Rehab, desobediente declaración de las intenciones de una mujer irredenta, es uno de los himnos musicales con los que recordamos Amy Winehouse, una joven londinense cuya portentosa voz con toques y matices de R&B, jazz y soul, se apagó un 23 julio del 2011 a causa de una congestión alcohólica y una profunda crisis emocional.
Amy Winehouse nació el 14 de septiembre de 1983 al norte de Londres en el seno de una familia judía. Su padre, Mitch Winehouse (taxista) y su madre, Janis (farmacéutica) gustaban conjuntamente de la música jazz teniendo como principales referencias a Frank Sinatra y Tony Bennett, entre otros, “tal vez porque su abuela paterna fue novia de Ronnie Scott, un legendario jazzista británico”, mencionó Carlos Reyna para la revista Gato Pardo. Con el tiempo, Amy fue adoptando los géneros como la base sonora de su carrera como cantante.
A sus nueve años de edad, sus padres se divorciaron y, a partir de ese momento, la vida de la londinense tuvo una serie altibajos emocionales conduciéndola a tomar decisiones algunas veces aparentemente autodestructivas. No obstante, desde los seis años comenzaba a entrenar la voz que la convertiría en la “nueva reina del soul”.
El debut de Winehouse en el mundo musical llegó en 2003 con su primer álbum titulado “Frank”, el cual fue una confluencia exitosa de jazz, pop, soul y hip-hop. Fue nominado a un Mercury Prize y a dos Brit Awards, a “Mejor solista” y a “Mejor disco urbano” además fue galardonado con dos discos de platino.
Amy comenzó a consumir marihuana a los 15 años aunque con los años prefirió el alcohol y sustancias como el crack y la heroína, conocidas por su alto nivel de adicción. En Amy no fue la excepción, aunque no por la sustancia sino por los vacíos emocionales con los que cargaba desde muy chica.
De acuerdo con el documental “Amy, la chica detrás del nombre” de Asif Kapadia (2015), la figura de su padre fue determinante para la consolidación del consumo problemático de la cantante, empezando por ser un padre ausente. El documental, con más de 100 fuentes respaldando el contenido, relata que Mitch Winehouse detuvo abruptamente uno de sus tratamientos de rehabilitación y la aconsejaba de no asistir a tratamientos de desintoxicación con el objetivo de no cancelar los conciertos previamente agendados.
A pesar de la presión de su padre, la figura obscura más mediatizada fue Blake Fielder-Civil, quien conoció en un bar y a quien más tarde convertiría en su esposo. Según relata la propia Amy, él fue quien la introdujo al consumo del crack y de la heroína.
La ruptura posterior con Blake Fielder generó el punto más álgido de su carrera musical, dando a luz “Back to Black”, su segundo y último disco inspirado en el soul de los años 60, el beat del pop, pequeños trazos de R&B pero también de letras nacidas de sus propias experiencias.
Entre su condición emocional producto de sus relaciones familiares y amorosas, sobredosis, cuatro intentos de rehabilitación y conciertos que la visualizaban consumida en la olas de abucheos, finalmente tres botellas de vodka (416 mg. de alcohol por decilitro de sangre) concluyeron con la vida de una de las voces más elogiadas de su generación. Ante lo anterior no puede negarse el empeñado amarillismo de los medios de comunicación que buscaban obsesionadamente retratar a una Amy acabada.
“Los paparazis” adoraban a Amy. No se cansaban de ella. Les encantaba su belleza, pero les gustaba aún más su deterioro. No solo querían fotografiar su moño alto y cardado; querían que lo llevara despeinado. No solo aspiraban a ver su mirada felina realzada con lápiz de ojos; querían que el maquillaje estuviera corrido. En las fotos, intentaban que se vieran de forma destacada los cortes y los moratones, las lesiones que Winehouse sufría durante las juergas aderezadas de crack y alcohol. Pequeñas heridas que parecían aberturas por las que acceder a lo más recóndito de su intimidad”, así lo expresó Leslie Jamison en su célebre perfil de la artista.
Ante lo anterior queda la duda, ¿qué hubiera sido de Amy de tener sustento emocional para sobrellevar su carrera? ¿Estaríamos hablando de las leyendas más formidables que nos pudo haber regalado el soul o ni siquiera hubiésemos sabido de ella?