A mediados de agosto, el gobierno alemán aprobó un proyecto de ley para legalizar la compra y posesión de cannabis para uso recreativo, el cual todavía debe ser tramitado en el Parlamento.
Uno de los pilares del proyecto son los "clubes sociales de cannabis". Según el proyecto, las asociaciones podrán aceptar hasta 500 miembros y cultivar, bajo supervisión, hasta tres plantas de cannabis para consumo de cada integrante.
Cada miembro del club podrá comprar hasta 25 gramos por día, y hasta un total de 50 gramos al mes. Para los miembros de entre 18 y 21 años, el límite se reduce a 30 gramos mensuales.
Sin embargo, los integrantes no podrán fumar juntos en sus reuniones en el club.
Clubes a la alza
La expectativa creada por estos posibles cambios ha hecho crecer rápidamente el número de clubes de cannabis, que se sitúa en torno a cien, según AFP.
El club cannábico de Hanóver nació, en 2016, como un colectivo de nueve miembros que defendían el derecho a fumar legalmente. Ahora, las solicitudes para unirse al club han explotado; “en los últimos meses nos han contactado casi 800 personas", dice su fundador Heinrich Wieker, ingeniero eléctrico de 58 años. El club solo ha aceptado a 57 candidatos.
Actualmente, la afiliación al club cuesta 20 euros (22 dólares) a cada nuevo miembro y después una cuota mensual de 5 euros. El precio cubre principalmente el alquiler del espacio, pero puede aumentar si se incluye el suministro de las flores.
Wieker considera que lo mejor sería vender el producto por gramos a cada miembro, a un precio de entre 5 y 15 euros (5,5-16,5 dólares) para cubrir el coste de la producción.
Pros y contras de la legalización
La legalización del cannabis en Alemania es uno de los proyectos faro de la coalición del socialdemócrata Olaf Scholz, pero también es controvertido.
Su propuesta ha encontrado fuerte oposición de los políticos conservadores, los médicos y los encargados de aplicar la ley. Sin embargo, el ministro de Salud, Karl Lauterbach, defiende que la regulación acabaría con el mercado negro y los crímenes relacionados con el narcotráfico, aliviaría la carga de trabajo de los agentes de la ley y permitiría un consumo seguro.
El proyecto también incluye matices a la legalización: el uso del cannabis se mantiene prohibido para los menores de 18 años y cada club debe tener un miembro responsable de combatir la adicción.