jamás bajo los efectos de la psilocibina sino bajo los efectos de la psilocina una vez procesada”, añadió. 

Convertida en tal bajo el proceso ejecutado en el hígado, llega al cerebro por el torrente sanguíneo gracias a la serotonina, neurotransmisor cuya importancia es elemental para la regulación del deseo sexual, la sensación de saciedad del hambre y, sobre todo, la regulación de las emociones en los humanos. 

Las investigaciones más aceptadas mencionan que los niveles bajos de serotonina son una de las causas más importantes para personas que padecen depresión. 

E: ¿Cómo actúa el alcaloide en el cerebro?

Eros: Se ha visto que genera ciertas conexiones amplificadas en las que se llaman redes neuronales, que son conjuntos de neuronas interactuando entre sí. Aquí hay algo importante y es lo que sustenta gran parte de las investigaciones: existe una red neuronal llamada Default Mode Network (Modo Neuronal por Defecto); con la psilocibina se vio que baja la actividad de esta red, o sea, disminuye su actividad muy por debajo de lo que debe ser normal; como que se apaga de alguna manera. 

Las personas deprimidas y con ansiedad la tienen sobreactivada. Hay un término que permite explicarla y es acuñado por la psicología como “rumiación”, un fenómeno típico de este tipo de padecimientos. Rumiar significa estar pensando constantemente en tus problemas a pesar de que tengas otras actividades. 

Todos hemos tenido situaciones de ansiedad y depresión de alguna manera pero lamentablemente los pacientes en los que se está probando tienen depresiones y ansiedades muy fuertes que no responden a los tratamientos comunes (depresión refractaria). Ese es el asunto. 

Esta red neuronal también se involucra en la autoidentificación y está relacionada con el pasado, presente y futuro, o sea, quién fuiste, quién eres y quién serás. Con la sobreactividad de la red, existe una preocupación mayor sobre lo que se hizo en el pasado, lo que se hace en el presente y sobre lo que se hará en el futuro. Es una locura.

¿Qué hace la psilocibina? Llega y le da un “apagón” y como mecanismo de restauración después de su efecto regresa a un modo basal, no sobreactivado. Eso es a lo que los pacientes mismos de la investigación del Imperial College, le llamaron “reseteo” o “formateo”, usando los términos de la informática. 

A esa investigación se le ha dado seguimiento por seis meses, lapso en el que los pacientes permanecen en un estado de bienestar y atenuación de los síntomas de sus padecimientos, lo cual da una ventana de oportunidad a que acudan a psicoterapia.

Pier Giuseppe, el integrante más joven de la asociación, recalcó la importancia de la psicoterapia o proceso post-integratorio después del consumo, para que el paciente pueda ser ayudado a canalizar e interpretar de formas más adecuadas su experiencia psilocíbica. Sin embargo, todavía se están ejecutando rigurosos experimentos comparativos para determinar las diferencias entre pacientes que reciben psicoterapia post-consumo y quienes no. 

El último informe de la OMS al respecto de la depresión, apunta que la de tipo refractaria es padecida entre el 10 y el 30 por ciento de la población con el padecimiento en general, lo que aumenta la posibilidad de abandonar todos los tratamientos y concluir con mayor facilidad en suicidio. La importancia de dar pauta a tratamientos alternativos que sean capaces de actuar incluso con este tipo de pacientes y, frente a la epidemia de problemas de salud mental, suma a los argumentos a favor en la exigencia por su despenalización y regularización con fines terapéuticos. 

VERITAS VOS LIBERABIT

Al noroeste del territorio estadounidense, en el escudo de la Universidad de Johns Hopkins de la ciudad de Baltimore, traducido del latín se alcanza a leer distinguidamente su lema: “la verdad nos hará libres”.

Lo que parecería un homenaje indudable a la historia de la universidad como la primera en dedicarse a la investigación en Estados Unidos, tuvo como corolario la apertura del primer centro de investigaciones en el continente americano para estudiar la medicina psicodélica en el tratamiento de la depresión, la ansiedad, la anorexia nerviosa y el consumo dependiente a otras sustancias, entre otros padecimientos referentes a la salud mental. 

El Centro para la Investigación de la Experiencia Psicodélica y la Conciencia, inaugurado el cuatro de septiembre de 2019,  pudo abrirse gracias a los 17.5 millones de dólares proporcionados por una fundación y contribuyentes privados. 

Con dicho centro, suman un total de dos a nivel mundial: el primero en su tipo abrió sus puertas en abril del mismo año en el Imperial College de Londres, con una suma total de 3.5 millones de dólares provenientes de donantes privados, de acuerdo al seguimiento dado por el periódico The New York Times.

Dichos centros, así como los resultados que han arrojado sus investigaciones más destacadas, le otorgan a la psilocibina una posición sólida y potencialmente beneficiosa, contrapuesta a lo establecido en las legislaciones mundiales a razón de su prohibición. 

E: ¿Cuáles han sido los hallazgos que comparten las principales investigaciones científicas?

Eros: Aquí hay un punto muy importante. No sólo es el efecto farmacológico contra la depresión, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, etcétera, sino que después de cada sesión con psilocibina, queda algo residual de bienestar, aunque todavía es susceptible de ser estudiado. 

