Los comestibles cannábicos son una forma de consumir cannabis bastante particular. Es la alternativa ideal para quienes quieren conocer y aprovechar las propiedades del cannabis sin recurrir a la combustión. También es una de las maneras más discretas para pachequear. Sin embargo, hay ciertas cuestiones que todos deben conocer antes de entrar al mundo del brownie, mot cake y gomita voladora.

Te contamos.

Los errores de novatos: cocinar mal y sobredosificar

Desconocer las propiedades del cannabis comestible lleva a los consumidores a situaciones desagradables. Desde cocinar mal el bocadillo y no disfrutar de ninguno de los efectos psicoactivos de la marihuana, o la sobredosificación.

Para el primero de los casos debemos recordar que un comestible cannábico no tendrá efectos psicoactivos a menos que antes se descarboxile la flor. En este proceso el correcto manejo de temperaturas es esencial, o se corre el riesgo de degradar los cannabinoides y perder sus propiedades.

¿Cómo descarboxilar?

  • Precalentar el horno a una temperatura de 120°C por diez minutos.

  • Introduce tus cogollos triturados y déjalos allí durante 15 minutos. Si te pasas puedes estropear los cannabinoides.

Sin embargo, lo verdaderamente riesgoso es la sobredosificación, pues los usuarios despistados pueden llevarse malas sorpresas al experimentar la verdadera potencia de estos productos sin conocer su naturaleza.

Esto, porque al ser absorbido por el sistema digestivo, el Delta-9-THC (principal componente psicoactivo del cannabis), se convierte dentro de nuestro organismo en 11-OH-THC, una molécula similar pero de más lenta absorción.

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Otro factor importante es tener a cuenta el tiempo y la duración de los efectos. Cuando fumas marihuana puedes percibir los efectos en cuestión de segundos, lo que te permite reconocer cuando ya has tenido suficiente. Sin embargo, cuando comes marihuana los efectos pueden tardar hasta una hora en aparecer. Seguramente reconoces la siguiente escena.

“-Wee, este brownie ni me pegó, me comeré otro.
(una hora después)
-Mamáaaa, ¡me voy a morir!
(dos horas después)
-ALV, no me bajan los efectos. Seguramente traía otra cosa...”

Lo que nos lleva al siguiente problema: la duración. Al ser de lenta absorción, el OH-11-THC permanecerá circulando en la sangre por hasta 12 hora, durante las cuales persisitrán los conocidos efectos de la mota. Entonces, es conveniente no consumir si hay obligaciones o tareas importantes que cumplir más tarde.

Consejos para “sobrevivir”.

Si llega a consumir demás y los efectos son muy potentes para tu gusto, lo primero que debes recordar es que no hay muerte por sobredosis de cannabis. Tal vez lo llegues a percibir como algo “anormal”, pero te aseguro que con suficiente tiempo tu cuerpo se encargará de todo y regresarás a la normalidad.

Lo que sí es posible es que ocurra la temida pálida. Esta se manifiesta con dolores de cabeza, náuseas, sudoración y otros malestares. La pálida no es más que un descenso de la presión, y se puede controlar con pequeñas dosis de azúcar o con otro cannabinoide: el cannabidiol (CBD).

Esto, porque algunos estudios han encontrado que el CBD es capaz de moderar los efectos del THC. Un aceite o extracto de puro CBD también puede relajar y ayudarte a sentir mejor.

Además de esto, no hay mucho por hacer. Recuerda respirar, beber agua o intenta dormir. Procura acomodarte en un lugar cómodo y junto a gente en quien confíes. No tengas miedo en pedir ayuda, pues a todos nos ha pasado algo similar. Eventualmente todo pasará, y quedará una anécdota que probablemente nunca olvidarás.

¿Tienes alguna anécdota de sobre-consumo de comestibles cannábicos?