LSD doorway to the numinous* (LSD puerta hacia lo numinoso) es una nueva edición de Realms of the Human Consciousness (Reinos de la conciencia humana), originalmente publicado en 1975.

Su autor, Stanislav Grof, fue uno de los primeros psiquiatras voluntarios en la autoinducción de "psicosis temporales" con LSD, las cuales permitieron al terapeuta comprender desde dentro la enfermedad de sus pacientes. Años después, este investigador de origen checo sería cofundador de la Psicología Transpersonal junto con Alan Wats y otros investigadores del Esalen Institute en California, Estados Unidos.

Tal como asegura la contraportada del libro: “Su investigación fue el ímpetu detrás de una cartografía enormemente ampliada del inconsciente, que incluye dos nuevos reinos aún no reconocidos por los círculos académicos oficiales: el dominio perinatal, que guarda recuerdos de las diversas etapas del nacimiento y el dominio transpersonal que media la identificación experiencial con otras especies y figuras míticas, visita reinos arquetípicos, accede a recuerdos de vidas pasadas y se une al principio creativo cósmico.”*

En sus páginas Grof expone su modelo de la mente humana, el cual configuró tras analizar los expedientes y archivos que recopiló a lo largo de cuatro mil experiencias, tanto suyas como de sus pacientes, durante cerca de 20 años de investigación.

De acuerdo a su teoría, aunque la gama de experiencias o estados no ordinarios de conciencia es muy rica, se pueden clasificar en tres categorías básicas:

  1. Experiencias biográficas

Se presentan a la conciencia temas emocionales no resueltos del pasado.

  1. Experiencias perinatales

Se experimenta el proceso de muerte y renacimiento psicológicos.

  1. Experiencias transpersonales

Espirituales, místicas, religiosas, mágicas, parapsicológicas o paranormales.

Stanislav Grof. Imagen de internet.
Stanislav Grof.

A su vez, divide las experiencias transpersonales en dos tipos:

a) Experiencias de lo Divino Inmanente

Percepciones de la divina inteligencia expresándose en el mundo de la realidad cotidiana. Toda la creación, personas, plantas, animales y objetos inanimados, parece estar impregnada por la misma esencia cósmica y luz divina. Una persona en dicho estado, de repente se da cuenta que todo lo que contiene el universo es manifestación y expresión de la misma energía cósmica creativa, sintiendo que la separación y los límites son ilusorios.

b) Experiencias de lo Divino Trascendente

No constituyen una percepción distinta de lo ya conocido, sino que revelan un rico espectro de dimensiones de la realidad que normalmente están ocultas a la conciencia humana y que no tenemos al alcance en el estado de conciencia habitual. Un ejemplo típico sería la visión de Dios como radiante fuente de luz de belleza sobrenatural o una sensación de fusión personal e identidad con el Dios percibido de este modo. Las visiones de distintos seres arquetípicos, como deidades, demonios, héroes legendarios y espíritus guías, pertenecen también a esta categoría. Otras experiencias no sólo incluyen entidades sobrehumanas individuales sino ámbitos mitológicos completos, como cielos, infiernos y purgatorios, o varios escenarios y paisajes distintos a todo lo conocido en la Tierra.

Cuenta Grof que en un principio no estaba preparado para observar dichos fenómenos en una sesión psicoterapéutica, pues además de carecer de un marco teórico de referencia en el cual encuadrarlas, la intensidad de las manifestaciones psicológicas y emocionales de dichos estados le resultaba sobrecogedora, pues muchos de sus aspectos amenazaban con socavar su visión del mundo.

Sin embargo, a medida que aumentó su experiencia y familiaridad con dichos fenómenos, se le hizo evidente que eran manifestaciones naturales de la psique humana, pues su aparición posterior a los recuerdos biográficos de la niñez, recuerdos que la psicoterapia tradicional considera deseables y terapéuticos, resultaba una secuencia igual de natural. Le parecía muy artificioso y arbitrario considerar que lo que seguía fluyendo de la psique, tras los recuerdos de la infancia, fuese un proceso patológico. 

Además encontró que cuando a dichas experiencias se les permitía seguir su curso natural, los resultados terapéuticos trascendían todo lo que había visto hasta la fecha, pues síntomas complejos que habían resistido meses, e incluso años de tratamiento convencional, a veces desaparecían tras experiencias que los pacientes describían como recuerdos de vidas anteriores, sensaciones de unión cósmica, o secuencias de muerte y renacimiento psicológicos.

Escribe Grof que, a pesar de que el estado de la pérdida del ego y cualquier otra sensación física o psicológica es invariablemente transitoria, la gente que lo experimenta puede creer que será permanente y resistirse a la experiencia. A su entender, las experiencias transpersonales fallidas o incompletas invariablemente tienen por origen algún tipo de miedo: a lo desconocido, a perder el control, a las sensaciones de tipo físico, a la sensación de experimentar la "locura", a afrontar la muerte simbólica, a disolverse en la nada…

Ante esto sugiere que cualquier persona dentro de un contexto terapéutico adecuado puede llegar a abandonar sus miedos mediante información y preparación suficiente.

* Stanislav Grof (2009), LSD doorway to the numinous, Park Street Press.

Más información acerca de este tema en: www.mind-surf.net/drogas/mapas.htm