¿La marihuana produce ansiedad o la reduce? ¿Cura la depresión o la provoca? ¿Genera esquizofrenia o la detona sólo si está latente? ¿Puedes usarla si sufres trastorno bipolar o no?

Como todo en esta planta, podríamos decir que esas respuestas dependen del método y frecuencia de consumo, de las dosis y de los cannabinoides involucrados (o no). 

Un médico inglés llamado William Harvey, publicó en 1628 el primer libro que mencionó la existencia del sistema circulatorio. Antes de eso se creía lo dicho por Galeno: que el hígado producía la sangre y alimentaba con ella todos los órganos mediante la intervención de espíritus. Harvey diseccionó animales y encontró que el corazón era la bomba que hacía circular la sangre por conducto de las venas. Su libro fue ampliamente rechazado por las autoridades médicas de la época, hasta que sus mismos detractores comprobaron que tenía razón, casi al final de su vida. 

El descubrimiento del Sistema Endo Cannabinoide (SEC) ocurrió a finales de la década de 1980. Aún no sabemos bien cómo funciona, muchos dudan de su existencia, aún no se enseña en las facultades de medicina y la mayoría de los humanos ni siquiera han oído hablar de él.

Lo que ya es un hecho comprobado por la ciencia es que el SEC regula la liberación de neurotransmisores, cuyo desequilibrio es una constante observable entre las personas aquejadas de trastornos de la salud mental.

El libro compilado por Mahmoud A. ElSohly, Marijuana and the cannabinoids (Marihuana y los cannabinoides) explica lo que se sabe hasta la fecha acerca del Sistema Endo Cannabinoide: que se compone de receptores localizados en prácticamente todo el cuerpo, muchos de ellos concentrados en el sistema inmune y en ciertas áreas del cerebro que controlan la homeostasis corporal; es decir, el equilibrio del ambiente interno del organismo para que éste pueda llevar a cabo todas sus funciones. Por ejemplo, comer cuando hay que comer o dejar de comer cuando ya es suficiente; subir o bajar la temperatura corporal, enviar o detener el envío de las señales de dolor; abrir o cerrar la válvula de los neurotransmisores, etc. 

Eso apoya fuertemente la hipótesis del Dr. Ethan Russo acerca de la existencia de una “Deficiencia Endocannabinoide” que explicaría causalmente la existencia de diferentes enfermedades imposibles de curar o difíciles de diagnosticar hasta la fecha. Tal es el caso de ciertas enfermedades mentales que se ven positiva o negativamente influenciadas por el uso de cannabinoides aislados o en sinergia. 

En “Los efectos de los cannabinoides en los procesos biopsicológicos, neuropsiquiátricos y neurológicos”, uno de los artículos científicos de la compilación mencionada, el Dr. Richard E. Musty hace un recuento de lo que se sabía hasta el 2017, fecha de su publicación. A continuación resumiré lo más relevante.

Ansiedad: Los cannabinoides “pueden tener un efecto bifásico: dosis bajas parecen ser ansiolíticas (reductoras), dosis altas ansiogénicas (causantes).” Se ha observado que la activación e inactivación de los receptores CB1 tiene multitud de efectos regulatorios en los sistemas neurotransmisores (dopaminérgico, serotoninérgico, colinérgico, etc.) “Parece haber una gran convergencia entre estudios en animales y estudios en humanos, que sugieren fuertemente que el CBD es un verdadero ansiolítico.” (pp. 310-311)

Depresión: La revisión de varios estudios “sugiere que el uso de la marihuana tiene un efecto antidepresivo” entre las personas que comienzan a consumirla por prescripción médica debido a distintas enfermedades. Es estudios de auto-reporte acerca de Esclerosis múltiple, daños de la columna vertebral, pacientes con cáncer avanzado y “pacientes mentales, se ha reportado alivio de la depresión”. También se ha observado que “el canabicromo (CBC) bloquea selectivamente el comportamiento de desesperación en un modelo de depresión con ratones.” (p. 312)

Esquizofrenia: En un modelo que predice actividad antipsicótica en ratas se compararon los efectos del haloperidol (un fármaco antipsicótico atípico) con los del CBD y se observó que “el CBD tiene un perfil farmacológico similar al de las drogas antipsicóticas atípicas. Para este estudio se provocaron “lesiones en el hipocampo de ratas neonatas que ocasionan un patrón cerebral de degeneración similar al observado en esquizofrénicos”. Al recibir CBD o haloperidol, las ratas mejoraron, lo cual “es consistente con la hipótesis de que los agonistas de los receptores CB1 tienen actividad antipsicótica”. (p. 312)

Con relación a los humanos, “el uso de cannabis ha sido asociado con exacerbación de los síntomas de esquizofrenia, pero otros reportes sugieren que el uso de cannabis ha mostrado potenciales efectos de alivio de los síntomas”. En una muestra de una comunidad de pacientes mentalmente enfermos, “se reportaron menores admisiones hospitalarias, menores síntomas de ansiedad, depresión e insomnio entre usuarios con preferencia por la marihuana”. (p. 313)

También relata un estudio con CBD y placebo para sustituir el haloperidol. Se administraron 2 dosis diarias de CBD que fueron incrementándose hasta 750 mg por dosis. Comparando el placebo con el CBD, “la condición de hostilidad y suspicacia cayó un 50% en la escala máxima del BPRS (una evaluación para diagnosticar esquizofrenia), los disturbios de pensamiento descendieron 37.5%, la ansiedad-depresión 43.7%, la hiperactividad 41.6%, la falta de energía 31.3%.” (p. 313) Cuando se utilizó el placebo esos valores aumentaron. Cuando se volvió a administrar el haloperidol, que tiene efectos secundarios bastante indeseables, se regreso a valores cercanos a los presentados durante la administración del CBD. 

Desorden bipolar: En seis casos de estudio con personas afectadas que utilizaron cannabis para tratar sus síntomas, algunos lo usaron durante la fase maniaca, otros en la fase depresiva y otros en ambas. “Se estableció que era más efectiva que las drogas convencionales o que ayudaba a aliviar los efectos secundarios de esas drogas. Una mujer encontró que el cannabis disminuía sus curvas de manía. Otros comentaron que el uso de cannabis les permitió reducir la dosis de litio o aliviar sus efectos secundarios. Estas observaciones clínicas son pistas importantes acerca del uso potencial de cannabinoides para el desorden maniaco depresivo y sugieren que deben llevarse a cabo pruebas clínicas al respecto.” (p. 212)

Por último, el autor comenta que están en marcha estudios clínicos de fase 2 para utilizar el CBD como medicamento para desordenes psicóticos y en fase 1 para tratar síntomas neurogénicos. Esto nos dice que aún le queda camino por recorrer a este cannabinoide a fin de ser recomendado como coadyuvante para tratar desórdenes de la salud mental. 

 

  • Richard E. Musty “Cannabinoid Effects on Biopsychological, Neuropsychiatric, and Neurological Processes” en Marijuana and the cannabinoids, compilado por Mahmoud A. ElSohly, PhD, Humana Press Inc. New Jersey.

 

Imágenes:

Portada de libro. https://link.springer.com/book/10.1007/978-1-59259-947-9

Ansiedad. www.therecoveryvillage.com/wp-content/uploads/2019/02/GENERALIZED-ANXIETY.jpg

Bipolar. www.bphope.com/wp-content/uploads/2017/10/bipolar-obsessive-thoughts.jpg