Como sucede con cualquier otro producto de mercado, en la cannabis existen distintos niveles de calidad, más aún tratándose de mercados ilegales, en los que no existen controles de ningún tipo y las calidades de lo que se ofrece en las calles pueden llegar a ser tan malas, que representan riesgos para la salud, más allá de los asociados al consumo de la planta per se, ya que se trata de productos que contienen otros elementos propios de la adulteración y/o de los malos cuidados a la planta durante la producción, preparación, almacenaje, etcétera.
Posiblemente la mejor muestra de lo anterior, es lo que se conoce comúnmente como mariguana "prensada" o "comprimida": aquella de muy mala calidad, frecuentemente en estado de descomposición, con tierra, hongos, bacterias, además de otros componentes que se usan como adulterantes químicos y físicos, para reducir olor (detectabilidad). Otros adulterantes buscan añadir peso y con él, las ganancias. Se han encontrado incluso casos en países de América del sur, en los que ni siquiera contiene cannabis.
José Sepúlveda, representante de la Fundación Ciencias para la Cannabis en Chile, quien han investigado sobre este tema, ha señalado que quienes consumen este tipo de productos, posiblemente estén consumiendo “...excremento (humano o animal), neoprén, alquitrán (presente en el cigarro comercial), amoniaco, petróleo, betún para zapatos, comida para perro, entre otras sustancias tóxicas en donde incluso algunos incluyen cocaína o pasta base” (http://rbb.cl/csn7).
La prensada, es el producto que solemos ver en los noticieros: paquetes cuadrados en forma de ladrillos envueltos en cinta, periódico o plástico y transportados en grandes cantidades; sin se trata de uno más de los males que los sistemas de control de drogas han producido en América Latina. No solamente se trata de mariguana de mala calidad, sino además de un producto tóxico y riesgoso, que beneficia a los grandes grupos criminales que controlan los mercados ilegales de drogas.
La prensada es un buen ejemplo de cómo la prohibición de la cannabis produce más daños que los que representa el consumo de la planta en sí; mercados regulados permitirían tener controles de calidad, certeza sobre lo que se consume, limitaría el acceso a menores de edad, y detendría la persecución sobre los usuarios. La ilegalidad de la planta no ha reducido su disponibilidad, simplemente la ha hecho insegura.
Una buena manera de reducir e incluso evitar los muchos riesgos y daños que representa el consumo de prensada (tanto el involucramiento con redes delictivas como los daños a la salud) es mediante el autocultivo; una de las razones por las que el cultivo personal es tan practicado en países de América del sur, es precisamente porque el mercado ilegal de cannabis no suele ofrecer muchas opciones más allá de estos productos tóxicos, inseguros e indeseable. Sin embargo el caso mexicano es distinto, esto en gran medida porque las leyes castigan más el autocultivo privado que el abastecimiento en el mercado negro; sí, las leyes benefician al mercado que dicen combatir.
Por: Aldo Contró
@AldoContro