Hace casi tres semanas, la familia Martínez Tijera enterró a su hijo Jonathan en el panteón de Yautepec. Llevaban buscándolo desde octubre, pero el 15 de enero la Fiscalía regional oriente de Morelos les informó de un cadáver en la morgue con las características del desaparecido.

Los hermanos de Jonathan acudieron a identificar el cuerpo, lo cual dicen haber hecho a través de fotos porque no les fue permitido acercarse al cadáver. Posteriormente, el cadáver fue entregado en un ataúd sellado, por lo que la familia ya no pudo ver el cuerpo que enterraron.

El sábado anterior la mamá de Jonathan recibió el aviso de que su hijo estaba en un centro de ayuda mutua de Yautepec. Al ir a buscarlo, se encontró con la sorpresa de que no estaba muerto, andaba en un anexo.

Mensaje en redes de un hermano de Jonathan. Imagen tomada de internet.
Mensaje en redes de un hermano de Jonathan. Imagen tomada de internet.

En entrevista para Azucena Uresti, Miguel Ángel Rosete, abogado de la familia, señaló que la mamá del joven está en shock con el suceso, pues “lloró, veló y enterró a una persona presumiendo que era su hijo”, y luego lo encontró vivo.

La noticia se ha vuelto viral por la polémica forma en que las autoridades entregaron un cuerpo que no corresponde a la persona desaparecida. Aunque la Fiscalía del estado intenta deslindarse de responsabilidades al señalar que los hermanos del desaparecido habían identificado el cuerpo, razón por la que no le realizaron pruebas de ADN.

Ahora, Jonathan está muerto oficialmente y tiene que realizar trámites para recuperar su vida. Las autoridades han dicho que harán lo necesario para regularizar la situación del joven; así como para exhumar el cuerpo que fue enterrado y entregarlo a su verdadera familia.  

*****

Si bien la increíble historia tuvo un final feliz para la familia de Jonathan, vale la pena cuestionarnos sobre cómo una persona puede permanecer encerrada más de 3 meses sin que su familia se entere; y, peor aún, ¿cómo es posible que autoridades locales y federales permanezcan omisas ante centros de “tratamientos” donde las personas son encerradas sin que nadie, ni familiares ni autoridades, sepa nada de ellos?

Más importante, en el contexto de violencia que se vive en México, ¿Habrá más desaparecidos “anexados”? Y es que si éstos centros, que suman miles en el país, pueden llegar a tener personas encerradas sin conocimiento alguno de las autoridades, quizás sea momento de supervisarlos y aplicar una verdadera política de salud en materia de drogas.  

 

Con información de unotv.com y mtpnoticias.com