Los antidepresivos farmacológicos sólo tienen actividad en los receptores específicos y sólo dan ese efecto para regular o modular los neurotransmisores. Gran parte de los pacientes, por lo menos en estos estudios, decían que se sentían “apagados”, opacos, no se sentían ellos mismos. 

Es probable que los síntomas disminuyeran un poco y ciertamente para alguien que está al borde del suicidio esa es una gran ventaja; sin embargo, la psilocibina lo que logra, además del efecto farmacológico, es una sensación de bienestar durante un tiempo después. No sólo es el efecto, sino hay algo más y esa es la ventana de oportunidad que aún debe investigarse.

Sin duda, una de las investigaciones más importantes que se están llevando a cabo con la sustancia de las setas alucinógenas, es su aplicación para el cuidado al final de la vida, especialmente parecen quienes padecen enfermedades terminales.

El profesor, psicólogo clínico y asistente de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, Anthony Bossis, en conjunto con un equipo de trabajo, llevaron a cabo un estudio de cuidados paliativos para el proyecto con psilocibina en ansiedad de cáncer en la universidad estadounidense. Los resultados fueron publicados en 2016 por Journal of Psychopharmacology. 

La investigación consistió en otorgar sesiones con psilocibina a 29 pacientes con cáncer con el objetivo de reducir la angustia y otros estados mentales generados por su condición. 

Los datos obtenidos fueron los siguientes: el 90% de los participantes mencionaron que mejoró su satisfacción con la vida; el 80% mostró beneficios sostenidos y significativos casi siete meses después; mientras que el 70% afirmó que su experiencia ha sido la más importante o una de las cinco más importantes de su vida. 

“Hay tanta gente que sufre enormemente y no hay suficientes herramientas para enfrentar esa angustia del final de la vida. Por lo tanto, estos resultados muestran que las personas que tienen una experiencia única, tienen una serie de síntomas existenciales reducidos”, mencionó el psicólogo clínico al presentar su investigación.

La experiencia única a la que alude Anthony, consiste en volver a visitar experiencias anteriores dentro de la vida personal del paciente que puede incluir experiencias traumáticas. 

La revisión de esas experiencias “puede resultar muy difícil y desafiante pero parece que (…) ofrece una oportunidad para resolver esos conflictos”, añadió.

“Eso ha sido maravilloso también, los pacientes refieren una aceptación de su enfermedad y de su muerte y en el tiempo que les resta se liberan de ese peso; es una ganancia maravillosa”, comentó Eros. 

 

“Yo sabía: Todo estaba bien; la causa y el origen de todo estaba bien. Pero en ese momento comprendí también el dolor y el asco, los malos humores y malentendidos de la vida común: allí uno nunca está ‘entero’, sino dividido, fraccionado en los minúsculos añicos de los segundos, minutos, horas, días… allí uno es esclavo del tiempo”.

 

E: Además del beneficio posterior a la sesión con psilocibina que puede llegar a durar hasta siete meses, ¿cuáles son las principales diferencias entre este tipo de tratamiento y los de tipo farmacológico?  

Eduardo: Los efectos colaterales. Por ejemplo, con los actuales medicamentos que tratan este tipo de enfermedades llega a haber problemas posteriores como la costumbre a la sustancia que después produce dependencia y síndrome de abstinencia si se deja de usar. Esa es una de las principales características de los medicamentos actuales; algunas veces son muy agresivos y producen daños en otro tipo de órganos del cuerpo. 

CIENCIA Y MISTICISMO

El consumo de psilocibina dentro de su uso mágico-ritual, provoca cierto grado de lo que se ha acuñado como “experiencia mística” o de carácter visionario; no obstante, Eros afirma que la ciencia es incapaz de poder dar explicación a ese tipo de experiencias.

E: ¿La ciencia deja a un lado la espiritualidad que evoca el consumo de este alcaloide o su uso ritualístico va de la mano con la rigurosidad científica?

Eros: Creo que ahí ha habido una injusticia tal vez histórica de separar ciencia de espiritualidad.

Yo que he trabajado en la ciencia (porque es un trabajo, no una religión), puedo decir que cuando la estudias no te dicen “hay que desechar la espiritualidad”. El método científico es una herramienta de trabajo para poder explicar las cosas y se declara incapaz de poder explicar cuestiones espirituales porque no se sabe qué se puede medir. No es que esté desechado, simplemente eso se estudia de otra manera. 

Es interesante mencionar que todos los pacientes (con cáncer terminal, depresión fármaco-resistente, adicciones o anorexia) refirieron haber tenido, después del protocolo, cierto contacto con su espiritualidad y está dicho en los artículos científicos.  

No hay una lucha entre espiritualidad y ciencia porque la última ha mencionado el asunto espiritual. Ya veremos si algún día la religión menciona a la ciencia como una experiencia del mismo tipo.

“Tengo la experiencia de que este y otros trabajos similares, den como resultado el desarrollo de una verdadera Historia Natural de la experiencia visionaria, en todas sus variaciones (…) y, al mismo tiempo, una técnica de ‘misticismo aplicado’ para ayudar a los individuos a obtener lo mejor de sus experiencias trascendentales del ‘otro mundo’ en los asuntos de ‘este mundo’”.

Aldous Huxley, 29 de febrero de 1962.