Un concentrado de cannabis es todo derivado con altas concentraciones de cannabinoides. El tipo de hachís al que hoy hacemos alusión es uno que, a pesar de su sencillez, ha pasado de largo en la población general de consumidores de la planta, y que por varias razones es casi exclusivo de la comunidad de cultivadores y ‘peluqueros’ o trimmers de las plantas: el scizzor hash.

Éste consiste de un acumulado de resina y materia vegetal que, por su frescura, ofrece sabores inigualables al paladar. El scizzor hash se obtiene de limpiar las tijeras que se usan para trimear las plantas. Los residuos son comprimidos en una pequeña bolita que se puede fumar al momento. Para mayor facilidad, algunos usan un poco de alcohol isopropílico para desprender con más facilidad la pegajosa resina

El sabor a ‘tricoma vivo’ de estas plantas es incluso comparable al de extractos más complejos como el live resin, el cual por medio de congelación busca preservar de forma similar el sabor fresco de la planta.

Muestra recolectada en Ciudad de México, México.

Si bien es algo relativamente sencillo de conseguir, se reserva para los cultivadores y trimeadores por varias razones. Una de ellas es su inmediatez. Recordemos que los cogollos no pueden fumarse recién cortados de la planta, sino que deben llevar un proceso de secado y curado. Esto pone en una difícil situación a quienes tienen contacto directo con la planta, puesto que a pesar de estar saboreando en su máxima expresión a las flores, no pueden degustarlas. Es ahí que este hachís se vuelve de gran utilidad pues basta con echarlo sobre una pipa o bong para disfrutar.

A diferencia de otros extractos, no se recomienda ‘dabearlo’ puesto que tiene importantes residuos de materia vegetal que no se evaporarán.